The story of us [Spreen]

8

Llegamos al final del pasillo, en donde se encuentran tres puertas.

"Pues esa puerta de ahí es mi habitación" Dice Spreen señalando la puerta del final del todo "Las otras dos son el lavabo y la habitación de invitados, como solo hay 1 habitación teneis que elegir quien dormirá en el sofá de la sala" Dice Spreen y se mete en su habitación.

"Carre, si quieres ya duermo yo en el salon" Le digo a carre.

"Si es lo que quieres... No te voy a decir que no" Dice riendo.

"Bueno pues yo creo que ya ire a dormir, son las 11 de la noche y e tenido un vuelo muy largo, descansa carre" Le digo

"Descansa bien Sofi, que mañana hay que salir de Joda" Dice riendo carre y se mete a la habitación a dormir tambien, supongo.

....

Llevo una hora por lo menos intentando dormir, miro la hora y veo que son las 00h del 9 de octubre, me levanto corriendo y voy a la habitación donde se encuentra carre.

"Felicidades Carreteraaaa" Le digo nada más abrir la puerta.

"La concha de tu madre Sofía, estaba durmiendo" Me dice mirándome mal. "Pero gracias igualmente" Dice sonriendo para después levantarse y abrazarme. "Ahora si me disculpas, me vuelvo a dormir, adios" Dice mientras me cierra la puerta en la cara.

Vuelvo al sofá y me voy a dormir.

....

Un tiempo después me doy cuenta de que tengo bastante frío y no puedo dormir por culpa de ello. A regañadientes me levanté y me dirigí hacia la habitación de Spreen para preguntar si tenía una manta de sobras o algo.

Abro la puerta lentamente por si está durmiendo, pero al abrir veo a Spreen de espaldas a mí con los cascos puestos jugando Minecraft. Le doy dos toques a la puerta.

Spreen se gira hacia donde yo estoy y se sorprende de verme ahí, luego ya vuelve a poner la cara de amargado.

"¿Qué pasa Sofí?" Otra vez el mote "¿Me echas tanto de menos como para venir a mi habitación a media noche?" Dice riendo.

Ruedo los ojos "Venía a preguntar que si tienes una manta de sobras" Le digo mirándolo.

"Mmmh, me parece que no" Dice y se queda unos segundos pensando, "No, no tengo ninguna, pero si quieres te puedo dar la de mi cama." Me dice mientras la agarra y me la da.

"No no, Spreen, esa es tuya, da igual tampoco tenia tanto frio" Le digo.

Mentira, si tenía frío, pero encima de que me deja quedarme en su casa no le voy a quitar también la manta.

"Bueno, como quieras" Dice y se vuelve a girar hacia el monitor y continúa jugando minecraft.

Vuelvo al salón, y como no puedo dormir agarro el teléfono y me pongo a ver una serie en Netflix.

Pov spreen

Cuando escucho la puerta de mi cuarto cerrándose, me quedo unos minutos pensando, y decido llevarle la manta al salón. No se porque lo hago, simplemente me sabe mal que pase frio.

"Sofía no seas tan testaruda y toma la manta" Le digo yo a lo que llegó al sofá.

Ella está sentada en el sofá viendo una serie o algo en su teléfono.

"Enserio Spreen, que no hace falta, además ya no tengo sueño" Dice volviendo la mirada a lo que sea que está viendo en el teléfono.

"No seas tan testaruda", le digo, tratando de sonar amable pero firme. "Si ya no tienes sueño, no debería importarte que me quede aquí y veamos una película juntos en el sofá ¿no?".

No se porque he dicho eso, simplemente lo he dicho.

Sofía no respondió, continuó mirando fijamente su teléfono mientras seguía enganchada en su serie. Decidí sentarme cerca de ella en el sofá, esperando alguna señal de que estaba dispuesta a aceptar mi ayuda. La tensión en el aire era palpable.

....

Después de un rato, noté cómo Sofía comenzaba a adormilarse. Su cabeza se inclinaba lentamente hacia un lado hasta que finalmente descansó en mi hombro. Me quedé sorprendido y no supe cómo reaccionar en ese momento.

A pesar de nuestra rivalidad y desacuerdos constantes, verla rendida al sueño de esa manera me conmovió. Sentí un torbellino de emociones dentro de mí, una mezcla confusa de aversión y un ligero destello de compasión.

Decidí actuar en consecuencia. Con cuidado, tomé la manta que había traído y la extendí suavemente sobre el cuerpo adormecido de Sofía. Observé cómo se acurrucaba un poco más, ahora envuelta en la calidez de la manta.

Me sentí confundido y abrumado por la mezcla de sentimientos contradictorios que surgieron en mí. A pesar de todo, estaba ahí, ayudándola a sentirse más cómoda y protegida. Era un gesto que no esperaba hacer, pero que sentí en el fondo de mi ser que era lo correcto en ese momento.

Me levanté silenciosamente y regresé a mi habitación. Me acosté en mi cama, tratando de procesar todo lo que había sucedido. La rivalidad entre Sofía y yo seguía latente, pero también había surgido un breve instante de conexión y compasión que desafiaba nuestra visión mutua. O eso creo yo.

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