Kym estaba severamente preocupada.
Imagina ver a tu mejor amiga, la inmutable, la seria, la que se guarda todo para sí misma, caminar con nervios de un lado para otro mientras tomaba su cabeza en sus manos. Eso no es normal.
Para nada normal.
¿Qué diablos pasaba con Lauren Sinclair? Era la pregunta del millón de dólares.
Desde hacía meses atrás estaba rara. Se escondía y mentía más de lo normal (ella y Will no le tomaban mucha importancia, era normal que Lauren no les contara muchas cosas y eso estaba bien, pero ambos sabían que había empeorado), y ahora que el nuevo archivista, Kieran White, había ingresado al distrito, ambos tenían una extraña tensión. Como si se conocieran desde antes.
Escuchaba como murmuraba cosas y revolvía su pelirrojo cabello. Estaba entrando en la histeria, y si no hacia algo al respecto, le daría un ataque de pánico.
—¡Lauren, Lauren! ¡Tranquila! Respira conmigo, ¿bien?
Se acercó a ella y tomó sus manos con suavidad, sin querer alterarla aún más.
—Cuenta conmigo, enfócate en mi voz. Uno, dos, tres...
Al tiempo, Lauren se encontraba relativamente bien. Sentada, bebía de un vaso con agua con sus ojos hinchados.
Kym, a su lado, tenía una mano puesta en su hombro, haciéndole saber que se encontraba para ella. Luego, preguntó con calma—. ¿Pasó algo, Lauren? ¿Hermann te dijo algo?
—No... —Aclaró su garganta reseca y tomó un sorbo de agua—. No. Sólo...
Apretó sus labios.
No dudaba de Kym. Era su mejor amiga y a pesar de que ambas guardaban muchos secretos, sabían que siempre podían confiar en la otra.
Pero, ¿cómo le decía lo que afligía su mente? Y no hacía referencia a Lune. Era más bien algo... Personal.
—Creo que me estoy volviendo loca, Kym. Hay algo en lo que no dejo de pensar y es estúpido. Ni siquiera he podido dormir por su culpa. Y decirlo en voz alta es incluso peor. No lo entiendo...
—Puedes decirme cuando creas necesario, Lauren, no te sientas presionada por eso.
—No, está bien, quiero decirlo ahora. Sólo... Dame un momento.
Kym asintió, apretando su agarre.
Mientras esperaba, se distrajo de la situación, pensando en varias cosas a la vez. ¿De verdad se parecía a un mapache? A su punto de vista, quién sí se parecía a uno era Lauren, ¿has visto sus ojeras? ¿Existirán las estatuas de mapaches hechas de sandía? Sería su verdadero paraíso. ¿Alguna vez dejaría de...?
—Creo que me gusta Kieran.
Qué. Acaba. De. Decir.
Giró tan rápido su cabeza que creyó haber escuchado su cuello romperse, al igual que su quijada, porque sintió que cayó hasta al piso de la sorpresa.
—¿Qué dijiste?
—No lo voy a repetir otra vez, Kym.
—¡Pero, ¿de verdad...?!
—No lo sé, llevo meses pensándolo.
¿Meses? Pero Kieran apenas y llevaba un mes trabajando en el recinto. No quiso pensar mucho en ello, estaba más metida en la vida romántica de Lauren justo ahora, luego le preguntaría.
—Creo que me acabas de hacer el día, Lauren. Ni siquiera el día, ¡la semana! ¡Lauren Sinclair está enamo...!
Lauren se aventó sobre ella y le tapó la boca con las dos manos, consternada.
—¡Cierra la boca! ¡Trabajo me costó decirte para que me molestes con eso! Hubiera sido mejor hablarlo con Will.
—¿¡Cómo te atreves a preferir a William por sobre mí!? ¡Nos conocemos desde pequeñas!
—Te conozco desde hace dos años. A propósito, ¿podrías no decírselo a nadie? Ni siquiera a Will.
...
El turno de los cuatro había terminado. El sol estaba a punto de ocultarse, lo que les daba unos momentos de admirar el atardecer antes de que desapareciera.
Kym tenía esa imperturbable sonrisa desde hace una semana, lo cuál llevaba molestando a Will desde entonces, así que decidió preguntarle de una vez por todas.
—¿Qué te traes entre manos, Ladell?
—¿Yo? ¿Por qué crees que hice algo?
—Porque esa sonrisa tuya nunca me da buena espina.
—Bueno, digamos que un pajarito me dio el mejor regalo del mundo.
Kym ensanchó todavía más su sonrisa (si es que eso se podía) al ver unos metros frente a ella. Will imitó su acción, topándose con Lauren y Kieran, quienes caminaban lado a lado en silencio. Levantó una ceja.
—¿Lauren y...?
—Shh —llevó su dedo índice a su boca, sin dejarlo hablar—, es un se-cre-to.
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secreto ― purple hyacinth.
Romance― me acabas de hacer el día, Lauren ― one-shot, purple hyacinth ft. Lauren Sinclair, Kym Ladell semi-au [i]. no copias ni adaptaciones. [ii]. «Purple Hyacinth», sus personajes y universo pertenecen a Sophism y Ephemerys, a excepción de esta historia...