Lisa había despertado desde hace una hora, tenía puesta una bata y apenas había comido. Por normativa del hospital, aún no podía irse sin que le dieran de alta. Ella se sentía bien, su cuerpo estaba bien, hasta los mismos médicos lo habían dicho, pero no podían afirmarlo sin antes ver las pruebas.
Pero Lisa estaba inquieta, no dejaba de pensar en el estado de Jennie. Supo por uno de los profesores que había llegado, que la castaña estaba en el otro pasillo y estaba en revisión igualmente, pero hasta ahora no le habían dado noticias.
A pesar de las órdenes de los enfermeros, Lisa bajó de la camilla y observó con cuidado por la ventanilla de la puerta, que nadie esté cerca o al menos que no la estén viendo. Habían unas enfermeras en una esquina, pero estaban practicando con otros pacientes.
Salió en silencio y de manera rápida de la habitación, apresuró sus pasos hasta detenerse en medio de dos pasillos, no sabía exactamente a qué pasillo se refería aquel profesor. Decidió tomar la derecha, caminó solo un cuantos pasos cuando se detuvo, frente a ella Jennie también frenaba, se había escabullido igualmente para ir a verla.
La castaña sonrió entre lágrimas y corrió a ella, Lisa se aferró a ella en un necesitado abrazo. Sintiendo su aroma, la calidez de su cuerpo y la suavidad de su piel. Besó su mejilla, frente, labios, una y otra vez. Había estado tan preocupada por ella. Verse con vida era un gran alivio para ambas.
_¿Estás bien? ¿No te pasó nada? - Lisa revisaba sus brazos, su rostro, pero Jennie negaba.
_Estoy bien. Solo tengo algunas heridas en el brazo izquierdo, es todo.
_¿Son superficiales? - Jennie asintió.
_¿Tú estás bien? - Lisa se encargó de limpiar sus lágrimas, Jennie era mucho más sensible que ella.
_Estoy bien - sonrió para calmarla - no me pasó nada.
_Pero, ¿Y tu espalda? - preguntó con preocupación, aún tenía el grito de Lisa grabado en mente, fue algo muy fuerte para ella.
_Estoy bien - mostró la piel de su hombro. Jennie lo acarició, notando nada fuera de lo normal, se veía bien - creo que la humedad del mar ayudó - volvió a cubrir su hombro.
_¿Sabes... qué pasó con nuestros compañeros?
Fue una pregunta...que solo le provocó más lágrimas al enterarse.
***
La familia de Jisoo lloraba por la noticia mientras Rosé se mantenía sentada con la mirada perdida. Habían ido a reconocer el cuerpo en la morgue, se negaba a aceptar las palabras de Rosé, no querían que fuera verdad.
Rosé se puso de pie, caminó sin alguna muestra de emoción hasta la recepcionista. De cierta manera, Jisoo se había ido junto a su felicidad. Rosé dijo unas cuantas palabras mientras sus lágrimas seguían estando presentes y la mayor asintió, sintiendo empatía por su perdida.
Cuando llegaron a la camilla correspondiente, la mayor le dijo que le daría la privacidad que necesitaba, que volvería en unos minutos. Rosé al quedarse sola, miró con el corazón destrozado aquella sábanas blanca, donde Jisoo estaba de bajo.
Con manos temblorosas, tomó el borde y lo bajó hasta sus hombros. Cerró los ojos, reprimiendo esas ganas de llorar. Jisoo estaba en esa camilla, no era una pesadilla.
Los minutos fueron pasando, donde Rosé simplemente estaba allí, pensativa, recordando los momentos junto a ella. Tocó con suavidad su cabello y despidiéndose, cubrió su rostro, diciendo en casi un murmullo un "te amo".
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Faded
FanfictionUna nueva heroína aparecerá en la ciudad de Seúl. Lisa Manobal, después de descubrir sus poderes, decide ayudar a la sociedad. ¿qué problemas podría tener?