REGLAS🚫
•No copiar
•Cualquier comentario de mal gusto será borrado inmediatamente
•Si esta obra llega a la manos de los streamer será eliminada
•Se shipean CUBITOS no STREAMERS
•Si hay faltas de ortografía por favor diganmelo xd
FIN DE LAS REGLAS
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ahora Juan se encontraba enfrente de la puerta de aquel híbrido esperando a que le habrá, estaba muy ansioso, demasiado diría yo...
El híbrido solamente abrió la puerta para encontrarse con Juan el cual estaba ahora nervioso, igual no puedo mentir el menor también estaba nervioso (Spreen)
Estuvieron charlando un largo rato mientras comian su deliciosa comida. Cuando terminaron se fueron a pasear un rato por el pueblo, por petición de Juan.
Paseaban, un hermoso paisaje por cierto, hasta que se encontraron con unos amigos de Spreen, el nombrado los ignoro, pero al ver lo que ambas personas hacían, no pudo resistirse.
—Mira, Juan, ahí estan Carre y Rob, y yo creo que me ocultan algo, vamos ahi con sumo silencio a los arbustos de allí, y escuchamos lo que dicen, okey?—
—Pinche oso chismoso, pero que más da, vamos—
Y así el hechicero fue arrastrado por su cita, el cual al llegar al lugar acordado, lo soltó.
Conversación de Robleis y Carre
—Vamos... Uno mas!—(Rob)
—No!—
—Porfaaa!—
—Agh! Está bien...—
Dicho eso, se acercaron lentamente para besarse... Hay el amor...que ganas de tener a alguien así...verdad? Alguien que te escuches, que te mime, que te diga el típico "te amo" esa ni era más que una simple frase de dos palabras, pero dentro de ella sabías que habían sentimientos.
Mientras el oso y el mago, aún seguían de chusmas, detrás de los arbustos, el hibrido no sabía nada de que sus dos mejores amigos estaban en una relación, pensó que sería muy bueno como para la revista, pero obviamente tendría que preguntarle a sus amigos.
En fin, la "casi pareja" se retiró de aquel lugar, dándole privacidad a la pareja concluida.
El menor hasta entonces estuvo lanzando variados temas de conversación, que sabía que al hechicero le facinaban.
En fin, ya eran más o menos las nueve de la noche, el hibrido acompaño a su cita a su hogar.
Al llegar, lo dejo en la puerta, agarro la mano derecha del castaño y la beso sutilmente.
—Muchas gracias, por dejarme pasar el rato contigo, castañito.
Tal acción y palabras fueron suficientes para que el oji-miel se sonrojarse lo suficiente
—N-no es nada, puedes pedírmelo cuando quieras..
Quiso seguirle el juego, pero estaba muy nervioso, nunca antes se había atrevido a hacer tales acciones al castaño.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
