Jeon Jungkook, hijo de un mafiosos temido y poderoso en el continente asiático, frío y despiadado, que disfruta ver sufrir y llorar a sus enemigos y víctimas, logrando ser una réplica exacta de su padre, hasta que su mirada se posa en una mujer con...
Desperté con una sábana blanca cubriendo mi cuerpo, volteo a mi lado y no veo a nadie, estaba sola en una cama inmensa.
Las cortinas aún estaban obstaculizando el paso de los rayos del sol. Arrepentida de lo que paso durante la noche me levanto de la cama enrollando la sabana alrededor de mi cuerpo y me dirijo en busca del baño para tomar una ducha ya que me sentía sucia después de lo sucedido.
El agua tibia cae por mi cuerpo mientras tengo los ojos cerrados tratando de olvidar, sentí que le fui infiel a Jimin aunque sé que él piensa que yo estoy muerta.
Termino de ducharme y salgo del baño con una toalla rodeando mi cuerpo, camino en busca de ropa y me encuentro con una puerta que al abrirla veo un amplio vestido con mucha ropa, zapatos, bolsos y accesorios de marca. Estaba por tomar algunas prendas pero no sabía si todo eso era para mí así que aleje mi mano del vestido que estaba por tomar.
Regrese a la habitación y levante el vestido que tenía puesto el día de ayer y me lo pongo nuevamente, busco mis zapatos y al encontrarlos me los pongo.
Me encamino a la puerta de la habitación con la esperanza de que este abierta, tomo la perilla y al girarla me doy cuenta de que estaba encerrada. Me alejo cuando escucho que alguien al otro lado de la puerta intenta abrirla.
— ¡Hola! —la puerta se abre dejándome ver a la chica idéntica a Jungkook, Yarin.
De mí no sale ninguna palabra y simplemente le sonrío, desde que la vi me dio una buena vibra.
—No te asustes —dice entrando a la habitación —no soy igual a mis hermanos —rodea sus ojos.
—Hola Yarin —saludo cortésmente.
—Que chica tan agradable —sonríe y se sienta en la cama —el desayuno esta listo, ven, baja conmigo, mis hermanos salieron y la otra chica no quiere abrir su habitación dice refiriéndose a Deiji.
Ella se levanta de la cama y me jala el brazo suavemente hasta que llegamos al comedor. Cada una se sentó en uno de los lugares de la gran mesa, quise ir por Deiji pero me imagino lo que habrá pasado durante la noche así que decidí darle un poco de espacio para luego ir con ella.
—Y dime, ¿de qué país eres? —pregunta Yarin con una sonrisa formada en su rostro.
—Soy de Guatemala —respondí suspirando ya que me acorde de mi bello país y que me arrepentí de haber venido aquí.
Las chicas de servicio colocaban cada planto en su lugar y al terminar se retiraron.
El desayuno fue agradable en compañía de Yarin, nos la pasamos hablando de distintas cosas y me fue contando algo de su vida familiar.
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Estaba frente a la puerta de la habitación de Deiji, le di tres toques a la puerta hasta que escuche la vos de Deiji.
—¿Quién es? —en su tono de voz note que estaba llorando.
—Soy yo, Jailyn.
No obtuve respuesta y escucho como abre la puerta y sale directo a abrazarme.
—Tranquila —digo sobando su cabeza.
—Fue horrible —suspiro tratando de calmar su llanto.
Después de un rato charlando con ella y dándole ánimos, ella se quedó dormida en mis muslos, con sumo cuidado la acuesto y la dejo cubierta con una manta.
Al salir de aquella habitación me topo con un hombre mas alto que yo y vestido con un traje completamente negro.
—Entre a su habitación, el joven Jeon nos dio la orden de que usted no podía salir de su habitación.
Lo veo con desagrado y simplemente me dirijo a la habitación donde pase toda la tarde hasta que el cielo oscureció.
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Mis ojos se estaban cerrando para quedarme profundamente dormida, pero fui interrumpida por alguien que abrió fuertemente la puerta. Me levanto rápidamente y prendo la luz en el marco de la puerta veo a Jungkook ensangrentado.
—Ayúdame —camina hacia mi con una de sus manos en su abdomen.
Salgo de la cama y corro hacia el baño en busca de un botiquín de primeros auxilios.
Cuando salgo lo veo sentado en la orilla de la cama y me acerco a él.
—¿Qué paso? —pregunto mientras abro su camisa para ver la gravedad de la herida.
—Solo ayúdame —suelta un quejido y frunce su seño soportando el dolor.
Veo una cortada en su abdomen y comienzo a limpiar alrededor de la herida para desinfectarla mejor, gracias al cielo que en mis años de bachillerato recibí clases de primeros auxilios donde aprendí a inyectar y a suturar.
—Es una herida profunda —aviso viendo con mas claridad la herida —necesitas sutura —me levanto para buscar hilo dentro del botiquín.
—¿Sabes hacerlo? —cuestiona viendo como saco el hilo.
—Sí —respondí cortante.
—Entonces hazlo —dijo acompañado de otro quejido de dolor.
—No hay anestesia.
—Hazlo así —ordeno.
Sabiendo que él me había secuestrado y ahora me tiene aquí bajo amenaza de lastimar a mis seres queridos, no podía dejarlo así, no soy tan mala persona. Abro el sobre del hilo y saco algunas pinzas del botiquín, me coloco un par de guantes estériles y comienzo con el proceso.
Su rostro se arrugaba ante el dolor de la aguja entrando y saliendo, pero después un rato había terminado, lo último fue colocarle unas gasas.
—Listo —me levanto y me retiro los guantes.
El sin decir nada se recuesta en mi cama.
Me quedo parada viendo como cerraba sus ojos para dormirse.
— ¿No piensas dormir? —pregunta abriendo sus ojos.
—No contigo acostado en mi cama —me cruce de brazos.
—No are nada estando herido —dijo riendo.
Tenía sueño así que no me quedo opción que meterme al otro lado de la cama.
Apague la luz dispuesta a dormir pero siento como un brazo rodea mi cintura espantando mi sueño...
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ido una disculpa ante cualquier falla ortográfica 😁, espero que hayan disfrutado del capítulo tanto como yo al escribirlo muestras escuchaba las canciones con las que esta inspirada la historia 💃🏻
✺ Gracias por leer 🌹
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