Aemond hubiera preferido mil veces ser cazador, no era que tuviera tal falta de control para perder la paciencia viendo al resto de su equipo volando con movimientos bruscos y la adrenalina al cien por ciento mientras él esperaba a ver la pequeña Snitch por algún lado.
Su problema ni siquiera estaba con su equipo.
Esa molestia punzante y la vena palpitando en su sien sólo aparecía en específico enfrentándose a ése equipo de Gryffindor. Y tampoco era que tuviera algo en contra de ellos en general. A veces si eran prepotentes pensando ninguna casa los superaba, y claro, no negaría le encantaría lanzarle en la cabeza una Brudger al capitán de ese equipo. Pero su hermano Daeron jugaba en Gryffindor como guardián entonces sólo podía regocijarse en su imaginación para no enfadarlo. A todo esto, ¿Cuál, o “quién” mejor dicho, era el problema?
—Es un partido interesante.
—¿Ah sí?
—Todos los partidos donde estoy contigo son interesantes. Espero algún día en lugar de atrapar la Snitch dorada, te atrape a tí– Explicó Lucerys con voz profunda, acercándose discretamente.
Aemond retrocedió en su escoba por instinto, rodando los ojos. Ése otro buscador era un innegable fastidio.
—¿Qué estás buscando, lord Strong?
—A tí. ¿Estoy cerca de conseguirte?
Desde su tercer año en Hogwarts, en el momento que vió al pequeño Lucerys Strong colocarse el sombrero seleccionador, supuso varias cosas de él: uno, seguro era familia de Jacaerys Strong y por eso el parecido; dos, que ese niño tembloroso que intercambió una mirada con él hasta tropezar mientras se dirigía a la mesa de Gryffindor seguro traía algo entre manos.
Al principio Lucerys apenas podía hablarle. Tartamudeaba, o salía corriendo siempre que estaban a menos de cinco metros. Aemond pensó tenía que ser un tonto. Durante dos años aprendió a ignorarlo y seguir haciendo sus cosas luego de verlo huir de él.
En el tercer año del castaño, y quinto año de Aemond, Lucerys pareció tener algo de confianza habiendo crecido un poco y le enviaba ranas de chocolate junto a cartas de amor nada anónimas. Aegon al principio no cayó en cuenta de nada, no estaban en la misma casa, pero a pesar de ser un Hufflepuff si encontró cómo ponerse al corriente de la noticia (quizás Daeron le había dicho). Y sus hermanos comenzaron a llamar a Lucerys “el novio de Aemond” cada que lo veían por los pasillos, aunque el castaño casi se desmayara con su cara sonrojada y Aemond los persiguiera para vengarse.
En su cuarto año Lucerys tomó mayor valentía y ahora podía hablarle como persona normal por lo menos. Las cartas pasaron a ser más atrevidas y en lugar de enviarlas a la sala común en las mazmorras, usaba hechizos para que fueran volando sobre el hombro de Aemond aleteando sus alas de papel. Aemond tuvo que admitir eran originales. Pero no iba a ceder sólo porque ya parecía gente normal estando cerca. El enano ni siquiera era su tipo. A él le gustaban altos como el profesor de defensa contra las artes oscuras, Daemon (incluso su hermana formaba parte del club de fans).
Aún así, Lucerys no se rindió y ese mismo año entró al equipo de quiditch liderado por su hermano Jacaerys. Aemond sólo por curiosidad fué a verlo durante un partido entre Ravencraw y Gryffindor con la excusa apoyar el equipo de su hermana, inesperadamente era más o menos competente. Lo suficiente para atrapar la Snitch dorada pronto. No esperaba al terminar, Lucerys se diera cuenta asistió al partido y lo mirara fijamente mientras llevaba la Snitch hasta sus labios, como una especie de provocación lasciva.
Aemond por supuesto se fué lo antes posible de la escena, sintiendo se estaba volviendo el tierno chico en una especie de depravado.
Algo de lo que se arrepintió totalmente. Luego de eso a Lucerys ya no le bastaba con coquetearle descaradamente, no, no. Tenía que aparecerle al frente en la biblioteca, en Hogsmeade, cerca de la sala común de Slytherin cuando Aemond volvía de un largo día de clases. Y ahora el apodo “novio de Aemond” se extendió hasta el punto que sus propios compañeros lo usaban y se reían amistosamente de Aemond llamándolo asaltacunas. Pronto incluso escuchó los profesores se dirigían a él de ese modo: “Escucha, deberías ayudar a tu novio en pociones que no es muy bueno”, “Mira, Aemond, tu novio pidió hoy te fueras a Hogsmeade sin él que va a quedarse repasando una lección”.
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Te Atrapé
FanfictionLucerys y Aemond son estudiantes de Hogwarts y desde primer año, Lucerys ha estado coqueteando con Aemond, aunque parece que él no le presta atención. Sin embargo, durante un partido, Lucerys arriesga todo para salvar a Aemond, lo que cambia su rela...