The moon still remembers us (Tom kaulitz)

Vivir un infierno a tu lado

• Tantas habitaciones en este hospital y la iba a tener que compartir con el mismo chico que me insultó sin conocerme. Le miré con una expresión de shock y empecé a negar con la cabeza.

– esto debe ser una broma

• Exclamé mientras veía al chico, el simplemente bufó y se incorporó un poco para poder hablar, El se encontraba con una gran venda en su cabeza y uno de sus brazos de la misma manera.

– Ni que fuera mi culpa estupida rubia, deberías de estar agradecida de que no te pusieron con cualquier viejo.

•Tom me miró de arriba a abajo posando su mirada en mi pierna que tenía la gran venda.

– Pues cien mil veces prefería a un viejo como compañero

•rodé los ojos y empujé las silla de rueda hacia atrás con mis manos para volver a mi cama, en cuanto estuve enfrente de la cama caí en que mi pierna izquierda ya no funcionaba como siempre. Hice un intento de subir a la cama pero fue imposible subirme.

— ¿Qué pasa rubia? ¿No puedes subir a una simple cama?

• Claramente se estaba burlando de mi, mi cabeza giró para ver al chico con bastante furia.

— serás idiota...que sepas que no es gracioso.

• Vi como aquel chico se río mientras se levantaba poco de su cama y tomaba mi silla de ruedas hacia atrás para hacer un poco de espacio, su mano quedó enfrente de mi cara haciéndome entender que me iba a ayudar.

— No idiota, no necesito tu ayuda ahora y nunca.

• Con mis manos a parte su mano de mi cara y me levanté con una pierna mientras me apoyaba en la silla de ruedas. Empecé a cojear hasta la cama cuando mi pie derecho pisó un trozo de las sábanas que sobresalían por el piso. Mis ojos se cerraron esperando el gran golpe pero eso nunca sucedió, sentí un brazo rodear mi cintura rápidamente abrí mis ojos y miré la situación.

— Te dije que ibas a necesitar ayuda, ya entiendo por qué dicen que todas las rubias son tontas.

• Tom suspiró quitando la mano de mi cintura para ayudarme con una de sus manos a cojear hasta la cama y poder acostarme en esta.

— Gracias...como te llames.

•solté incapaz de mirarle a los ojos por la vergüenza que sentía en ese momento.

— Tom, me llamo tom. ¿Tu como te llamas rubia tonta?

• Dijo tranquilamente mientras se sentaba a mi lado y posaba su mirada en mi esperando mi respuesta.

— Luna...me llamo luna, encantada.

• Internamente me había sorprendido por la amabilidad de aquel joven de rastras, levanté la mirada y pude fijarme mejor en sus facciones.

• Desde ese día aproximadamente ya habíamos pasado 1 semana juntos en el hospital y nuestra relación había mejorado completamente. Tom había sufrido conmoción cerebral teniendo que ser exitosamente operado y una simple factura de brazo, en mi caso mi pierna no parecía mejorar para nada parecía tener una infección bastante grave por un trozo de metal que se clavó en mi pierna el día del accidente.

• El primer día de la Segunda semana me encontraba hablando con Tom después de que nuestros padres hayan venido de visita en el hospital, nos encontrábamos hablando de nuestras aficiones y de las cosas en común que teníamos.

— Yo tengo un hermano gemelo llamado Bill, el es como mi mejor amigo y estamos pensando en formar una banda juntos con otros amigos.

• Dijo mientras metía aquella comida asquerosa del hospital en su boca que pareciera hasta disfrutarla, en cambio yo me encontraba con el estómago cerrado un fuerte dolor de cabeza inundó toda mi atención que tenía puesta sobre ese chico.

— ¿Luna?...¿Luna que te pasa?

• Mi mirada se nubló en pocos segundos y después de notar como un frío recorría todo mi cuerpo perdí la consistencia en aquella cama.

• Me levanté poco a poco bastante adolorida por un gran dolor en mi pierna izquierda, empecé a abrir poco a poco mis ojos girando mi cabeza hacia la derecha pudiendo visualizar a un doctor y a mis padres de fondo llorando desesperadamente. No sabia que pasaba, mi cabeza se giró a la izquierda y pude visualizar a Tom de fondo con una expresión de preocupación, salí de mi trance mental cuando el médico que se encontraba a mi lado izquierdo habló.

— hola luna, ¿me escuchas?

• Dijo aquel médico mientras yo rápidamente posaba mi mirada en el para responderle.

— Si doctor, ¿que me ha pasado? Solo recuerdo que me doliera mucho la cabeza y desmayarme. Pero ahora me encuentro mucho mejor.

•  Mencione estas palabras mientras sonreía, no era consciente de lo que me esperaba escuchar ahora.

— Luna se que esto es difícil de escuchar y de procesarlo en tu mente. Te tuvimos que someter a una cirugía de urgencias, al parecer tu pierna izquierda tenía una infección bastante grave y desgraciadamente lo siento pero la tuvimos que apuntar.

• Un gran silencio se formó en aquella habitación siendo lo único audible el llanto de mi madre cada vez mas fuerte, ni siquiera quería mirar hacia mi pierna izquierda esperando que todo fuera una broma de mal

— Lo siento Luna, les dejo solos

• me dedicó una pequeña sonrisa amable, no era fácil dar noticias así y mucho menos cuando eres tú el que la recibe. Poco a poco mis ojos bajaron hacia mi pierna izquierda, lágrimas desesperadas empezaron a derramarse por mis mejillas cuando el golpe de realidad me llegó al ver mi pierna en ese estado.

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"Es impresionante como tu vida puede cambiar en cuestión de horas, semanas o meses. Valora lo que tienes a tu al rededores siempre porque nunca sabes cuando lo vas a perder"

Hasta aquí en capítulo de hoy, bastante triste para ser el segundo pero poco a poco la historia irá mejorando no se preocupen que no todo es malo, después de la tormenta siempre sale el arcoíris ♡

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( Esta historia pertenece completamente a la creadora de la cuenta)

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              :¨·.·¨: gracias por las 10 visualizaciones
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