ya eran las nueve de la noche y debíamos volver cada uno a nuestra casa.
Íbamos de la mano a tomar el bus y pasó por mi cabeza la idea de que yendo a tomar el bus empezó todo.
Me confiesas que aquel había sido tu primer beso y yo respondo que es mejor dárselo a alguien a quien quieres mientras recuerdo mi primer beso con lastima.
Te veías tan contento, me gustaba verte así. Aunque me sentía un poco abrumada me consolaba pensar en todo lo que nos quedaba por delante y así comenzó lo bueno y lo malo