Capitulo 2

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Cuando mi amiga termino de tomar algunas fotos del accidente, yo permití que los bomberos me tranquilizaran ante la pesadilla que estaba pasando.


¬-Vamos a mi oficina y luego te invito un café - dijo Amanda mientras guardaba en su mochila su cámara.


Yo asentí con la cabeza, no tenia ganas de hablar en ese momento. Nos fuimos del lugar dejando atrás al ser que alguna vez en mi vida conocí, junto con la chica hermosa Anastasia.


Al llegar a la oficina, mi amiga entro directamente con su jefe, por suerte aún seguía en su oficina, solo llegue a escuchar como discutían sobre la veracidad de la noticia que estaba redactando Amanda. Donde yo estaba era en la sala de espera, nadie estaba más que yo, el cuarto solo tenia asientos, y unas jarras con agua para los visitantes. Espere tanto que hasta el dolor estaba pasando, pero sabia que mi amiga tenia que realizar esa noticia sorprendente, un monstruo y un caballero, ya me imagino mañana como será popular esa noticia.


El ruido del silencio tranquilizaba mi corazón, pero en un instante escuche como el sonido fue interrumpido por pequeños pisadas, poco a poco esas pisadas comenzaron a crecer hasta que entre esos pasos, un paso fuerte retumbaba mis oídos, justo cuando decidí levantarme y asomarme de la ventana, cientos de chaneques o duendes entraron al cuarto, corriendo a mi alrededor, yo quede inmovilizada ante lo que estaba viendo, y fue mas cuando de la puerta entro un albino alto, de ojos rojos, vestía un ropaje similar al caballero de la espada pero este llevaba una corona de puntas de cristal.


- ¿Dónde está? - dijo con una voz grave.


-Otra vez- dije un poco molesta, porque otra vez estaba pasando el suceso solo que esta vez el monstruo era un bello ser albino, que miraba con seriedad -Lo siento te equivocaste de chica, la que busca estará en otro lugar - dije mientras admiraba el porte del ser.


El sonrió, no sabia si era por mis palabras o por la forma de no pisar a sus compañeros.


Por suerte Amanda apareció en la sala de espera, con una escoba en su mano, con ella comenzó a palear a los seres pequeños.


-Dejen a Celeste en paz, ya tuvo suficiente por hoy - Me di cuenta que no había visto al albino que estaba atrás de ella, pero sintió un escalofrió cubrir en su espalda que la inmovilizo, por unos segundos, lentamente volteo a ver quien era la persona que estaba atrás de ella.


-Ar...len- Susurro con miedo.


En ese momento el albino asintió mientras yo lo miraba con los ojos abiertos, estaba frente a un gran ser, y estaba en esta existencia de la realidad.


Amanda me tomo de la mano ¬-Corre- dijo apresurada, mientras corríamos juntas a las fueras del lugar, me sorprendió que Arlen no halla hecho nada para impedirlo.


Corrimos tanto tiempo que los pies ya no los resistía, llegamos a mi casa, allí solo vivía yo y mi viejo gato Rulo, entramos y con el corazón a casi salir de mi pecho logre sentarme para recuperar el aliento.


¬- ¿Qué está pasando? - dijo Amanda mientras intentaba tomar un poco de agua que le había entregado.


-No lose, pero algo esta raro en esta situación - dije mientras respiraba con profundidad.


Las dos quedamos en silencio por unos minutos, luego Amanda tomo el celular y abrió la aplicación de faceebok para ver las noticias.


-Solo esta pasando en nuestra ciudad, varias creaturas están atacando a la tal Anastasia.


- ¿El está bien? - dije melancólica.


-Al parecer si, solo que quiero saber porque no te reconoció.


-Talvez solo lo soñé yo, y las cosas nunca pasaron, solo una idea mía - Aclaré.


-No, eso es muy extraño, si el cerdo se acerco a ti, y no a ella -razono Amanda - y ahora las personitas te rodeaban mientras él, te observaba, eso significa muchas cosas.


-No, significa que se equivocaron, además Marc esta con ella, y punto.


-Me huele a celos - sonrío con picardía.


- ¡No son celos! - me levante molesta, talvez tenía razón mi amiga, pero no quería mostrarle aquel dolor frente a ella.


-¿Deberíamos buscar la manera de escondernos, no crees? - dijo Amanda mientras seguía llegándole notificaciones de monstruos atacando a la ciudad.


-Tienes razón, deberíamos ir al campo, allí estaremos a salvo.


-Es cierto, los ataques son aquí, será mejor ir al campo donde no hay gente, talvez eso es lo que los atrae.


-Incorrecto -Una voz de un hombre interrumpió nuestra conversación.


Las dos miramos hacia el sillón vacío de mi sala, allí estaba Arlen, sentado tranquilamente observando a Amanda. Las dos gritamos, nos había asustado su aparición, Amanda corrió a cubrirme y se dirigió con furia hacia el albino.


- ¿Qué quieres? - dijo Amanda.


El albino sonrió, me miro fijamente y luego observo mi casa, mi gato esta exaltado ante la presencia del ser, yo dejaba que mi amiga me cubriera con sus brazos.


-Vine por ti, te dije que te prepararas.


Mi amiga negó con la cabeza, me abrazo con más fuerza que sentía que rompería mis huesos. Las dos sabíamos que correr ya no era una opción, porque nos había encontrado muy fácilmente.


-Yo no iré contigo - declaro Amanda.


Yo me solté de ella y corrí a tomar mi gato que se acercaba a Arlen, luego me dirigí hacia mi amiga que no dejaba de verme.


-Tienes que ir, es tu oportunidad - dije sonriente, al menos ella cumpliría su sueño.


Ella negó con la cabeza - tu oportunidad es para ti, no para mí - dijo mientras caminaba en dirección mía.


Arlen tomo la mano de mi amiga, la llevo hacia la puerta de mi salida, toco la orilla y se creo un espejo reflejando un mundo fuera del que conocía. Amanda intentaba inútilmente zafarse de el y trataba de tomar mi mano.


-No me quiero ir, no voy a dejarte sola - gritaba Amanda.


Yo sonreía con melancolía mientras abrazaba con fuerza a mi gato.


- ¡Adiós! - Grité - No te olvides de mí.


Algo en mi deseaba ir con ella, mis pies querían correr y traspasar ese espejo, pero no podía romper las leyes de un destino que no era mío.


-Está bien, ¡hare lo que quieras si dejas que Celeste venga conmigo! - el albino se detuvo, y me miro con recelo - se que no digo esto, pero por favor, deja que mi amiga este a mi lado.


-Esta bien, pero tu te encargaras de ella - sonrió - nadie protegerá a una humana como celeste.


-¡Pero yo sí! Aunque me cueste la vida.


El albino sonrió orgulloso, luego tomo mi brazo.


-Déjame aquí Amanda, seré un estorbo para ti y luego...


-Ordenes de la nueva guerrera del viento - dijo mientras nos llevaba a las dos de la mano.


Entonces los tres cruzamos el espejo, en ese lugar el mundo había cambiado, lo que conocía era ahora era muy diferente a lo que se le llama a la normalidad.


-Bienvenidas al reino de Abaje, mi reino.


Deseo de las elementalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora