1.

292 17 5
                                    

Una estación de tren, eso habíamos acordado, primero pensamos en una cafetería pero llegamos a la conclusión que no era algo seguro después de todo en 10 años pasan demasiadas cosas, una cafetería fácil podría cerrar, pero la estación central de tren de Berlín siempre estaría allí, era una de esas cosas cotidianas y constantes en la vida, al menos en la nuestra.

Me senté justo en frente del reloj, nuestra cita acordada fue a las 3 de la tarde un número sencillo y fácil de recordar, 3, cada vez que veía ese número en estos años venía a mi memoria el recuerdo de esta cita, tenía miedo de olvidarme de la fecha o de la hora pero por alguna extraña razón sabía que pasará lo que pasará no olvidaria el lugar, anoté en cada hoja de papel la fecha y la hora pero no fue suficiente para mí, así que también lo tatué en mi brazo mi querida y ansiada fecha y ahora estaba aquí, a solo minutos de saber la verdad.

Mi imagen no era la misma en absoluto en mi juventud y años de gloria era muy cuidadoso con mi imagen, tenía una sola persona en el mundo que entendía perfectamente mis gustos, compré dos cajas de la laca que usaba especialmente para un peinado, las sombras negras solo podían ser de un tono exacto Charcoal Deep 36, recordaba esos detalles con cariño, todo en mi imagen era cuidado y pulido como si yo fuera una especie de juguete de exhibición, la imagen perfecta de mi desapareció hace mucho, hacía años que no pisaba un salon de belleza o si quiera un peluquero, mi cabello rubio por naturaleza decidió florecer y enredarse por todos lados a veces lo cortaba yo solo, pero mayormente solo lo ataba en un pequeño moño y cubría su escandaloso color con la capucha de mi sudadera.

Hoy lo peine y compré una navaja de afeitar,me limpie el rostro, compré un lápiz delineador e hice lo posible para recordar mis dotes artisticos, me sentí estúpido y volví a mi autuendo habitual cubriendome los ojos con unas gafas obscuras y el cabello con una gorra.

Solo faltaban 20 minutos y los nervios no me dejaban quietas las piernas, podía verlas moverse como dos palillos de madera, me sentía un títere siendo tirado de los hilos, sin ninguna voluntad para quedarme quieto y solo esperar, el pecho me comenzó a doler por lo fuerte que palpitaba mi corazón. Me estaba volviendo loco.

No lo sabía entonces, pero esa noche doce años atrás sería la última noche feliz de mi vida, baje del escenario saltando con energía suficiente para ofrecer otro concierto

-Lo ves, lo aman, les dije que lo iban amar

Tom me estrecho entre sus brazos y me dió un pequeño beso en la mejilla, mis buenos amigos no interrumpieron la escena solo se miraron con complicidad callando y llevando bien la carga de saber lo que sabían. Pero David no tenía buena cara a pesar del Sold out

-Georg y Gustav, necesito que bajen a firmar algunos autógrafos

-¿Y nosotros?- preguntó mi gemelo
-Solo Georg y Gustav- repitió David

Mis amigos estaban extrañados pero no dijeron nada solo bajaron y nos dejaron a los 3 solos en la habitación.

David Puso un sobre en la mesa de centro y Tom se apresuró para tomarlo, pude verlo en su rostro su expresión cambio a un semblante pálido y sombrío, el corazón se me trepó por la garganta y se atasco ahí le arrebate las fotografías que tenía en las manos y también la carta.

Nos habían descubierto, ese mismo sobre había Sido enviado también a mi madre lo decía en la carta. Todo se había terminado habían descubierto lo mismo que nosotros hacia dos años, que nos amabamos más alla de lo fraternal se lo habían dicho a mi madre seguro ella no nos hablaría jamás después de eso, yo solo podía pensar en ella, los oídos me dejaron de funcionar, solo lloraba en el suelo con las fotos en las manos mientras Tom luchaba con la vida agitando la carta en la cara de David quien escuchaba resiliente toda la ira de Tom

3.3.3 (Mini Fic, Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora