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Iván

I'm the one who burned us down
Yo soy el que nos quemó

But it's not what I meant
Pero no es lo que quise decir

Afterglow-Taylor Swift

-¿Por qué te alejaste de la nada?-habló la castaña con un tono algo ¿nostálgico?

-Sabes, ni siquiera yo sé por qué, supongo que se volvió monótono o algo así, no lo sé.-creo que no utilicé las palabras correctas, otra vez.

La mirada de la castaña bajó.

-¿Estás seguro de que fue solamente por eso?

Mierda.

-Mía, tenía diecisiete, no pensaba en lo que decía, estoy y estaba completamente arrepentido de lo estúpido que actúe.

-No sé si me refiero a lo que dijiste en la pelea.-rascó su nuca.

Mi cuerpo se tensó, no voy a decir que olvide a Catalina, ella era parte importante de la historia.

-Oh, Catalina, eh.-me sentía raro hablando de ella.

-Sí, ella...

El ambiente se volvió tenso y un silencio incómodo inundó toda la habitación.

-Solamente, ¿por qué? ¿Podés contarme la historia desde el principio?-Mía hablaba con serenidad, sin embargo, su mirada la delataba, sus ojos verdes, carecían de aquel destello que la hacía ridículamente encantadora.

Mi pierna se tambaleaba al momento de entrar en el tema.

-Todo esto empezó cuando ocurrió lo de tu madre, tú te alejaste, por lo tanto, el grupo dejó de hablar, tú eras nuestro conector; y Cata me invitó a salir, al principio no me daba buena espina, sin embargo, la conocí bien, y era muy agradable, poco a poco nos comenzamos a hacer amigos, me invitaba a juntadas con su grupo, hasta que un día en una salida ella me besó, eso cambió totalmente lo que éramos, ya no éramos "solo amigos", ya no eran salidas con amigos si no, salidas solo nosotros, tú sabes, ese tipo de salidas.-rasqué mi nuca.

Escuché como Mia tragaba en seco, me miró con tristeza y asintió, dándome a entender que siguiera con la historia.

-¿O sea que solo te aburriste de mí, y te fuiste con otra?

Mi cuerpo se tensó, miré hacia abajo, como si la taza de té me pudiera ayudar.

-Iván, solo quiero que seas sincero

-No, no sé qué decirte. Si pudiera cambiar las cosas te juro que lo haría.

Podría sentenciar este silencio como el más incómodo de todos los silencios.

-Entiendo.-volvimos a caer en ese silencio incómodo de antes.

Por primera vez en mi vida pensé que iba a decir antes de hablar.

-En la fiesta de Nicolás, ¿qué pasó con él esa noche?

-¿Nicolás? Ah, Nicolás. Nada, o sea, yo salí de la casa porque necesitaba respirar un poco y él me siguió ¿Por qué?

-No, por nada.-el ambiente se había vuelto tan incómodo, de nuevo.

Mía comenzó a pararse y recoger su taza.

-Creo que es hora de seguir con las medidas.-habló yendo a la cocina.

Me removí incómodo, tomé mi taza y la llevé a la cocina.

Mientras yo entraba a la cocina, Mía estaba saliendo, por lo tanto; chocamos, provocando que mi taza cayera al suelo.

-La puta madre, perdón.-me agaché para ayudarla a recoger los pedazos rotos de la taza.

Me exalté al ver mi mano cubierta en sangre, me había cortado con la cerámica.

-Mierda, ¿te duele mucho?-preguntó mientras se levantaba-Voy a buscar algo para vendar esto, espera aquí.

Me senté en el piso de la cocina a esperar a Mia, que luego apareció con un par de artículos para la herida.

Se sentó frente a mí y tomó mi mano, se veía muy concentrada analizando el corte, sus ojos se posaron en los míos, que aún los miraban a ella, y habló.

-¿puedo?-preguntó refiriéndose al anillo que llevaba puesto.

Con delicadeza sacó el anillo de mi dedo y lo colocó a un lado.

-Necesito que te enjuagues la mano para poder desinfectar la herida.

Le hice caso y me enjuagué la mano en el lavaplatos, al volver a sentarme frente a ella, la vi con una gasa en la mano.

-Le eché alcohol a la gasa, así que esto te va a doler muchísimo, ¿está bien?-me limité a asentir y cerrar los ojos en espera de la sensación.

Al momento que la gasa tocó mi piel sentí un ardor horroroso, pero de la nada, Mia comenzó a hablar.

-Recuerdo que mi mamá hacía todo este procedimiento conmigo cuando yo era más pequeña y me hacía una herida, recuerdo que me hablaba para distraerme del dolor del alcohol, supongo que funcionaba.-Mia hablaba mientras miraba mi mano y la gasa.

Tenía razón, si funciona.

Mia levantó su cabeza, encontrándose con mi mirada, ella sonrió y habló.

-Ya está, ¿cómo te sientes?

-Perfecto, gracias y perdón por romper tu taza.

-No te preocupes.-dijo mientras se levantaba y recogía las cosas.

-Mia, ¿tú crees que podríamos empezar de nuevo?-pregunté un tanto nervioso.

Ella se dio vuelta hacia mí y sonrió.

-Claro, solo promete no volver a ser un idiota.-dijo aún con una sonrisa.

-dijo aún con una sonrisa

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Heartburn; spreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora