El día había caído soleado en Mónaco, hacía sol, la gente iba de aquí para allí nerviosos por el GP que se disputaba aquí.
Yo tenía a mi pequeña Megan sostenida de la mano, estábamos ambas caminando (lentamente debido a que mi hija tenía tan solo 2 años) y nos dirigíamos al garaje de Ferrari.
En nuestro camino hacia allí la gente nos paraba y me pedían fotos, era una sensación a la que ya estaba acostumbrada aunque aún me abrumase un poco.
Al llegar ahí busqué a Charles con la mirada, una vez lo encontré me dirigí junto con nuestra hija hacia el.
-Papa!- gritó mi pequeña llamando la atención de todos allí.
Cuando Charles nos vio a la pequeña y a mi, se le iluminó el rostro y se acercó a paso rápido hacia nosotras.
-Mon amours- dijo el con su característico acento Monegasco
El tomó a Megan entre sus brazos con la sonrisa más pura del mundo y le dio vueltas, y enseguida bajó a la niña de sus brazos y me tomó a mi de la cintura para darme un profundo beso.
-Te deseo la mejor suerte del mundo- dije a mi marido aún abrazados
-Te quiero- dijo el volviendo a besarme
La pequeña Megan no tardó en acercarse a nosotros y levantar sus bracitos queriendo sumarse al abrazo familiar.
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La carrera hacía ya un par de horas que había empezado, quedaban apenas dos vueltas.
El GP se estaba disputando entre Charles y Max Verstappen.
Dieron la penúltima vuelta y mis nervios estaban cada vez más presentes, Max iba primero.
De un momento a otro Charles logra adelantar a Max apenas unos metros antes de la meta, y... cruza el primero!
Todo el garaje de Ferrari se suma en una oleada de aplausos, y yo empiezo a llorar de la alegría.
Todo el mundo empieza a correr hacia el podio y yo tomo a Megan en brazos para dirigirme también allí.
Al llegar pude ver a Charles en el podio, había ganado y yo estaba súper orgullosa de el.
El himno de Mónaco empezó a sonar, y les dieron a cada piloto sus respectivos trofeos.
Ellos empezaron a tirarse champán mientras abajo todos les veíamos, algunos más felices que otros, pero yo era la más feliz ahí abajo.
Charles rápidamente puso sus ojos en mi y en nuestra hija en mis brazos, y simplemente se fue de el podio.
No pasaron ni 2 minutos cuando lo vi corriendo hacia mi.
Tomó a nuestra hija con uno de sus brazos y con el otro me rodeó la cintura y me besó.
-Estoy muy feliz y orgullosa por ti- le dije a Charles cuando nuestro beso finalizó
El no dijo nada, simplemente me miró con los ojos llorosos y me volvió a besar, era su primera P1 desde hacía demasiado tiempo.
Nuestra pequeña Megan esbozó una sonrisita y empezó a aplaudir como pudo.
Yo y Charles la observamos embelesados y ambos le dimos un beso en su cabecita.
-Me alegro muchísimo de haber formado una familia contigo, la mujer de mi vida- dijo Charles viéndome a los ojos.
Era uno de los mejores días de nuestra vida y lo estábamos pasando en familia.
