Los aplausos siempre son música para sus oídos, puede ver adultos aplaudir y elogiar su show y niños reír y emocionarse con las ayudantes que visten extravagante.
Había finalizado el show con la famosa ilusión de cortar a una chica en una caja por la mitad. Algunas madres incluso luchaban por no tapar los ojos de sus pequeños que con miedo miraban el último truco. Las personas eran muy conservadoras, y eso que estaban en 1921.
No es que fuera un narcisista o no tuviera humildad, pero Louis sabía que sus shows eran los mejores, siempre estaba en boca de las familias londinenses cuando de entretenimiento se tratara. La maravilla y elegancia con la que él se movía por el escenario, creando magia con una barita o tomando a un conejo de su sombrero era lo que la gente quería ver, y pagaban muy bien. Louis hacia lo que le gustaba, recibía elogios y ganaba mucho, pero mucho dinero.
Hizo una reverencia junto con sus compañeras, y se retiró del escenario alzando su mano para saludar a los niños fanáticos del mago Tomlinson.
Llegó a su camerino y quitó la peluca, el traje un tanto ridículo que le apretaba la cintura fue retirado de su cuerpo con ayuda de su asistente y prefirió peinar sus cabellos cafés para un lado. Mirando su reflejo en el espejo se percató del cansancio.
Un toque en su puerta, algún hombre rico que pagó porque Louis saludara a sus retoños. No lo haría. No tenía que hacerlo.
—Diles que no recibiré a nadie— le comento a su asistente, un chico temeroso de apenas 21 años.
El chico, en sus trajes a la medida que Louis mando a hacerle con un sastre de confianza, caminó a la puerta. Hablando tan bajo y tranquilo, asustado cuando el hombre adinerado le gritó que él y el mago Tomlinson eran déspotas.
Otro toque en la puerta.
Louis, enojado y decidido a no saludar a ningún niño sin sus dientes de leche abrió la puerta con rapidez.
—Entiendo que quiera que sus hijos me conozcan— fue irrumpido por Liam, su colega favorito.
En traje, zapatos limpios y un maletín en sus manos.
—No tengo hijos, Louis.
—Liam... ¿Qué tal estás?
Liam sonrío, tenía rasurada la barba por completo, lucia descansado y un poco ansioso.
—Bien Louis, bien. Llegué esta mañana de Francia. Tuve un viaje un tanto... peculiar. Mi propósito es hablarte de esto, ¿te apetece ir a un bar?
—No tomaré alcohol Payne.
—¡No lo dije! Puedes pedir una taza de té, anciano.
•••
Bajaron del auto, un Ford con el capo abajo. Los veranos en Londres eran amistosos como para sentir el aire en el rostro mientras conduces.
Liam pidió whiskey y Louis pidió agua. El hombre con bigote que los atendía le miró con duda, los hombres no solían pedir agua en ese lugar y ante la mirada que le obsequió el hombre que atendía, le dijo que mejor se apresurara con sus pedidos. Odiaba que la sociedad quisiera saber todo, criticar y mirar a todo.
—Estaba en Francia, visité a una familia de clase alta en unas playas de la hermosa ciudad. Los Blanc, la señora Blanc viuda, su hijo un enamoradizo Bernard, Zayn el mayor y su esposa, Lizbeth. La cuestión, lo peculiar de este viaje es la razón de mi visita a Francia. La familia hace poco se relacionó con un psíquico. Un jovencito audaz que dice poder contactarse con los muertos, leer pensamientos, predecir futuros, contactarte con tu alma gemela y cosas así. Tú más que nadie en el mundo sabes como, de cierta genial manera, desmentir y he concretado con Zayn que acudas a su casa para desmentir al chico que se roba toda la atención de la señora Blanc y del hijo. Robándoles dinero Louis, sabes cuán despreciable ese tipo de personas.
Louis reaccionó con una risa a toda aquella información.
—Me pides que vaya hasta Francia, a una casa en las costas, con un atrevido chiquillo que le miente a una pobre desalmada viuda que no sabe qué hacer con su dinero.
Liam río, tomando la bebida amarilla. Whiskey con unos cuentos hielos. Relajado, su camisa blanca arrugándose al tener sus codos apoyados en la pequeña mesa de madera en la que charlaban.
—Lo resumiste muy bien, sí. Eso quiero, y no solo por mi satisfacción al mirar a un mentiroso ser descubierto, sino que el mismo Zayn, fan tuyo, me lo sugirió. Él te pagará incluso.
—No necesito el dinero de un inmoral francés.
—Le llamarás inmoral y lo que desees, pero te lo digo con toda la verdad, él si quiere que acudas a abrirle los ojos a su pobre madre.
Louis terminó su vaso de agua cristalina e insípida. Lo pensó, necesitaba tal vez vacaciones y el mar nunca es mala opción, podría visitar poblados y hacerle saber a los medios y a la sociedad que nadie te puede leer la mente. Ni el más formado psicológico.
Los periódicos explotarían al saber que, el mago Tomlinson desmintió a otro astrólogo y psíquico mentiroso y aprovechado de viudas ingenuas millonarias.
Dejó el vaso en la mesa y sacó algunas libras para pagar los tragos.
—¿Qué fecha tienes pensada Payne?
Liam Payne sonrío. Louis le dio palmadas en el hombro y con elegancia se levantó para pedirle a su colega que se retirarán.
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Una mentira blanca en Francia [L.S]
FanficLouis, un mago profesional, es contactado por su colega y mejor amigo Liam Payne; para desmentir a un joven psíquico que tiene influencia en una familia de alta clase en Londres.