Desastre
Otro día, caminando con el atardecer detrás, en silencio. Jugabas con tus manos y respirabas con un poco de dificultad.
-deberíamos salir.-dijiste rápido y sin mirarme.
Me reí, estabas echo un desastre.
Me agradó hacerte sentír así, desorientado y nervioso; era algo nuevo. Me recordó a mí.