Efímeros "Keanu Reeves"

Capítulo 2

Paramos en un restaurante cercano, los precios estaban bastante bien y decidimos sentarnos a disfrutar de la comida, hablamos de lo que nos había parecido el curso y la conversación transcurrió de manera normal. Poco a poco la hora de volverle a ver se iba acercando, el nudo de mi estomago no paraba de crecer y los nervios se notaban cada vez más.

—Chicas, no creo que sea buena idea verme con Keanu, quizá debería cancelar el plan —confesé a mis amigas con el corazón en el puño, no sabia si eran los nervios, o la emoción, puede que algo de miedo.

—Pero que dices, no me seas gilipollas —Mia me dice mientras me da una colleja, por lo general no es una persona agresiva, por lo que aquello me pillo desprevenida. —Tienes una cita con el pedazo de hombre que es Keanu Reeves, ¿Y te estás planteando ir? —continuó.

—Oye Mia, yo entiendo que Jade se plantee ir, ¿Quién nos asegura que sea él? Por lo que sabemos podría perfectamente ser un hombre parecido que se este haciendo pasar por él. —Xenia contesto a Mia.

—Bueno Jade, si te quedas más tranquila podemos seguiros de cerca, no creo que él se de cuenta, y si se da cuenta ya inventaremos algo, pero no te puedes quedar sin tomar un café con él—Dijo Mia, solo me limite a asentir con la cabeza.

Salimos de aquel restaurante, y me adelanté a ellas, activé de nuevo la ubicación en tiempo real, avancé por un par de calles hasta llegar frente a aquel edificio, levanté la vista intentando encontrar aquel hombre, y allí estaba, sin dudarlo aligeré el paso, en cuanto me vio una sonrisa adorno su rostro.

—Un gusto verla de nuevo señorita Jade. —dijo Keanu mientras me ofrecía su mano, fui a estrechársela, pero él se la llevo a los labios para posar un suave beso en ella. Me sonrojé ya que no estoy acostumbrada a ese tipo de trato.

—Igualmente señor Keanu— Tartamudee un poco al tratar de contestar, él rápidamente se dio cuenta de mi nerviosismo, soltó mi mano cuidadosamente y metió las suyas en los bolsillos de su cazadora. —¿Le apetece dar un paseo y encontrar un sitio tranquilo en el que tomar un café? ¿O le apetece hacer otra cosa? — Agregué, tratando de hacer la conversación menos incomoda.

—Un café suena bien, pero por favor, no me trates de usted, me haces sentir aun más mayor— El hombre soltó una risa nerviosa, cubriendo su boca con la mano.

—Perdona la indiscreción, pero ¿Cuántos años tienes? — Me animé a preguntar.

—¿Cuántos me echas? — Preguntó él de manera juguetona.

«Polvos unos cuantos» pensé, siendo completamente presa de aquel pensamiento intrusivo. Keanu se había detenido al ver que yo me quedaba quieta, y me miraba de forma impaciente esperando mi respuesta. —Unos cuarenta y algo, probablemente 46— Dije finalmente, él se limitó a sonreír por un breve instante, luego soltó una carcajada.

—De verdad que me alagas, pero siento decirte que estas muy confundida —Dijo mientras aún se reía —Tengo 54 años— Concluyó, agarraba su estómago y continuaba riéndose, yo esta vez le acompañé y comencé a reír también, la verdad es que aparentaba ser bastante más joven de lo que era. —¿Vamos por ese café? Necesito beber algo, llevaba mucho sin reírme asi— Añadió mientras secaba las lágrimas de sus ojos.

El café que escogimos estaba relativamente cerca de donde le había recogido. Era una humilde cafetería típica de Madrid, pero especializada en café y chocolate. Keanu decidió que sería mejor tomar algo dentro, hacía algo de frio, pero eligió una mesa frente a una ventana.

—¿Cómo te gusta el café? — Le pregunté una vez se sentó.

—Me apetece un solo, sin azúcar. —Me contestó, simplemente asentí y empecé a acercarme a la barra — ¿Dónde vas? — Me preguntó mirándome confundido desde la mesa, me empecé a reír y le hice un gesto para que esperase un minuto.