༒︎✞︎𝑇𝑜𝑜 𝐿𝑎𝑡𝑒✞︎༒︎ 《Amanda The Adventurer》

•Memorias y Demencia• 《2/7》

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Era un día alegre y soleado como se suponía que era este mundo. En un campo con un césped del verde más vivo, se encontraba una oveja sentada viendo el paisaje con la mirada perdida en este, mientras que atrás de él se encontraba Amanda jugando con la lana de la oveja, haciendo divertidos peinados que a ella le causaba gracia.

Sabes Wooly? Siento que te quedaría bien un arreglo floral en la cabeza de nube que tienes.-🍎

Uuhh, en serio crees eso?- 🐑

Por supuesto, me dejas ponerte algunas flores?-🍎

Esta bien, pero... donde las conseguimos, aquí no hay ninguna flor?-🐑

Cerca hay un campo lleno de flores, vamos!-🍎

Amanda animaba a Wooly a ir al campo de flores, mientras el solamente quería seguir disfrutando de la tranquilidad que le brindaba ese lugar, pero con tal de hacer feliz a su mejor amiga, se levantó y se preparó para ir.

Esta bien, tu ganas... me gustan mucho las flores moradas y azules.- 🐑

Entiendo, me cargaaaaasss?- 🍎

Dijo la niña como si fuera de 2 años pidiendo una paleta, a lo que Wooly no se negó, el ya se había acostumbrado de todas formas.

Venga pues, súbete.- 🐑

Wooly se arrodilló dándole la espalda a Amanda, para que ella subiera a su lomo y pudiera cargarla como si fuera un corcel.

VAMOS A LA AVENTURA, JAJAJA.-🍎

Wooly corrió mientras daba algunos brincos de emoción tal vez, le agradaba mucho pasar tiempo con Amanda y viceversa, entre ellos se ayudaban y hacían la estancia en ese infierno menos pesada e insoportable y hasta cierto punto agradable.

Ambos llegaron al campo lleno de flores, colores vivos y deslumbrantes era lo que tenía el lugar, aparte de flores tan bonitas y un césped como si todo fuera surreal.

Wooly no pudo ver por dónde caminaba ante toda la emoción y la alegría del momento que se tropezó y salió volando junto con Amanda, mientras ambos caían sobre las flores del campo.

Ambos soltaron quejidos de dolor, y más Wooly ya que este cayo de cara mientras Amanda había caído sobre su espalda.

Pero conforme el dolor fue desaparecido, se pusieron a buscar flores de los colores favoritos de Wooly. Ya cuando tenían lo suficiente, Amanda le pidió a Wooly que se sentara mientras ella hacía la magia.