Winda se encontraba tranquila en su departamento, era lunes y ella descansaba los lunes, después de haber ido al supermercado a reabastecerse, compró una pizza, estaba comiendo mientras veía en la televisión las noticias.

Le gustaba estar informada, por si acaso, un leve golpeteo en su ventana la hizo girar su vista hacia allá.

-tal vez... Fue mi imaginación- siguió comiendo, de nuevo otro golpeteo

Se levantó y fue hacia su ventana, no había nada, iba a regresar al sofá pero un par de cintas azules que resplandecieron con la luz de algunos alumbrados llamaron su atención.

-¿Qué hace aquí?...- abrió lentamente su ventana -¿Leo?...-

No tuvo respuesta, el otro día la había interrogado hasta por los codos, hoy ni siquiera le había dirigido la palabra.

-¿Qué lo trae por aquí?...-

-quiero hablar contigo seriamente- su voz la hizo tener un leve escalofrío, era algo rasposa

-adelante...- se hizo a un lado y él entró -¿Quiere algo de beber?...-

Se sentía algo insegura con él en su casa, le era más cómodo estar con aquella mujer que cambiaba de forma que con las tortugas, incluso con la mujer rubia le iba mejor.

Él la recorrió con la mirada, usaba una camiseta un poco corta y un short de pijama, su cabello estaba recogido en dos enormes trenzas, no había diferencia entre verla con o sin maquillaje, estaba descalza, las uñas de sus pies de color verde llamaron su atención.

-así estoy bien, gracias- la miró a la cara -será rápido-

-de acuerdo, si quiere puede sentarse- señaló el sofá

-solo vengo a decirte que no te vuelvas a meter en problemas-

-yo no busco problemas, ellos me encuentran fácilmente- se cruzó de brazos

-lo que sucede es que mi cuñada planea cuidarte desde ese día, lo que quiere decir que descuida sus patrullajes en otras zonas, no es eficiente de ese modo-

-¿Qué quiere que haga? ¿Le digo que se largue si viene?- lo miró con el ceño fruncido

-no, no puedo pelear con ella, por eso te pido que procures mantenerte a salvo, pídele que te enseñe a defenderte, así no deberá intervenir cada vez-

-¿Está teniendo problemas con su esposo?-

-no, él aún no sabe que ella te ha estado viendo, además a ella no le importaría si le molestara, siempre va en su contra-

-de acuerdo, le diré a la próxima vez- ella miró su brazo izquierdo, estaba algo herido -¿Qué le sucedió?- señaló

-lo de siempre, me curaré cuando llegue, eso era todo, ahora me voy- se dió la vuelta pero ella lo jaló del arnés de sus katanas

-¡No puede irse así, se va a infectar! ¿Qué? ¿Es tonto?- él la miró sorprendido, solo Erika le hablaba así de vez en cuando

-no es algo que te incumba-

-si, como no- lo jaló del arnés y lo sentó en el sofá -¡Si se mueve le diré a su cuñada que vino a mi casa a amenazarme!-

Se fue directo al baño por su botiquín de primeros auxilios, fue a la cocina por un vaso con agua y regresó, ahí estaba sentado sin moverse, al parecer su relación con esa mujer era especial.

-coma- le dió un pedazo de pizza con una servilleta -no puedo darle medicina si no ha comido nada-

Él lo tomó y con calma lo comió, cuando terminó se limpió la mano y la boca.

-tome- le dió una píldora para el dolor -y beba- le dió el vaso

Él dudoso lo tomó, era extraño para él que una mujer que apenas conocía fuera tan autoritaria con él.

-no lo voy a drogar, solo es para el dolor- sonrió divertida -dudo que usted deje que yo me aproveche de su debilidad-

No tuvo de otra más que obedecerla, si su cuñada confiaba en ella, le daría una oportunidad, al menos no le había dicho a nadie sobre ellos.

-si se queja lo golpearé- se sentó sobre sus talones a su lado y con cuidado limpió la herida -es grande-

-solo es un ligero corte-

-yo hablaba de su brazo- rió un poco -el ejercicio que hacen ha valido la pena y este tatuaje le queda muy bien-

Leonardo se sintió un poco apenado, era la primera mujer ajena a su familia que le decía cosas sobre su cuerpo.

Ya era alguien mayor, pero sus interacciones con mujeres habían sido limitadas, tanto por su forma de ser como por su apariencia.

-no tengo de otro tipo así que deberá conformarse- sonrió y colocó una bandita de color rosa con estrellas -combina bien- rió

-eso no era necesario- la miró

-no es para tanto, solo una bandita- sonrió

-¿Qué edad tienes?- él la miró dudoso de indagar en su vida personal -el otro día no te pregunté-

-si, solo le faltó preguntarme de qué color era mi pantaleta- rió y él se apenó de nuevo -tengo 30, su turno-

-eres muy joven- sonrió -40-

-creí que me llevaría al menos 1 año, no parece de esa edad- sonrió y Leo notó que sus mejillas se sonrojaba al hacer eso -¿Le molesta que le hable de usted? Es que no puedo tratar tan informalmente a alguien mayor, mucho menos si es alguien que me amenaza cada vez que me ve-

-no te preocupes y lo siento-

-no es para tanto y es divertido verlo reaccionar- rió

-será mejor que me vaya-

-si, de seguro su hija tiene escuela mañana y no sé duerme si usted no le da su beso de las buenas noches-

-¿Cómo es que sabes eso? ¿Erika te lo dijo?- la miró confundido

-simplemente presto atención-

-eres una chica astuta- negó con la cabeza mientras mostraba una pequeña sonrisa

-así somos las prostitutas, debemos ser astutas para no terminar en algún río-

-supongo que tienes razón- el suspiró

-ustedes son extraños-

-lo sé, nos lo han dicho siempre- la miró sin expresión en su rostro

-pero en el buen sentido, extraños amables- sonrió  -aunque sean tortugas gigantes-

-gracias- sonrió levemente

-bien, ya váyase, su hija lo espera- rió y le dió un leve empujón

-gracias por haberme curado- se levantó lentamente

-si, si, no hay problema- sonrió y lo acompañó a la ventana

-recuerda lo que te dije y ten cuidado- salió por la ventana -cierra, hace frío-

-que sea el líder de su equipo, no significa que pueda darme ordenes- se cruzó de brazos y le dió una mirada juguetona

-nos vemos-

-adiós- sonrió

Lo vió saltar de la escalera de incendios, luego lo vió moverse entre los edificios.

-es un ¿Hombre?, Bueno es amable- rió -también tiene buenos brazos, creo que nunca he estado con alguien así de grande-

Cerró la ventana, se fue al sofá y siguió comiendo su pizza.

-¿La tendrá grande también?- comenzó a pensar utilizando sus conocimientos sobre la anatomía masculina y los datos que la pelinegra le dió para comprobar su teoría -si, puede ser- rió

Chica fina (Leonardo TMNT X Oc) (TMNT X Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora