1. Un mal dia

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Desde pequeño le encanto cocinar, principalmente gracias a su padre, quien lo enseño lo básico desde que solo tenía 4 años. El le enseño todo lo que había conocido en españa, dándole recetas que habían pasado de generación en generación.

Su madre los dejo desde que tiene memoria, pero eso no significa que su padre no le haya dado una buena vida.

Cuando tenia 11 años se dio cuenta que quería ser chef, pero no cualquier chef, si no que quería ser uno famoso y exitoso, donde todo el mundo conociera más recetas de el y su padre.

Y claro que este último siempre lo apoyó, estaba más que feliz que su hijo tuviera éxito.

Al terminar la carrera de gastronomía en Mexico a los 21 años, tomo una maestría en artes culinarias y gastronómicas en Milán, Italia, en donde tuvo prácticas por todo Italia.

Fue una experiencia innovadora para el, aunque cada persona que conocía le halagaba el talento que tenia, el tenía aún muchas ganas más de aprender.

Entro a un segundo programa culinario, solo que ahora en Florencia, Italia, que le ayudo a desarrollar al máximo las cualidades que tenía ya aprendidas.

Regreso a Mexico y con el dinero que había logrado ganar a base de su esfuerzo, abrió su primer restaurante.

Lastimosamente, no tuvo el éxito que pensó que podría tener, por lo cual fue clausurado al poco tiempo de ser abierto.

Se mudó a los Estados Unidos, con fe de que apreciarían su talento en el primer mundo.

Comenzó a trabajar en distintos restaurantes, nunca siendo el primer cargo, pero si siendo alguien fundamental en la cocina.

Llego ha estar en restaurantes muy prestigiados, incluso trabajando en uno que contaba una estrella michelín.

Fue hasta la edad de 25, cuando decidió abrir de nuevo su restaurante, " De luque", dando honor a su apellido.

Este ganó popularidad y fama muy rápido, volviéndolo a él encabezado en revistas y reportes gastronómicos.

Su talento era increíble para alguien tan joven, y se dio a notar muy fácilmente, que fue tan solo después de tres años ya había obtenido dos estrellas michelín.

Era jefe de cocina y a su vez el dueño del restaurante, su padre era el gerente, quien apoyaba en todo en base a lo económico.

Y ahora, llegamos al presente, un joven de 28 años, que su meta era hacer que el restaurante que llevaba su nombre, tuviera esa tercera estrella.

— Terminen de limpiar y se van, fue un gran día chicos, oye, juan.— apunto con el dedo al chico de lentes que se encontraba limpiando.— Se que eres algo nuevo, pero en el último platillo ten más cuidado con el pistache, recuerda que solo es un toque para darle sabor al pastel.

— Si señor.— asintió con la cabeza para seguir limpiando.

— Sammy, en el sexto platillo ya habíamos hablado sobre...

— Las trufas.— dijo mientras bajaba la cabeza. — Las rodajas tienen que ser más finas, lo siento.

— Que no se vuelva a repetir.— dio una media sonrisa y caminó hasta la puerta.— Los demás, bien trabajo, los veo mañana.

— Adiós chef! — dijeron mientras continuaban limpiando.

Se acercó hasta la oficina donde se encontraba su padre, que estaba terminando con un papeleo pendiente.

a tu gusto. / quackity x roier- spiderduck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora