CAPÍTULO 5. JungKook.

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¡Mi Ejaya disfrutó mi comida!

Un millón de otras recetas sobre las que había leído ya pasaban por mi mente mientras el orgullo más tonto me llenaba. Encantaría a mi YoonGi con una comida estupenda, entre otras cosas. Al fin y al cabo, su especie tenía un dicho que decía que se ganaba el corazón de un hombre a través de su estómago.

Mientras limpiaba la mesa y el mostrador, donde YoonGi insistía en ayudar, me di cuenta de lo fácil que era hablar con él. Claro que a veces me confundía, pero no se me trababa la lengua como con otros.

—Hice instalar una unidad de refrigeración más grande aquí para que puedas tener espacio para todos los alimentos que comen los humanos —dije, señalando con el dedo junto al mostrador—. Normalmente solo tenemos bebidas, en su mayoría fermentadas, ahí dentro. Como puedes ver, lo he llenado de frutas y verduras para ti, así como algunos cortes más de carne, algunos de los cuales ya se están marinando.

—Gracias. Ha sido muy amable de tu parte —dijo agradecido.

Complacido por su aprobación, le di una vuelta por la sala de estar, con la pantalla gigante y mi vasta biblioteca de obras de teatro, que su gente llamaba películas.

—Suelo tumbarme en este sofá para verlas. Puedes inclinar el respaldo hasta el fondo, aunque normalmente lo mantengo a setenta grados —le expliqué, sintiéndome de repente cohibido cuando YoonGi empezó a hojear mi biblioteca. Su expresión de curiosidad se transformó en sorpresa, y luego en una extraña mezcla de incredulidad y diversión mientras leía los títulos.

Reclamando a Drusha, Por amor a Arlea, Las Escamas De Oro De Ilze, Una Ejaya Como Ninguna Otra... —se giró para mirarme de reojo con extrañeza—. La mayoría de estos títulos parecen películas románticas. Me moví sobre mis pies, sintiéndome avergonzado por una razón que no podía explicar, y me rasqué las escamas en el lado de mi cuello.

—Yo... eh... Sí. Tienen un fuerte enfoque en el romance y el amor. Me resulta fascinante ver cómo la gente normal interactúa entre sí. Los primeros noviazgos entre jóvenes hasta los más elaborados de los adultos... La dinámica de una familia normal, desde los jóvenes que juegan juntos hasta la relación con sus padres... Los eventos sociales en los que participan, ya sea por puro entretenimiento o como parte del cortejo... Es fascinante, pero no es algo que vaya a experimentar nunca.

—Así que lo experimentas a través de las películas —dijo con voz suave.

Asentí con la cabeza. —Lo que más me gusta son las obras familiares. Me encanta ver cómo los jóvenes normales son criados por sus padres —dije con nostalgia. —Tú eres normal —dijo YoonGi con el ceño fruncido—. Solo que tienes habilidades extra.

Sonreí, conmovido y divertido por su reacción. —No pretendía sonar como si me creyera menos —dije bromeando—. Me han dicho toda mi vida que en realidad soy más grande que el común de los Derakeen. No tengo baja autoestima por lo que soy. —¡Bien! Tampoco deberías tenerla —dijo con firmeza de una manera que me hizo reír.

—Aun así, habría estado bien ver mi guarida llena de vida, como en esas obras —dije con naturalidad.

YoonGi inclinó la cabeza hacia un lado. —¿Quieres una familia grande con muchos hijos? —Sí, la quería. —¿Querías? —repitió, frunciendo el ceño de nuevo.

—No puedo tener una a menos que te enamores de mí —dije encogiéndome de hombros—. La mayoría de los Señores de las Sombras permanecen solteros. Pero para los que toman una pareja, siempre es su Ejaya.

—Oh —dijo YoonGi, pareciendo culpable. —No te sientas mal, mi YoonGi —dije—. Aunque las y los Ejaya suelen casarse con su Señor de las Sombras, a veces ocurre que un Ejaya ya está emparejado cuando su Señor de las Sombras le encuentra. Algunos Ejayas conocen a sus verdaderas parejas después. No hay ninguna regla que establezca que un Ejaya y un Señor de las Sombras deban enamorarse. Pueden estar juntos durante el día, y luego regresar con su familia cada noche. —¿Y a la pareja del Ejaya, no le importa que alguien más esté abrazando y restregándose en él o ella durante horas todos los días? —preguntó YoonGi, con los ojos muy abiertos por la sorpresa.

¡Mi compañero es un Dragón! (KookGi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora