Vale... Esto es muy incomodo.
Estoy sentada en su cama con las rodillas pegadas y las manos sobre ellas, y sus ojos están fijos en mi desde la silla de su escritorio.
El silencio esta presenta entre nosotros, se podría oír a una hormiga con facilidad, y digamos que no lo hace mucho mejor que yo intente mirarlo lo menos posible y que sus ojos no se quiten de encima mía.
Después de que entraramos a su casa toda la muralla de valentía que había inventado se vino abajo.
Su madre nos mando a su cuarto para que, palabras textuales: '' pudiéramos estar mas tranquilos y arregláramos nuestras diferencias'' seguido de un guiño de ojo hacía mi. Que es lo único que yo entendí '' TRAICIÓN, TRAICIÓN y por si se me olvidaba más traición.
Sofía sabe que cuando se fue Lucas yo me sentí muy sola, supongo que esa fue mi culpa, no debería de haberme concentrado en solo una amistad y olvidarme de lo demás, la cosa resulta que después de que se fuera sabe que no me respondió a ningún mensaje, a nada de nada.
Sofía me consoló en momentos duros de mi vida cuando mi madre no se podía ocupar debido a su estado.
Sí, estuve sola durante mucho tiempo.
Lo bueno es que ya no es el caso.
_Vale, esto es muy incomodo- Lucas se levanta de a silla y no puedo evitar que las murallas vuelvan a su puesto- podríamos hacerlo más fácil.., por favor.
No puedo evitar levantarme yo también, no quiero sentirme inferior de ninguna manera.
_No se, dímelo tú, ¿podríamos?
_Escucha Keyla...- intenta avanzar hacía mi pero en cuanto veo sus intenciones voy hacía atrás- vale no quieres que me acerque, lo entiendo, se que la cague y que...
_¿Cuándo has vuelto?- no puedo evitar preguntar e interrumpirlo, él se fue de aquí con el rabo entre las piernas huyendo de algo que nunca me quiso contar, con las palabras de que no volvería a pisar un sitio como este jamás y ahora ha vuelto- ¿cuándo?
Vuelve a suspirar, parece que se ha dado cuenta que no estoy en mi mejor día.
Bueno.., nunca estoy en mi mejor día.
_La semana pasada- y como es que no me he dado cuenta, si hubiese venido tan pronto lo hubiese sabido es un pueblo, todo el mundo sabe todo, parece ver la pregunta en mis ojos porque no lo piensa dos veces cuando responde -y no lo sabías porque todo el mundo sabía lo mal que lo pasaste cuando me fui y prefirieron no molestarte diciéndotelo.
La furia me recorre en todo mi cuerpo, él que sabrá lo que he pasado, si no estuvo, en ningún aspecto, literalmente.
_Y que sabrás tú.- la rabia sale de mi sin pensarlo y ahora soy yo la que avanza hacía él y él el que retrocede.- que sabrás de lo que paso si no te dignaste ni a responder ningún mensaje
_Tienes razón...- un suspiro salió de él-. Sí tienes razón, fui un cobarde, ni si quiera lo intente.
_Exacto..., ni siquiera lo intentaste.
Un silencio nos rodea, y podría jurar que es más doloroso que los otros, mucho más.
_Perdón
Y después de tantos años, de tantos deseándolo, solo puedo sentir la amargura recorriendo mi cuerpo y el dulce sabor de... nada siendo su acompañante.
Y de repente los años de odio no tienen sentido, porque seguro que él nunca volvió a pensar en mí, o me echo de menos.
Y eso me jode.
_Vale.
Su cara antes impasible se desmorona y puedo ver como sus ojos buscan respuestas en mis ojos, eso solíamos hacerle antes, creo que ahí esta la clave lo hacíamos antes no ahora.
Me doy la vuelta para marcharme de su habitación pero antes de poder abrir la puerta siento su mano alrededor de mi brazo, sin hacer fuerza, solo esta ahí, tirando de mí hacía atrás, instando a que me quede solo un rato más.
_¿Eso es todo?
Me giro lentamente para mirarle, nuestros cuerpos de repente están demasiado cerca por lo que debo inclinar mi cabeza hacía arriba encontrándome con sus grandes ojos de golpe.
_Sí es todo.
Su mirada se vuelve cada vez mas incrédula
_¿Qué?
Este niño no se entera de nada.
_Ya no sabes nada de mí, ni sabrás.
Una risa áspera sale de su boca, lo que hace que la curiosidad me mate.
Si antes nuestros cuerpos estaban juntos ahora están a una distancia indecente y por si no fuera poco pone sus brazos a ambos lados de mi cabeza.
Pero este que se cree.
_Después del número que me has montado ahora vienes con el royo de la indiferencia-chista mientras me mira, y puedo jurar que cuando lo miro es como... si nunca le hubiese conocido en realidad-. Y te recuerdo que tu ya tampoco me conoces.
La rabia arde dentro de mí.
_ ¿A sí? Porque yo te veo siendo el mismo gilipollas que siempre has sido - aparto sus brazos de al lado de mi cabeza y le empujo lejos de mi-.
No lo puedo matar. No lo puedo matar. No le puedo matar.
Una vez ya unos pasos lejos de mino hacemos nada... solo mirarnos, él con su característica mirada interrogatoria y yo con la misma mirada que le eche desde que entre a su cuarto, decepcionada.
Ni siquiera tengo derecho de mirarlo de esa forma, pero... no lo puedo evitar.
_¿No podríamos arreglarlo?
Mi mirada que por un segundo se había ido al suelo , vuelve a su mirada, parece sincera, perece arrepentido...
Pero el rencor siempre será más grande en mi interior.
_Lo siento pero yo no perdono.

ESTÁS LEYENDO
Si te quedas
RomanceComo te quedarías si tu madre te pide que le des clases partículares al hijo de una amiga suya. Para Elisa esto conllevará que se salga de su zona de control. Para él concentrarse en algo en lo que no sea el futbón y su equipo.