•Only Chapter•

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Beomgyu estaba sentado en el sofá de la sala, mientras miraba su pequeña pancita de tres meses.

Comía de su zanahoria y lloriqueaba al sentir sus pezoncitos doler, su bebé aún no nacía y sus pequeños pechos se llenaban mucho de leche.

Cambió su vista al reloj de pared y luego al televisor, su novio no tardaba en llegar.

Yeonjun lo había recogido de las calles, siendo sólo un pequeño conejo, le costó mínimo una semana mostrarse por completo, y explicarle todo a su lindo Yeonjun.

El mayor no podía creer que todo ese tiempo se había estado vistiendo, incluso masturbando, frente al pequeño conejo que en realidad era un híbrido.

El pequeño conejito de nombre Beomgyu, no tuvo mucho problema en explicarle lo ocurrido, puesto que Yeonjun ya sabía sobre los híbridos, pero nunca le llamó la atención tener uno, el menor al escuchar esto solo pudo asustarse pensando que lo tiraría a la basura.

Pero el mayor fue muy claro y le dijo que no tendría problema en adoptarlo, que se quedaría con él, y así fue.

Un poco difícil al principio puesto que Beomgyu había escapado de un feo hombre que le hacía daño, pero pudo escapar antes de ser abusado.

Y a Yeonjun le había costado ganarse la confianza del lindo conejito, pero al final lo logró y ahora llevaban cuatro lindos años de relación con un bebé en camino.

Cuando el embarazo comenzó el pequeño híbrido se asustó mucho al sentir como sus pezones y pecho dolían sin razón alguna, y se asustó aún mucho más al ver como sus pezones se hacían más gorditos y gruesos al igual que su pecho que había empezado a crecer.

Se lo comentó a Yeonjun y le enseñó, al mayor también se le hizo un poco raro aquello, así que fueron con el doctor y éste les explicó que era algo muy normal en un híbrido como Beomgyu, y que sus pechos crecerían un poco producto de la leche.

Incluso a Yeonjun le encantaba ver a su pequeño con aquellos pequeños pero deseables senos.

El mayor se había vuelto un adicto a ellos desde una vez que hicieron el amor y se tentó a probar, juraba que la leche del menor era la gloria.

Era tan cremosa y dulce.

Joder, podía pasar pegado a su pecho todos lo jodidos días del mundo, se suponía que la leche era para el bebé, no para él, pero al mayor le daba igual.

Además ayudaba mucho a Beomgyu a minorar tan terrible dolor que le provocaba tener sus pechos tan llenos.

Beomgyu frotó su pequeña pancita, y terminó de comer su zanahoria, sus orejitas parándose al escuchar la puerta de la casa siendo abierta.

Se puso de pie y miró a su lindo novio quitando sus zapatos y dejando su abrigo en el perchero.

—Hola mi amor— el mayor posó sus manos en su rostro y le beso.

—Hola Jun, ¿cómo te fué hoy?— preguntó el pequeño conejito, sus lindos ojos negros brillando y sus orejitas hacia atrás bajitas producto del amor que tenía hacía el mayor.

—Muy bien cariño, desesperado por verlos a ambos— besó la tierna nariz y posó su mano sobre el vientre del menor, agachándose y dejando un tierno beso en la pancita.

—¿Quieres comer ya?— el menor preguntó caminando hacia la cocina.

Escuchó el "Sí" de su novio y procedió a servirle de comer.

Y de paso también para él.

Ambos sentados en el comedor hablando de cosas triviales, y sobre comprarle la cuna al bebé, antes de que lo olvidasen.

• Lactafilia • Yeongyu •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora