Esta cosita preciosa está inspirada en el arte de Sonolus (Twitter y tumblr, _Sonolus en Instagram), la cual está inspirada en la canción de Reinaeiry (Youtube) ''When the sun loves the moon''
El título también está inspirado en su canción.
Arte de la portada de crimchys (Twitter)
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Never touching, but never far
(their love remains)
La radio es, probablemente, uno de los inventos de los humanos que Wukong más disfruta. No porque entienda como funciona, Dios no, no podría comprender las complejidades mecánicas que hacen que esa caja metálica pueda reproducir música a gran distancia ni aunque le pagaran para hacerlo; no, le gusta porque es la forma más entretenida de llenar su montaña con ruidos no relacionados a la naturaleza y fingir que no está completamente solo. Por supuesto que ama compartir el día con los pequeños y adorables monitos que habitan su hogar, pero, a veces, si no tiene voces más humanas acompañando su día, con las que puede fingir tener una conversación, corre el riesgo de quedarse estancado por varios días en un estado casi catatónico en un espiral de nostalgia y recriminación.
Así que no, gracias, pero no gracias. Adora la pequeña caja metálica por su capacidad de llenar los días en que se siente más aislado con agradables voces humanas, ¡y la música! Puede dejarla sonar por horas mientras finge que va a organizar el desastre que son sus pertenencias y tararear al ritmo de esta. A veces, si no está prestando mucha atención a lo que hace, nota como sus amigos monitos se acercan al aparato para sentarse frente a este y balancearse al ritmo de las melodías más suaves. Adorable.
Así se encuentra en ese momento, mirando a sus amigos e ignorando lo que estaba haciendo minutos antes cuando la música llega a su fin y la voz de quién conducía el programa de radio anuncia la siguiente canción. Sonríe esperando que empiece a sonar alguna muy movida, lo que suele suceder luego de canciones suaves, pero su sonrisa cae cuando en lugar de una fuerte guitarra eléctrica o una batería del aparato sale el sonido lento de un piano acompañado de una voz melódica y dulce.
—When the sun, loves the moon —canta en la radio, la hermosa voz alzándose en el cielo y envolviéndose alrededor de él—, even the ocean feels her pull.
No es, sin embargo, la melodía o que la canción no era lo que esperaba lo que lo hace sentarse junto a la radio mirando a la nada; son los recuerdos que vienen con ella, de días mucho más tranquilos y dos figuras envueltas en si mismas riendo libremente haciendo planes del futuro. Es el recuerdo de un momento de su vida en que su corazón se desbordaba de amor y esperanzas sobre un futuro juntos, mientras la persona por la que su pecho se calentaba cada día le miraba como si sostuviera las estrellas en sus manos cuando, para él, era todo lo contrario.
—Oh, and the stars align every night, to spell out their love in tiny bright lights.
La vida era mucho más fácil, en aquel entonces, cuando su única preocupación era decidir que comería o recolectar ciruelas y mangos para presentárselos a su Liu Er con el objetivo de hacerlo sonrojar y la esperanza de conseguir que se quede un día más a su lado en la montaña. Lo único en lo que debía pensar era en cuidar a los monitos y hacer reír a su contra parte, perderse en su mirada y ser envuelto en sus cálidos brazos antes de dormir cuando cedía a su insistencia de permanecer ahí, con él.
—Oh when the sun, loves the moon... —canta junto a la voz en la radio mientras lágrimas corren por sus mejillas cuando sus recuerdos empiezan a teñirse de amargura.
¿Cómo su vida había cambiado tan rápido? No, eso lo sabe, pero ¿por qué? ¿por qué tuvo que dejarse envolver en planes y confabulaciones que solo sirvieron para sembrar una semilla de duda?
Tan enfocado en lograr un objetivo que ni siquiera era suyo, había permitido que esa semilla germinara hasta crear un muro entre su luna y él. Todo lo que habían construido juntos desmoronándose poco a poco a su alrededor a medida que su corazón y su mente se cerraban a escuchar razón; a su vez, su misma testarudez arrastró a Liu Er por un camino de oscuridad, olvidado al final de las líneas y forzado a envolver su propio corazón con espinas.
—Never touching but never far. Oh, at the break of day a summer's ray, a moonlit night that casts away...
¿Podía culparlo? Se pregunta abrazando sus piernas con su cola. ¿Podía culpar el odio que había germinado y contaminado lo que alguna vez fue un amor desbordante? ¿Podía culpar que el desprecio haya reemplazado el miedo luego de lo que le hizo?
—Their love remains —susurra poniendo su mano sobre la radio cerrando sus ojos con fuerza antes de apagarla.
¿De que servía amarlo con todas sus fuerzas, si el daño ya está hecho?
Acompañado por el silencio que lo envuelve y sus monitos, que se apoyan contra él en un intento de brindarle consuelo, aunque no entiendan porque lo hacen, Wukong llora con amargura lamentándose lo que tuvo y perdió.
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—Their love remains —canta una voz ronca y profunda, en el techo de un dojo aparentemente abandonado en medio de la ciudad a kilómetros de distancia de la montaña.
Una figura envuelta en sombras observa el cielo que poco a poco se torna anaranjado y violeta mientras el sol se desliza lentamente por su vasto reino para ocultarse por ese día. Macaque sonríe amargamente apretando sus brazos alrededor de sus piernas apoyando su mejilla sobre sus rodillas, desprovisto de todas sus ilusiones dejando a la vista de quién quisiera detenerse a mirar el techo la cicatriz en su ojo derecho y sus seis orejas que se mueven ligeramente, escuchando cosas que nadie más podría escuchar.
—Oh, when the sun, loves the moon —susurra su voz del pasado acompañado de la propia en ese momento.
El contraste entre el tono lleno de esperanza y amor del Macaque del pasado junto a su voz cargada de amargura solo hace que su corazón se apriete aún más. Raya en lo masoquista, piensa cerrando los ojos, sentarse así a escucharse doblemente cada vez que esa canción suena en la radio.
—His golden light, his silver hues —se permite cambiar la letra un poco, atragantándose con sus lágrimas al negarse a dejarlas salir—, a beautiful song.
Respira hondo abriendo los ojos justo cuando los últimos rayos del sol acarician el cielo mientras la luna toma su lugar en la bóveda celeste bañando la ciudad con su plateada luz. Una caricia, entre ambos astros, que comparten todos los días al atardecer, el único momento en que pueden coincidir, restregando en su rostro lo que alguna vez tuvo y ya no tiene.
—Oh how they long... —susurra las últimas notas poniéndose en pie, abriendo un portal de sombras desapareciendo a través de este.
For dawn.

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Never touching, but never far
Фанфик[...] -When the sun, loves the moon -canta en la radio, la hermosa voz alzándose en el cielo y envolviéndose alrededor de él-, even the ocean feels her pull. La vida era mucho más fácil, en aquel entonces [...]