Always been you ✦ KookV

✦ CAPITULO 04 ✦

✦ Capítulo 04: Confesiones no dichas ✦

Miro el montón de hojas arrugadas y hechas bolita alrededor de su escritorio y estudio. Frustrado por no llegar a ningún lado se froto la cara con cansancio, miro el reloj de su teléfono y su corazón dio un salto, 11:50 p.m marcaba el reloj en la pantalla. Se preocupo por la ausencia de Taehyung quien no había aparecido en su casa desde hace un par de horas.

Tras escuchar la demo, había salido casi corriendo con una vaga excusa de que necesitaba tomar aire fresco y de paso resolver algunos pendientes del trabajo —excusa poco convincente para Jungkook—, sin embargo, accedió a dejarlo marcharse sin cuestionar más. Con el paso de los años había aprendido que no debía presionar demasiado a su mejor amigo, a veces se encontraba sensible y salir a despejarse solo le ayudaba a aclarar sus pensamientos y clarificar sus sentimientos.

—¿Debería marcarle? —se preguntó en voz alta en medio del silencio que lo rodeaba.

Tomo el teléfono dirigiéndose a la aplicación de contactos y miro la pantalla meditando que tan prudente seria llamarlo. Sin embargo, antes de pensarlo demasiado decidió ser impulsivo como la mayoría de las veces y marco su número, el teléfono sonó un par de timbres hasta que finalmente su llamada fue descolgada por el castaño.

—¿Jun...? ¿Kookie-koo? —respondió su amigo con una voz extraña y un tono arrastrado que le hizo saber que estaba un poco pasado de copas.

—¿Tae donde estas? —fue lo primero que pregunto.

El castaño se echó a reír destartaladamente y Jungkook sintió como su mandíbula se tensaba en preocupación por no saber dónde se encontraba Tae.

—Con mi hyung favorito —dijo con una sonrisa.

—¿Jin está contigo?

—Sip.

—Bien voy para allá —aseguro sin darle tiempo a replicas—. No te muevas de ahí, iré por ti —le pidió antes de colgar la llamada.

Se levanto de su silla de un salto y corrió a su habitación en busca de un abrigo. Las bajas temperaturas de diciembre se acercaban cada vez más, a una velocidad alarmante. El frio había comenzado a hacer presencia por aquella temporada de finales de noviembre donde el otoño se despedía de sus cálidos colores para darle paso a la temporada blanca que florecería en brillantes flores con la primavera.

Cogió una sudadera ancha y negra, junto con un abrigo de color marrón para Tae. Corrió por sus tenis, teléfono y llaves de su motocicleta, sin embargo, antes de dar un paso afuera tomo una bufanda que enrollo alrededor de su cuello y salió en búsqueda de su mejor amigo con el corazón palpitando a la velocidad de setecientos caballos.

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Se estaciono frente al colorido local de Jin que ya estaba cerrado, aunque las luces del interior aún se encontraran encendidas. Bajo de la moto y se quitó el casco con velocidad, sin embargo, antes de poder entrar fue interceptado por un joven más alto que el, de tez morena, cabello castaño claro, ojos pequeños y unos hoyuelos sobresalientes. Kim Namjoon lo miro desde la entrada sorprendido por su llegada y alegre por volverlo a ver.

—¡Hyung! ¡Hola! —saludo Jungkook con alegría de ver a su amigo.

Namjoon camino en su dirección con un par de bolsas de basura en la mano y sin darle tiempo a reaccionar lo estrecho en un cálido abrazo.

—¡JK! ¿Cómo has estado! ¿Qué sorpresa encontrarte aquí? —comento el joven con una sonrisa.

—Lo sé, ¿esta Tae adentro? —pregunto con un poco de nerviosismo.