prólogo: la promesa

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Era una noche tranquila en el imperio Obeliano, solo para algunos porque para otros más era simplemente terrorífica, el emperador Claude Day de Alger Obelia se encontraba con su ropa manchada de sangre mientras avanzaba hacia una mujer castaña de ojos celeste quien estaba al costado del cuerpo de una mujer rubia la cual sostenía fuertemente dos pequeños bultos, sin embargo si mirabas de cerca podías ver cómo la mujer no se encontraba del todo bien, estaba muy pálida y los bebés empezaban a sollozar estas personas eran nada más y nada menos que Lilian York la dama de compañía de la futura luna del imperio, Diana de Shidonea próximamente Diana Day de Alger Obelia futura emperatriz y luna del imperio seguida de Athanasia y Dayana Day de Alger Obelia y su hermano mayor por tan solo 3 y 5 minutos respectivamente Adrastros Day de Alger Obelia primera y segunda princesa del imperio y la estrella de este mismo y primer príncipe del imperio y la segunda estrella del mismo

Claude: Sol -decia mientras se acercaba con paso acelerado hacia donde se encontraba la mujer y los 3 bebés

Diana: Claude, ven vamos, acércate a conocer nuestras pequeñas victorias a nuestros hijos, nuestros príncipe y princesa Athanasia, Dayana y Adrastros-decia con dificultad la mujer de ojos rosados

Claude: son trillizos?- dijo con ilusión el gobernante acercándose más hacia las tres féminas y el infante notando al instante el estado de la mayor de ambas rubias poniendo una cara llena de preocupación

Diana: si son dos lindas niñas iguales a mi y el niño igual a ti, gracias, gracias por darme la familia que siempre quise, por estar conmigo y darme lo que nunca tuve, lamento mucho no poder estar mucho más tiempo con ustedes, pero antes de irme quiero que me prometas que cuidaras de los 3 por siempre, se que ellos serán la felicidad que no pudiste tener prométeme que siempre estarán juntos por favor solo te pido esto-dijo la mujer soltando un par de lágrimas mientras estaba en los brazos del que era su único amor

Claude: Diana dime qué es lo que paso por qué estás tan débil que es lo que te hicieron por qué te estás despidiendo- dijo confundido, enojado y triste

Diana:no confíes en nadie del Rubí te amo, los amo tanto a los 4-dijo con su último aliento muriendo en ese mismo instante

Claude:qué? No Sol por favor no me dejes solo te lo suplico por favor- dijo soltando lágrima tras lágrima mientras tanto la castaña que se había mantenido callada hasta ese momento se encontraba siendo abrazada por un caballero de cabello rojo quien al igual que los dos últimos se encontraba llorando este era nada más y nada menos que Felix Robaine el caballero de sangre escarlata mejor amigo del emperador y su mano derecha así como también su guardia personal, no fue hasta que se escucharon dos llantos uno más suave que el otro llamando así la atención del emperador quien al ver a sus hijos no pudo sentir más que odio y repulsión hacia aquellos tres seres que su amada había cuidado aún en sus últimos momentos

Claude: ellos, fueron ellos los culpables de la muerte de mi Sol, si no fuera por qué ellos nacieron Diana aún estaría viva, ojalá ellos hubieran muerto y no mi Sol- pensaba el monarca con una mirada fría y llena de odio hacia esos bebés que no sabían lo que pasaba, y, sin perder tiempo invoco sus espada de mana ante la mirada de la castaña de ojos celestes y el pelirrojo de ojos grises quienes se intentaron acercar para hacer entrar en razón al rubio pero antes de siquiera dar el primer paso fueron sujetados por dos guardias por órdenes del emperador quien sin siquiera un poco de compasión en su mirada o acciones tomo a la niña rubia debido a que era la que más le recordaba a su Sol pero antes de poder moverse la pequeña niña abrió sus ojos reflejando así unos ojos azules como joyas pero a gracias a que un poco de la luz de la luna que entraba en el cuarto por la ventana la cual le daba de lleno a la bebé todos lo presentes observaron como por unos pocos segundo los ojos azules de la princesa cambiaron al rosa que su madre poseía con la diferencia que este color era todavía más claro Claude al ver eso ojos recordó a su Sol y en un vago intento de ignorar y evadir la mirada que la bebe pelirubia le daba agachó la cabeza encontrando así otra mirada azulada pero está no cambiaba de color sino que está se parecía a la de sus Sol cuando le reprochaba algo volviendo más difícil la tarea que el mismo se había impuesto y sin volver a pensarlo levanto la mirada para encarar a su hija de tan solo unas horas de navidad, al hacerlo encontró su mirada enjoyada se encontró con la de la infante, esta última regalando le una sonrisa la cual logró hacerlo entrar en razón y al momento decíso de su espada de mana tomando en mano al otro bebé contra su pecho al igual que su hija al momento que soltaba amargas lágrimas y se maldecia por lo que estubo a punto de hacer, estubo a punto de eliminar las últimas 2 cosas que lo unian con su amado Sol

Claude: no dejaré que algo los lastime, ni siquiera yo-dijo con una mirada de determinación en sus ojos haciendo señas a los dos guardias para que soltaran a Lilian y a felix quienes estaban en shock el emperador tirano fue tranquilizador por sus hijos recién nacidos a quienes intento matar y ahora se encontraba llorando mientras los abrazaba y daba un apequeña sonrisa viendo con amor y cariño a sus hijos, pero en esos recordó lo que su amado Sol la había dicho antes de morir hace tan solo unos minutos

Diana:no confíes en nadie del Rubí

Haciéndolo enfadar de sobremanera dándose cuenta de que las sirvientas tenían algo que ver pero al centrarse más en el ambiente sintio las grandes cantidades de magia negra en el cuerpo de Diana pero no en los bebés dándole a entender que la habían estado envenenando de diversas formas y que posiblemente sus hijos pudieron haber muerto al igual que su esposa






Continuara

cambiando la historia "En Pausa"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora