El encantador Felix ha salido del mundo de los cuentos de hadas para caer en pleno centro de la ciudad de Seoul... ¡y su apuesto príncipe y la malvada reina lo siguen de cerca! ¿Encontrará Felix el camino de vuelta a su mundo? Y si lo encuentra, ¿qu...
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––Ahí voy Felix, voy al rescate––grito valientemente ChangBin, quien caía del pozo empuñando su espada.
––¡¿Y quién me rescata a mi?!––gritó la pequeña ardilla asustada.
Los constructores que se encontraban arreglando la coladera estaban por retirarse hasta que de un momento a otro, ChangBin salió perfectamente de ese agujero, cayendo en sus dos pies.
––¡Oye amigo, no puedes–!––el reclamo de uno de ellos se vio interrumpido.
––¡Silencio!––el más bajo, que había colocado la filosa arma en la garganta del desconocido, haciendo que todos retrocedieran.––su nombre campesino, ahora.
––Chenle––respondió temblorosamente
––¿Es usted ayudante de la bruja cruel que envió a mi pobre Felix a este horrible mundo Chenle?––preguntó dramatizando.
Chenle miro nuevamente la punta de la brillante espada.
Un gritó se escucho desde aquel agujero, el dueño siendo revelado saliendo de igual manera que el príncipe pero un poco más torpe y siendo atraído por el suelo al instante.
––¿Este hombre es parte de la conspiración?––preguntó Bin mirando a su ––ahora–– humano amigo.
––¿Eh? dododo esde no ed...¿eh? ––respondió luego de revisar que estuviera sano y salvo pero dandose cuenta de las extrañas palabras que salieron de su garganta–– ¿powque habro azi?
––Oh, pobre chico, pierde el habla en mi presencia––comentó con gracia, sonriendo hacia el menor que se notaba confundido––conteste señor, digame donde esta ese hermoso chico, mi otra mitad, mi corazon, el es mi razón de ser.
––Si si, yo también busco uno de esas––exclamo
––Entonces abra bien los ojos Chenle––bramó, retirando la amenazadora espada y palmeando su hombro amablemente.––––Vamonos Ji––exclamó, ayudando a su amigo a levantarse del piso y dejando con la boca abierta a los presentes.
「 [ 🌏 ]- - 매료☆ e n c a n t a d o 」
Felix despertó apaciblemente, estirándose y bostezando para después quitar algunos cabellos que le impedian ver el lugar, abriendo los ojos como platos al ver el estado de este.
––Ay no...esto esta tan sucio.
El pecoso se despertó y se dirigió a la ventana más cercana, abriéndola cuidadosamente y asomándose en ella, dejando salir unas notas musicales con su melodiosa voz en busca de ayuda.
Ratones, palomas, abejas y cucarachas acudieron ante el hermoso sonido, entrando por la chimenea, la puerta, el baño y las ventanas, una palomita chocando con el transparente vidrio.
