Estaba muy nerviosa por la competición, Ada tenía que esforzarse al máximo si quería ganar. Debía hacer sus mejores marcas, sobrepasar las suyas por mucho y también tener un poco de suerte. Era el día más importante de su vida, estaba en el campeonato de Europa de atletismo juvenil, ya que tenía dieciséis años. No podía malgastar esa oportunidad, era una cosa muy difícil de conseguir, y probablemente que solo pudiese vivir una vez.
Se preparó, y sonó el pitido que daría comienzo a la carrera. <<Vamos Ada, tú puedes>> se animaba ella.
Salió disparada sin pensarlo dos veces, iba bastante adelantada comparada con sus contrincantes. Eran ochocientos metros, la distancia que mejor se le daba, pero aún así seguía nerviosa, dándolo todo para ganar. Cuando de repente, oyó un sonido fuerte pero cortante. Un disparo. Parece que las demás atletas también lo oyeron, porque se quedaron todas paradas, aprovechando también esa distracción para descansar un poco. El público se alteró y empezó a gritar toda la gente en las gradas. Los coordinadores que estaban en la pista intentaban tranquilizar a las corredoras, llevándolas a los vestuarios.
Ada seguía un poco asustada, mientras todo el mundo se fue gritando, ella se quedó parada en medio de la pista. Sin poder moverse pero tampoco reaccionar. Y fue cuando, de nuevo, se escuchó otro disparo. La gente estaba aterrada, menos Ada, que seguía quieta, no se movía. Tenía una expresión un poco extraña, simplemente miraba un punto fijo, no sabía muy bien por qué, pero sus piernas no reaccionaban. Su cerebro le decía que se moviese, que saliese de ahí corriendo, pero no podía.De pronto vio a un gato, era blanco con los ojos color avellana, un poco rasgados y con una cola con manchas negras. Pasó justo delante de ella, mirándola como si tuviese que decirle algo. Ada lo siguió con la mirada hasta una columna de al lado de las gradas, allí desapareció.
Mientras tanto ya no había rastro de la gente . Solo se oían ruidos a lo lejos, estaba ella sin nadie más, en la misma posición que antes. En medio de toda la pista, seguía inmóvil, pero con otra expresión en su rostro. Esta vez con cara de extrañeza, aparte de lo del gato había una pequeña luz justo en el lado opuesto de la pista, parecía una puerta, pero no se podía ver hacia dónde iba. Caminó hacia ella para ver hacia dónde se dirigía, pero cuando llegó, miró a través de ella y estaban todas las chicas contra las que había competido, muertas. Estaban tiradas en el suelo con heridas de balas por el cuerpo. También se dio cuenta que los coordinadores habían desaparecido, no había ni rastro de ellos. Ada se quedó horrorizada, y empezó a llorar, aunque no muy alto, ya que podría haber alguien. De repente vio que había dos hombres con trajes un poco extraños, no muy lejos de ella. Así que corrió para esconderse, seguía llorando silenciosamente. Además de todo lo que estaba pasado, Ada no estaba ni en su país, no tenía ni idea de dónde estaban sus padres, porque todo el mundo había salido corriendo. Y a nadie les había importado las atletas.Encontró un sitio para esconderse detrás de una columna, donde momentos atrás, había desaparecido el gato. Trató de escuchar lo que decían, logró oír que iban a llevar todos los cadáveres a su jefe, pero que faltaban dos personas. Y ahí dejó de escuchar nada, porque los dos hombres salieron y se alejaron.
Ada se asustó mucho, ¿y si ella era una de las que faltaban? ¿Y si la encontraban? ¿Y si le hacían daño? O peor, ¿Y si la mataban como a las demás atletas? Al pensar en eso sintió un escalofrío, se puso las manos en la cabeza y gritó por dentro. Le temblaban las manos y las piernas, lloraba silenciosamente, hasta que de repente le pusieron una mano en la boca. Ella intentó soltarse, se dio la vuelta, y para su sorpresa, no vio a uno de los hombres que había visto antes. Se encontró con un chico un poco más alto que ella. Debía de tener su misma edad o puede que uno o dos años más. Tenía los ojos azules, pero de cerca se le podían ver unas motitas verdes y marrones, con unas largas pestañas negras. Tenía el pelo castaño claro, con algunas mechas rubias naturales. También, si te fijabas tenía pecas alrededor de la nariz. La miraba con una de esas miradas que te dicen que te calles. Y sin decir nada la cogió del brazo haciendo un gesto de silencio con el dedo, Ada se sorprendió, pero fue con él.
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LA ÚLTIMA
FantascienzaAda quiere ganar con todas sus fuerzas la carrera, pero lo que no sabe es que eso no va a poder pasar, ya que van a suceder muchas otras cosas, una de ellas, el chico perfecto. Pelo castaño claro, ojos azules, alto, guapo, y sobre todo, con buen sen...