Los barcos nunca han sido la mejor opción para viajar, se marea y siente que el almuerzo y desayuno van a terminar en el fino piso del barco en el que se transportan.
La brisa le ayudó a despejar la mente del pensar en vomitar, si Louis piensa que no quiere vomitar, no lo hará. Fuma un cigarro mientras se sostiene del borde del barco, ve lo azul del cielo en el mar e intenta ignorar a los pasajeros que le piden firmar sus cuadernillos de cuero fino. Si los firma, pero no lo desea. Louis desea que todo vaya bien.
Alrededor de unas horas después, han llegado a su destino y Louis no admite cuán desesperado estaba por despreciar las tierras francesas, pero, con tan solo un vistazo a su entorno, admite que se retracta.
Francia era hermoso. Las calles con plantas verdes y vivas, la sociedad francesa seguía recuperándose de la guerra y, sin embargo, no lucía tan demacrado, ni tan frío o triste. Era el país de libertad en los 20.
Viajaron hasta un hotel de lujo cerca de Costa Azul, una ribera en donde lujosas y extravagantes mansiones se extendían a lo alto. No habían muchas, pero podía ver al menos sesenta casas.
Los mares que se estrellaban en las rocas y puertos compartían sonidos relajantes. Louis se olvidó de las nubes grises de Reino Unido por un momento.
Al llegar al hotel, Louis decidió tomar una ducha para retirar el sudor que ya estaba en su cuerpo. Un traje café fue el que vestía, adjuntó una boina que su madre le había obsequiado y salió del hotel para fumar.
Liam ya estaba ahí. No tenía su saco, solo un chaleco y su camisa blanca y pulcra puesta.
Un precioso auto rojo los llevaría a conocer a la familia Blanc. Louis admiraba los preciosos paisajes que Francia le ofrecía, las personas en la playa con sus trajes de baño de alta calidad, los puestos de venta de frutas en las orillas de la carretera, los árboles y la bonita y bien estructurada arquitectura.
Al llegar, un gran barandal negro que contrastaba con los colores del hogar les recibió. Un trabajador de la mansión les abrió el portal. Liam y él vociferaron un «gracias».
Aparcaron detrás de dos autos más. Louis se sorprendió de que no hubiera un montón. Solo dos autos.
—Llegamos mago Tomlinson.
—Ni me menciones así enfrente de la viuda y el mentiroso —le dijo riendo.
Liam carcajeó.
Zayn Blanc está en las escaleras de la lujosa mansión, su brazo está posesivamente pegado a la cintura de Lizbeth, pero su mirada solamente está en Liam. Cuando llegan hacia ellos, Zayn ni siquiera le ha dirigido la mirada.
Louis, con burla, alza una ceja. Ya cuestionará a su colega sobre esas miradas no indiscretas.
Cuando Liam ha terminado de saludar con un abrazo rápido a Zayn y un beso en la mano de Lizbeth, lo presenta a él.
—Zayn, te he cumplido. Te presento con orgullo a mi gran colega y amigo, Louis Tomlinson.
Zayn, por fin, le mira. Louis no se intimida ante sus ojos y la claridad de estos, mucho menos por sus pestañas gruesas y abundantes.
Zayn le da la mano con una sonrisa amable.
Lizbeth le da la mano, pensando que Louis le besará esta, pero, ella luce avergonzada cuando el mago solo le da la mano y le dedica un «Que gusto conocerla, Lizbeth».
—Debo decir que le imaginaba de más edad Tomlinson, me han hablado maravillas de su carrera como profesional y yo pensaba que estábamos tratando de alguien más mayor. Sabe usted que nunca he ido a sus shows y el periódico no le hace justicia.
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Una mentira blanca en Francia [L.S]
FanfictionLouis, un mago profesional, es contactado por su colega y mejor amigo Liam Payne; para desmentir a un joven psíquico que tiene influencia en una familia de alta clase en Londres.