Solo si es Kirishima [Kiribaku]

Espionaje Fallido

Las personas son curiosas,nadie es culpable de sentir algo tan común como lo es la curiosidad y realmente grandes cosas fueron descubiertas gracias a eso. La curiosidad trae conocimiento, entretenimiento y satisface los sentimientos de inquietud por saber. Está bien ser curioso, el problema en ello es cuando son más de 20 personas las que quieren satisfacer sus deseos de curiosidad y cuando cada uno tiene personalidades tan diferentes y entre ellos explota la situación.

Los alumnos de la clase 2-A son curiosos, quizás entrometidos y metiches, cada cosa que les inquieta la quieren averiguar y su desesperación por no poder conseguirlo los vuelve un caos o al menos a la mayoría, jamás supieron detener sus deseos del saber y siempre terminaron en problemas gracias a eso. Ahora deseaban, no, ansiaban saber cuál era la excepción con su amigo Katsuki y lo que ellos quieren saber puede ser algo estúpido y poca cosa para los demás pero para ellos era como si fueran a descubrir la cura contra el cáncer, exacto, algo muy importante y que no se puede dejar para después.

Desde el primer año el alumnado se sintió curioso por Katsuki, la personalidad tosca y orgullosa del rubio era la más destacada de todos, incluso si convivían con él jamás lograron acercarse demasiado sin recibir una explosión o una ola de insultos en el trayecto.

En conclusión: Bakugou era el otro lado del muro imposible de cruzar, era el paisaje que todos querían observar y ninguno podía pisar, Katsuki era un lugar con candado e inmensa seguridad, era un ser frío y seco si de sus emociones y ser se trataba y era alguien con la capacidad perfecta para ocultar.

Y claramente la clase estaba más que intrigada por su amigo, así que con el tiempo empezaron a espiar al rubio, trataban de ser sigilosos y muy cuidadosos, pero siendo un grupo tan grande su espionaje "sigiloso" terminaba en un desastre.

Cómo aquella vez...

[...]

Era un viernes por la tarde, las clases habían pasado y ahora todos tenían tiempo libre,podían aprovechar y adelantar tarea, entrenar o simplemente descansar por el trabajo pesado que tuvieron durante la semana, cualquier persona estaría haciendo eso, pero la clase tenía más planes en mente que solo descansar, tenían planeado vigilar al señor explosiones asesinas.

- Según he visto,Kacchan sale mucho los viernes en la tarde pero realmente nunca se a donde puede ir. - Murmuraba un peliverde, escondido detrás de la pared y manteniendo su vista en la víctima a la distancia.

- Siento que de todos aquí eres tú quién más vigila a Bakugou, Midoriya. - Susurro Jirou con certeza, en realidad todos apoyaban esa idea, todos sabían que su amigo pecoso era muy observador y aún punto bastante inquietante.

El peliverde sonrió con ligereza y sus mejillas levemente rosas de vergüenza ante la afirmación de sus amigos, pues sabía que llegaba a excederse en sus investigaciones.
De todos modos, la mayoría de la clase se encontraba escondida mientras observaban al cenizo, claramente estaban a una distancia considerable y trataban de mantener la discreción en su misión...que lastima que 18 adolescentes amontonados y escondidos detrás de la pared en un centro comercial no era nada discreto.

- Chicos, acaba de entrar a un supermercado.- Informó la pelirosa e inmediatamente todos miraron el lugar señalado,alcanzando a ver al cenizo antes de que las puertas automáticas se cerraran y bloquearan su vista.

- ¿Deberíamos entrar también? Kero - Pregunto Asui, mirando arriba pues al ser la más chiquita estaba hasta el frente y debajo de la mayoría de los alumnos.

Y bueno, ahora teníamos a 18 alumnos entrando de manera sospechosa al supermercado, todos iban en bola y vigilando todo el lugar, giraban sus cabezas constantemente para no perder detalle del lugar y también parecía que estaban a punto de asaltar la tienda con su actitud y vestimenta.
Iban tapados de pies a cabeza con ropa negra, estaban alerta y se escondían en los pasillos esa actitud era más llamativa que fingir que solo iban a comprar o echar un vistazo al lugar y los lentes negros más el cubrebocas no ayudaba en nada a pasar desapercibidos.