Llegando a mis limites

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•Las próximas semanas recibí al rededor de 20 llamadas al día de Lucas, lo veía completamente normal por el destrozo que hice en su casa pero eso no me iba hacer caer en sus juegos, sabía por que me llamaba y sabía sus intenciones.

•esa mañana me desperté como de costumbre en la misma casa de aquellos 4 chicos, ellos eran como un tipo de parque de atracciones, tenían sus sube y bajas de emociones, tenían un un tipo de relación de amor odio que me entretenía todos los días. Llegué a la cocina haciendo que la vista de Bill se posara en mi

—Buenos días Luna, ¿a donde vas tan guapa?

•Dijo aquel chico de pelo negro con el que había pasado casi un mes al lado compartiendo momentos con el

—Buenos días Bill, hoy saldré con mi mejor amiga Hanna, que hoy su vuelo llega de Alemania.

•La expresión de Bill cambio a una más curiosa y se apoyó levemente en el mueble de la cocina para mirarme.

— ¿De Alemania?...entonces, ¿tú no eres de Aquí? ¿No eres de Los Angeles?

•Miré a Bill haciendo que me ría levemente por su reacción. Negué rápidamente con la cabeza

— Soy de Alemania, nací ahí...pensé que lo sabias

•Bill bajó la mirada y se llevó la mano a su nuca. Pareciera como si siguiera confundido por mis palabras, cuando fue a abrir la boca llegaron los otros tres chicos restantes interrumpiendo aquel momento.

—Buenos días chicos, bueno yo me tengo que ir ya, nos vemos más tarde

•Salí de la casa para montarme en mi coche y empezar a conducir hasta el aeropuerto. En la casa Bill miró a los tres chicos tomar su desayuno tranquilamente mientras hablaban sobre algunos contratos que tenía la banda y sus próximos conciertos.

— ¿Ustedes sabían que Luna es de Alemania?...Tom, Luna es de Alemania.

•En la habitación se formó un silencio bastante profundo, Tom miró hacia bill y terminó de tragar su desayuno para poder hablar.

— ¿De que hablas Bill?...ella no me dijo nada.

•Se incorporó un poco poniéndose más recto para darle una postura un poco amenazante a Bill.

—No te miento Tom, sabes que nunca te mentiría. Ella se fue tan temprano porque su mejor amiga viene hoy de Alemania.

•las palabras de Bill se escuchaban completamente sinceras, Tom conocía tanto a su hermano que sabía que estaba diciendo la verdad aun que le costara tragarse las palabras.

•llegué al aeropuerto después de casi una hora de trayecto, me bajé del coche bastante emocionada por el reencuentro que tendría con mi mejor amiga después de casi dos años sin vernos, todavía no le había contado lo que pasó con mi ex, pero encontraría el momento perfecto para contárselo. Cuando llegue a la puerta de salida de aquel vuelo mis ojos se llenaron de brillos al verla.

—¡¡Hanna aquí!!

• Casi salí corriendo al verla, ella traía unas grandes gafas de sol y al verme una sonrisa se formó en su rostro. Nos acercamos y nos abrazamos después de tanto tiempo

— ¡¡Luna cariño!! Te extrañé tanto...ha sido tan difícil no estar a tu lado durante estos dos años

•sentí aquel tacto cálido de confianza que tanto extrañaba sentir, me había sentido tan sola durante estos dos años. Enterré mi cabeza en su hombro mientras ella acariciaba mi espalda.

—ohhh...Luna cariño, ¿qué te pasa, todo bien?

•La voz de Hanna cambió rápidamente a una más preocupada, ella se encontraba confundida por cómo su mejor amiga había recibido su presencia. No sabía si era por la emoción o porque realmente se encontraba mal. Sin decir nada ella me agarró del brazo y caminamos hasta mi coche para tener un lugar más privado en el que poder hablar.

The moon still remembers us (Tom kaulitz) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora