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*Aclaración; la historia transcurre en 2027 :p

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Chris

Cierro los ojos con frustración. La inspiración tarda demasiado en llegar últimamente, incluso utilizando mis métodos. No hay nada. Creatividad nula.

Suspiro poniéndome de pie. Me quito los auriculares del cuello, donde reposan desde que entré en el estudio, y me giro para buscar mis cosas para volver a casa. Cosa que, debo admitir, evito hacer.

Pasar de vivir con tus amigos —barra familia barra compañeros de grupo—, que gritan y están en su mayoría llenos de energía todo el tiempo, a vivir solo, es una mierda difícil de procesar. Pero ya era hora de que sucediera, con cada uno empezando lentamente a tomar caminos separados respecto a sus vidas personales. Y siendo el mayor, fui quien tomó la iniciativa. Me arrepiento un poco, pero verlos hacer lo mismo me hace mantenerme en mi posición.

—¿Te vas ya? —Jisung levanta la mirada de su libreta por primera vez en todo el día. Observo las leves ojeras, el calor en sus mejillas y su pelo desordenado. Es un caos, pero en ese estado crea perfección en forma de letras. Siempre haya el modo de encontrar inspiración.

—Si, —murmuro—. Estoy seco.

Se ríe levemente, y después se estira en su asiento.

—Pues ve a refrescarte todo lo que necesites, déjalo en mí. Tengo mucho que escribir.

Asiento sin mirarlo mientras busco mi buzo, me lo coloco con la capucha sobre mi cabeza y tomo el maletín dónde guardo mi notebook.  La pongo en el mismo y me dirijo a la salida, murmurando un leve 'okey'.

La luz potente del pasillo me hace achicar un poco los ojos, y mientras empiezo a caminar hacia el ascensor, desvío mi mirada levemente hacia el final del corredor, donde se escuchan voces. Me encuentro primero con una mujer, adorable, de aproximadamente metro sesenta. Sonríe a lo que le acaban de decir, negando un poco con la cabeza y luego encogiéndose de hombros mientras responde. Puedo notar por sus rasgos que es extranjera, nariz pequeña y respingada, labios rosa y mejillas del mismo color, ojos redondos y de un llamativo color marrón claro. Y acompañándola, la persona que casualmente, no quería ver.

—¿Cómo va la producción de esas joyas, Chan-ah? —Jinyoung Park, mejor conocido como JYP, el CEO de la empresa de entretenimiento en la que trabajo, se acerca.

Planto una sonrisa en mi cara, contestando.

—Lenta pero segura, sunbaenim —desvío la mirada a su lado, a la mujer extranjera. Está vestida casi como yo: pantalón y buzo, ambos anchos y de color negro. Con su rostro encantadoramente precioso oculto dentro de la capucha.

Siguiendo mi mirada, mi jefe da un pequeño salto y se ubica detrás de la mujer, tomando sus hombros y empujándola levemente en mi dirección.

—Descubrí a la próxima mejor escritora de canciones de la compañía —se coloca a su lado, con su mano sobre su hombro. Ella baja la mirada, colocando sus labios en una línea, haciendo una mueca—. Índigo Torres.

¿Latina?

Miro sus ojos hasta que se encuentran con los míos, y cuando nos miramos el uno al otro, extiendo mi mano, hablándole automáticamente en inglés.

—Christopher Banhg. Es un placer conocerte, —y queriendo bromear un poco, levanto una ceja y agrego—, llegaste justo cuando más te necesitaba. Mi inspiración está muerta.

Ella sonríe, el gesto sonándome familiar, y levanta su mano para estrechar la mía, que me sorprende al estar llena de pequeños y delicados tatuajes.

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⏰ Última actualización: Aug 21, 2023 ⏰

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