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Ya era por la mañana, muy por la mañana, aproximadamente las 6:00am

Me dirigí rápidamente al salón para ver si los chicos todavía seguían ahí, y para mi sorpresa si todavía estaban ahí

Les desperté y les dirigí a mi habitación, porque mis padres no tardaban en llegar

-Vamos, rápido no tardarán en llegar- Les dije empujándolos hacia las escaleras

Uno a uno fueron saliendo por la ventana el último que quedaba era el chico de trenzas

Pero se había dejado la camiseta en el sofá

-Abril! Hija ya estamos en casa

-Da igual Tom, no hay tiempo vamos vete!- Dije ayudándolo a saltar por la ventana

-Si mamá ya estoy aquí, me estaba cambiando- Tuve que mentir para que no sospecharan

Mi madre se acercó al sofá, y vio la camiseta de este chico

-Hija, de quien es esta camiseta?- Dijo confusa

-Es mía- Me cambié la camiseta rápidamente para que no sospechasen

Precisamente mi papá, porque él no lo sabía

-Mama, ya me tengo que ir a la escuela recuerda hoy tengo que exponer un trabajo muy importante- Dije mientras cogía una manzana y mi mochila

Y para mi sorpresa estos chicos estaban esperando afuera, pero el chico de trenzas tenía una camiseta puesta, ¿No era de él?

-Tom? No era está tu camiseta?- Dije señalando está

-Si, pero siempre traigo una de repuesto, ya sabes por si pasa esto- Guiña un ojo

-Ah bueno, llevo un top debajo, te la doy ahora- Dije mientras me intentaba quitar la camiseta

-No, queda te la, te la regalo

-Pero me queda enorme- Dije intentado ajustarla a mi cuerpo

-No importa, oye te tengo una sorpresa- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja

-Que es?- Dije ilusionada

-Mi hermano y yo nos cambiamos a tu escuela- Dijo soltando una suave sonrisa que también se le contagio a su gemelo

-Que? De verdad?- Dije saltando hacia los brazos del chico de trenzas

-Si nena- Dijo rodeando sus brazos en mis caderas

-Vale, pues vámonos rápido que tengo que exponer un trabajo muy importante

-Vale, oye de qué edad parecemos?

-Pues Tom, tu pareces de 20 y Bill de 17

-Ala, no soy tan viejo, sabes creo que me volveré a cambiar a las rastas

-Si, mejor estás con rastas, con ellas pareces más niño

-Vale pues está echo, en cuanto salga de esta tortura me iré a cambiar el pelo

(...)

Ya era la hora de salir, y mi compañero de trabajo me ofreció llevarme a mi casa

Este me tomo de los hombros y me intento llevar a su coche a lo que yo intenté negarme, pero él no me dejaba

-Tu, chaval, que le haces a mi chica?- Dijo mientras caminaba hacia el chico muy frustrado

-Tu chica? Abril, nunca me contactes que tenías novio- Dijo soltándome

-Ella tampoco tenía que hacerlo, espero que no te vuelva a ver cerca de ella, ni que la vuelvas a tocar- Dijo mientras me tomaba de las caderas

Ese gesto me encantó, asique lo pare enrolle mis manos en su cuello y le di un corto y suave beso

Amor imprevisto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora