yo reencarno en pokemon

lucha en el gimnasio castelia

3 semanas antes de que itoshi llegara al gimnasio:

en un bosque se podían escuchar un gran llanto por todo el lugar, resulta que ese llanto venia de un incomodado rufflet perteneciente de nuestro prota, mientras que todos los pokemones al su alrededor trataban de calmarlo

kirlia: [mira lo que hiciste, ya está llorando por tu culpa] dijo enojado viendo a la lampara fantasmal

lampert: [tráiganle una falda a la niña, no aguanta nada] dijo rodando los ojos

zorua: [tarado, es apenas un bebe ¿Cómo crees que aguante una broma tuya?] dijo enojado tratando de tranquilizar al ave usando su cola esponjosa como almohada para el pequeño

rufflet: [WAAAA WAAAA QUIERO A MI PAPI WAAA] dijo llorando a mares

sandile: [ay ¿por que tarda tanto con esa comida maestro?] dijo desesperado por los llantos del pequeño mientras se enterraba en el suelo tratando de ahogar el ruido

yo estaba haciendo comida casera para rufflet, según el la pokedex, ellos en sus primeros días de nacidos necesitan una buena comida, evitando la comida pokemon convencional y mejor prepararle casera

itoshi: ya voy ya voy, aggr snivy, ayúdalos quieres? dije cocinando y teniendo a snivy a lado de mi quien tenia a mi lado la cual me pasaba los ingredientes de la mochila

snivy: [haaaa, ay haber] dijo acercándose a los demas

kirlia: [haber bebesito ¿Qué te pasa? dime] dijo sujetando a rufflet pero este solo seguía llorando [snivy, no se puede sostener una conversación razonablemente inteligente con este bebe] dijo pasándole el pajarito a snivy

snivy: [dámelo, lo estas haciendo mal] dijo para luego sujetarlo entre sus látigos sepa y empezar a arrullarlo en el aire

al poco tiempo, el polluelo empezaría a tranquilizarse hasta que empezó a reír, todos los demas solo podia sonreír al ver la diversión del aguilucho, incluso no pude evitar esposar una sonrisa a tal conmovedora escena

itoshi: y es por eso que snivy siempre esta a cargo dije mientras me acercaba con comida especial para rufflet, la cual al ver que se la servía yo, la aceptó con gusto