Lejos Estamos Mejor [Soogyu]

Negación.

"me duele amarte.."

Soobin;;

Luego de dos días acompañando a la familia de Beomgyu en la funeraria pude mostrarles un poco de la vulnerabilidad que tenía con el, de lo débil que era cuando de él se trataba, todo paso después de que decidiera abrir la primera página del diario que la mamá de Beomgyu me había dado.

Fue gracias a la nota con la que me recibía.

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"Mi niño bello, me vuelves loco."
-Ben.
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Comencé a Llorar tan feo y me abracé al único recuerdo físico que tenía de el, su diario.

–despiertame... Por favor despiertame y hazme saber que es un sueño que sigues aquí... Por favor–pedi mientras lloraba otra vez.

Esta vez Taehyun se acercó y sin decir nada me abrazo comenzando a llorar conmigo –Hyung... No Quiero verte así...–me dijo en susurro.

–ya no Quiero estar así... Pero... El era mi todo Tae... Lo sabías muy bien y ahora él no está

–Se lo mucho que Duele... El era una parte muy importante en nuestras vidas...–Me dijo el, como si supiera lo que estaba pensando.

Beomgyu era una persona muy hermosa, siempre trataba de mostrar lo mejor de si mismo, ahora hacia falta en todo, extrañaba oír sus ocurrencias, extrañaba sus abrazos, su olor, ya no podía abrazarlo, ya no podía decirle que dejara de esforzarse cada vez que lo encontraba practicando sin parar.

Estaba en mi bucle, con él, todo era él.

Él y yo juntos, él y yo mirando el techo de la habitación, me separe de Tae y le dedique una sonrisa.

–Estoy mejor–le dije con una levemente sonrisa y el me miró con algo de duda.

"Mentiroso" escuche a Beomgyu decir en un eco y entonces Tae se levantó.

–Avisame cualquier cosa Hyung–me dijo y entonces fue con los otros chicos, por lo contrario yo, fui directo a las habitaciones de los chicos.

Pare en seco cuando leí el letrero de la puerta "Beomgyu" cerré los ojos y me tumbé en su puerta volviendo a llorar, Lo era todo, Mi Beomgyu era todo.

Quería que al escucharme llorar abriera esa puerta y me abrazara diciendo que era una broma de mal gusto, quería sentir sus brazos a mi alrededor, estar aquí me estaba matando en vida era nuestro lugar y estaba lleno de recuerdos de todos nosotros, Recuerdos suyos que ahora eran más fáciles de ver, ya no de la misma forma de antes, porque ahora las ocurrencias que decía o hacia no eran para divertirme, me hacían llorar.

Me encontraba en un estado que muy pocas veces había sentido, no tenía ganas de nada me dolía tanto.

Mire el techo del pasillo con los ojos un poco borrosos por las lágrimas y por un momento logré escuchar su puerta abrirse, fue entonces que me levanté de golpe y mire directamente la puerta.

Del cuarto de Beomgyu salió una chica del staff lo que hizo mi pecho doler que casi dejo de respirar.

–Oh, Soobin Hyung...–me dijo y yo hice una mueca –¿Necesitas algo?, puedo ayudarte si quieres.

–Y-yo... Solo déjame pasar...–le pedí al ver que aún no había cerrado la puerta, eso había sonado más como una súplica.

–Hyung... Sabes que no puedo hacer eso...–me dijo y yo negué volviendo a llorar.

–s-solo será un momento... Por favor déjame pasar–le pedí y entonces asintió dejándome su tarjeta de acceso que solo usaba cuando Beomgyu le daba autorización para limpiar su habitación.

La tomé y sin decirle nada cruce la puerta sintiendo como aún el aroma de Beomgyu estaba ahí, aún su esencia estaba ahí, pero el no.. el ya no estaba.

Me tumbé en su cama un momento llorando en silencio al ya no escuchar su voz quejándose por qué me acosté en su cama, o su risa cada que nos hacíamos reír mutuamente.

Por un momento lo sentí ahí, en su habitación, por unos segundos sentí sus ojos clavados en mi y supe que estaba en un recuerdo suyo.

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–¡Soobin Hyung!–se quejo mientras me miraba con los brazos cruzados y su pijama color café ya puesta –¡Esa es mi cama!–me volvió a decir pero no me moví.

Me gustaba mucho el aroma que tenía su cama, el aroma que tenía el.

–Dejame un momento más aquí Gyu, ¿Podrías hacer eso por tú Hyung?–aproveche y el solo suspiro, con eso supe que se había rendido.

Luego de eso me queje al sentír un peso encima del mío y luego me reí –Okey, está bien, te haré un espacio.–entendi y entonces me hice a un lado dejándole un sitio en su cama y lo abrace un momento que a decir verdad hubiera deseado que durará más, pero me separe. –Suficiente amor, me voy, no me quiero empalagar–le dije y me apretó más fuerte en sus brazos, Luego me soltó.

–Durme bien Hyung–me dijo cuando me levanté, lo arrope un poco y después de eso le di una última mirada.

–Duerme bien Gyu–sonrei y entonces salí de su habitación.

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–S-Si tan solo me hubiese quedado más tiempo a tu lado....–dije abrazado a su almohada recordándo ese día recordando lo tierno que se veía con esa pijama y lo tonto que fui al separarme de ese abrazo apretujado que me dio.

No podía seguir.

–Mi Gyu....–susurre aún aferrado a la almohada –Vuelve... Por favor vuelve...–le rogué esperando que escuchará.

Esa noche, dormí en su habitación importandome poco lo que los demás pensaran después o si no me encontraban en donde se suponía que debía estar.

A la mañana siguente me desperté con el mismo dolor en el pecho sintiendome incluso peor que el día anterior.

Y es que nadie habla del día después de la pedida de una persona a la que amabas con todo tu ser.

Se siente tan irreal... Tanto así que esperas verle en algún momento para hacerte saber a ti Mismo que nada paso,que sigue ahí.

Me levanté de su cama que nisiquiera pude desatender el día anterior y entonces fui directamente a su armario.

Pude ver una chamarra café con Gorro y orejas de oso que Solia usar entonces tome fuerzas para tomarla y me la puse, era acogedora y olía a el.

No me moleste en cambiarme tampoco, ahora mi ropa también olía a el, y quería quedarme con su aroma lo más que pudiera, salí de su habitación dando un suspiro y fui al mío, al llegar me senté en mi cama asimilando lo que había hecho y me abrace a mi mismo.

Me encontraba en un estado fatal así que me arregle como pude y salí de mi habitación para ir a ver a los chicos quiénes aún estaban en el comedor.

–Buenos días Soobin Hyung...–Kai fue el primero en saludar, después de el ninguno.

Se habían dado cuenta de mi estado y posiblemente ya habían notado la chamarra.

Yeonjun fue el siguiente en hablar.

–¿tienes Hambre Soo?–Me pregunto y yo negué sentándome en la mesa, los mire a todos por un momento y volví a llorar cuando mire la silla vacía que Beomgyu Solia ocupar.

–Ay no...–Escuche a Tae Hablar antes de sentír como todos me abrazaron.

Los amaba, pero ninguno de ellos podía regresarmelo.