Todo pasa por algo

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• Me encontraba casi corriendo para llegar a la estación de metro más cercana, mi respiración agitada cada vez resonaba más en mi cabeza, mis pies cada vez pesaban más y mi melena larga rubia casi tapaba mi cara por el viento.

— mierda, voy a llegar tarde a mis clases de ballet. Cómo Sofía me vea llegar tarde me va a matar.

•dije hablando sola mientras bajaba todas las escaleras del metro buscando la entrada que me llevaría a mi tren. De tanta distracción y sin ver para donde corría. De un momento a otro choqué contra alguien haciéndonos caer al piso, cuando mi cuerpo chocó contra el suelo fue como un choque de realidad, rápidamente me incorporé y me levanté para ayudar a la persona con la que me había chocado.

Oh Dios mío, lo siento tanto yo iba distraída y

•aquel chico de rastras se levantó y me miró con una cara poco amigable haciéndome tragar las palabras que iba a soltar. Ignoré este hecho y me agache para ayudarle a recoger sus cosas.

—no necesito tu ayuda, estupida rubia a la próxima mira por donde corres.

• Aquel chico de rastras rubias hizo que me sorprendiera, simplemente bufé y para evitar algún tipo de conflicto con aquel extraño arrogante, me incorporé y caminé lejos de él, no iba a estar perdiendo mi tiempo con una persona así cuando tenía cosas más importantes que hacer. A los minutos pude encontrar mi tren, perfecto llegué justo a tiempo faltaban menos de 2 minutos para que llegara, giré mi cabeza a la izquierda y pude ver al chico arrogante de antes...genial, entraba en el mismo tren que aquel chico. Cuando estaba mirando hacia delante un hombre vestido completamente de negro con una mochila militar pasó delante de mi dedicándome una mirada.

— Que asco.

•susurré para mi misma mientras miraba como el hombre se puso a mi lado, me giré antes que empezara a venir el tren y caminé lejos de él para poder meterme en otro vagón lejos de ese pervertido. Después de unos segundos el tren por fin había llegado, entré en el mismo vagón que aquel chico con el que me había chocado antes, el se sentó a mi lado y mi mirada se posó en mis manos evitando aquel chico por completo.

—al menos me podrías haber pedido perdón por romper mis auriculares.

• Dijo aquel chico mientras su mirada buscaba la mía, subí mi cabeza rápidamente para verle y fruncir el ceño con bastante confusión.

— ¿disculpa? Me llamaste estupida rubia. Solo te intente ayudar.

• Bufé y me crucé de brazos mientras analizaba su rostro. Aquel chico tenía un piercing en su labio, parecía tener 1 o 2 años más que yo. Su estilo lo acompañaba con su ropa posiblemente 8 tallas más grandes que la suya y unas rastras rubias.

—quiero que me pagues los cascos rubia tont...

• la pequeña discusión con aquel extraño paro cuando bastantes gritos de otro vagón empezaron a repercutirse por todo el vagón en el que yo me encontraba, me levanté rápidamente bastante asustada y alguien del otro vagón salió corriendo gritando algo que ni se podía entender.

— bomba, hay una bomba, vamos a morir llamen a la policía, va a explotar

• me asusté bastante cuando vi atreves de la puerta de cristal como el hombre que me había visto antes llevaba una bomba por todo su cuerpo. Los minutos parecían convertirse en horas...realmente, ¿así iba a acabar mi vida? Desde ese momento no recuerdo nada ya que un flash de luz y gritos fue lo ultimo que mis sentidos pudieron captar hasta que desperté. Abrí mis ojos y pude ver todo blanco...¿estaba en el cielo? Un golpe de realidad me llegó cuando giré mi cabeza y pude ver donde me encontraba, una sala completamente blanca y azul como si fuera un hospital, giré mi cabeza e pude ver a varios doctores y enfermeras al rededor mía.

– Doctor, la paciente luna ha despertado.

•aquella joven chica empezó a apuntar algo en un papel mientras otra enfermera revisa mi pulso.

— Donde...¿donde estoy? ¿Qué ha pasado?

• Dije con un poco de temor, mientras veía cada acción de cada persona que se encontraba a mi al rededor.

— luna, sufriste un a tentado terrorista en el metro de Berlín. Afortunadamente sobreviviste aun que no tienes movilidad en una pierna, tendrás que estar unos meses en rehabilitación hasta que tu pierna vuelva a funcionar.

• al escuchar esas palabras lágrimas empezaron a salir por mis ojos...si no recuperaba la movilidad en mi pierna nunca podría volver a hacer ballet.

—lo siento mucho luna, te dejamos un rato sola bueno...no estás sola tienes a tu compañero de cuarto, está un poco de mal humor al parecer pero puedes hablar con el. Si quieres desplazarte tienes la silla de rueda a tu lado

• me dedicó una sonrisa bastante apenada, ella sabía que no era fácil esta situación. Todos salieron de la habitación y yo giré mi cabeza viendo las cortinas que nos separaban a mi y a mi compañero de cuarto, me decidí por ir a hablar con él para saber cómo se encontraba así que hice un esfuerzo y me bajé de la cama a para coja para sentarme en la silla de ruedas. Empecé a conducir la silla hasta la cortina y la abrí para ver de quién se trataba...no me lo puedo creer, todos menos el.

— TÚ OTRA VEZ ?!

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• Hola, esta es la primera parte de una nueva historia con Tom Kaulitz, espero les guste intenté que la primera parte fuera bastante larga para mi hacerles esperar hasta la segunda parte.

Si les gusta esta historia no olviden votar y dejar sus cometarios me sirven mucho de motivación y apoyo, gracias y hasta el próximo capítulo. (ˊᵕˋ)

(Esta historia completamente pertenece a la creadora de la cuenta)

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The moon still remembers us (Tom kaulitz) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora