Mente Psicopata

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Capitulo I
Una Mañana Como Cualquier Otra.

Mañana del 7 de Agosto de 2024, Mi nombre es... Bueno aunque no muy importante Jacob Akerman.
Como cualquier niño en todo el planeta me desperté a las ocho de la mañana, sin saber porque aun seguía vivo, me levante de mi cama, aquella que siempre me escucha, en mis llantos, tristezas y alegrías.

Me acerque a la ventana, donde podía ver todo un paisaje lleno de colores donde el cielo era tan profundo como el mar, pero tan lleno de secretos como una persona común y corriente. Las aves cantaban, era como escuchar una sinfonía, Sin embargo ¿Por que las aves vuelan, podre disecarlas para saber como es su anatomía?, es lo que cada mañana al mirar por esa ventana me preguntaba.

Pero como cada mañana mi familia gritaba, peleaba por todo era un ruido ensordecedor, que no dejaba que escuchara mis pensamientos, lo que no sabia es ¿Por que peleaban?, Es como si fuera una lluvia de piedras, que no se sabe a quien puede lastimar al caer, en este caso me lastimaba a mi.
Salí de mi casa muy temprano en la mañana, soy como cualquier otro niño, con amigos con los que jugar, que va a la escuela, que tiene novia, en este caso yo no tenia novia, se que mis pensamientos eran algo solitarios aun así aprendí a manejarme ante la sociedad con calma y sin rarezas, porque por cualquier cosa que tu hagas mal la sociedad te mira y te juzga.

Me encontré con Bladimir un amigo que tenia desde la infancia, que siempre estaba conmigo, íbamos de camino a la escuela hablábamos de las tareas.

"¿Que tal te quedo la tarea de química?" Dijo Bladimir "Muy bien, estaba fácil" Respondí, pero no quería hablar de nada de la escuela, era un día en el que solo quería hablar de la vida y la muerte, como una simple poesía tratada con delicadeza por su autor, no sabia que pensar, no sabia porque la vida me daba incoherencias o porque simplemente yo vivía, ¿habia algo planeado para mi tal vez?.

Ya casi era medio día o una de la tarde quizás, el sol estaba muy fuerte, era muy penetrante, podía ver a cada persona que pasaba por nuestro lado, con sus rostros rojos, caía agua de su frente muy lentamente era como si simplemente estuviesen derritiéndose sin que ellos se dieran cuenta. Mientras transcurría el día tan aburrido y molesto que tenia en la escuela, pensaba en cada película que veía, en cada muerte que aparecía en las escenas, en como puedes matar a alguien con lentitud y maldad, o como puedes matarlo con rapidez y sencillez, pero no se porque tenia pensamientos así, creo que era diferente a los demás, lo unico que si sabia era que me gustaba muchos ver asesinatos y ver como los asesinos se manchaban de sangre, quizás me volvería asesino o quizás sólo sean pensamientos momentáneos simples.

Ese día teníamos clase de química, me gustaba mucho porque ese día íbamos a diseccionar a una rana, tenia muchas ganas de abrirla, cuando llego la hora me emocione mucho, la profesora nos hablaba, "Muchachos tengan mucho cuidado con el bisturí, si necesitan ayuda llamen a la profesora". Yo estaba emocionado tome mi rana, estaba muy babosa, como la boca de un bebe cuando esta comiendo su compota llena de baba, la coloque sobre la mesa y tome el bisturí con mucho enticiasmo.

Mi compañero y amigo Bladimir estaba conmigo estaba muy asustado no quería abrir a la rana pero lo contrario a el era lo que yo sentía, tome la rana y el bisturí ambos sobre la mesa, mi mano con el bisturí puesto sobre el pecho de la rana, y mis ancias de abrirla por la mitad y ver sus pequeños y babosos órganos, cuando escuche una voz diciendo "Muchachos llego la hora, vamos a ver dentro de las pequeñas ranas", Me emocione muchísimo; Tome el bisturí estaba muy afilado su punta brillaba, y lo hundi con firmeza dentro del pecho de la rana, su babosa y biscosa piel era dura, pero yo tenia mas fuerza y de repente se abrió su pequeño pecho en dos, empezó a botar una sustancia roja, la rana se movía enloquecida pero yo la tomaba del cuello y la seguía abriendo me sentía tan feliz cuando empecé a extirpar todo lo que había dentro de ella y sentir sus pequeños órganos, en ese momento me di cuenta que me encantaba ver sufrir, mancharme las manos y sentir sensaciones como de locura cuando me salpico de sangre.

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