𝐋𝐈𝐕𝐈𝐍𝐆 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐀 𝐕𝐀𝐌𝐏𝐈𝐑𝐄 /𝙎𝙤𝙤𝙟𝙪𝙣

7° tio (take it off)

― ¡Son trece penes! ― Yeonjun acercó su mano al miembro del menor, moviéndolo, acariciando la punta. ― ¿Cómo se sentirá dentro?

Soobin abrió su boca, alegro.

― ¿Tendrás trece anos? ― el vampiro sonrió, y comenzó a desvestirse frente al menor. ― Lo mejor será que compruebe. ―le ayudó a quitarse su boxer, y lo tiró por ahí, sintiendo como el "menor" lo montaba. Su falo rozó con la zona de Yeonjun que gimió.

― ¿Ya has tenido actividad sexual? ― Soobin negó, bajando su mirada apenado. El mayor lo tomó del rostro, obligándolo a verlo. ― Va a ser perfecto, Soobin. ― relamió sus labios, y acercó a besarlo, pero falló. Estaba besando al tercer peliblanco. Río bajito, y después se acercó para besar al verdadero. ― Te amo mucho.

Amenazó con meterlo, rozó con su entrada, y el menor sostuvo sus caderas, impidiéndole moverse.

― Junnie, antes de todo. ― el mayor gimió. ― ¿Quieres ser mi novio? ― volvió a besarlo, ahora con alegría, y sonrió.

― Sí, mil veces sí, Soobin, aceptó ser tú novio. ― y gimió en sus labios cuando sintió toda la extensión dentro de él.― Esté es mi regalo de cumpleaños.

Dijo, aprovechando que ya era de madrugada.

― Buenos días, novio. ― el rubio talló sus ojos, y después vio al menor entrando a la habitación con una charola y el desayuno, y sonrió, pero dejó de sonreír al oler ajo.

Tapó sus fosas nasales.

― ¡¿Traes ahí ajo?! ― se pegó a la pared con todo y sábana, tapando su desnudez. El peliblanco lo vió, vio su plato, y lo miró de nuevo.

― Sí, ¿Por? ¿No te gusta?

Yeonjun pensó, realmente pensó en todas las mentiras blancas que le podría decir al menor. Desde que su mamá amaba el ajo y eso le arruinó la vida, haciendo que él lo odié, o que en una aventura en las Bahamas un cabeza de ajo gigante cayó en su cabeza y le rompió la nariz. Decidió una más creíble.

― Soy alérgico al ajo. ― el rostro asustado del menor se le hizo tan tierno que en ese momento quería abrazarlo y besarlo.

― Dios, ¿De verdad? No sabía eso, lo siento, soy to..

― Tenemos todo el día para conocernos, amor, y toda la vida. ― palmeó al lado vacío de la cama, pero el menor salió, y regresó sólo con el huevo revuelto, sin el pan con ajo. ― Ven aquí que quiero comerte a ti también.

Y no estaba mintiendo.

Apenas llegó el peliblanco los labios del mayor se dirigieron a su cuello, dejando un pequeño chupetón. Y ahí realmente lo pensó. Podría morder a Soobin para que pasará toda la vida con él. Ser eternos. Sus ojos se iluminaron mientras veía la reciente marca rojiza en el cuello del menor, y sonrió. Mordería a Soobin, pero antes de todo, quería saber qué opinaba él, si valía la pena pasar toda su vida con él.

Mordió su labio. Eso podía esperar, ¿No? Ahora sólo quería disfrutar que Soobin le estaba dando de comer y él no tenía que moverse. Le sonrió.

El peliblanco al notar la sonrisa alzó su ceja, y le sonrió. Yeonjun juró ahí mismo que su ahora novio es la persona mas perfecta del mundo, con la sonrisa más sexy, cálida, y tierna del mundo, todo al mismo tiempo. Relamió sus labios.

― ¿Quieres hacer algo hoy que es tu cumpleaños? ― abultó sus labios. ― ¿Qué quieres hacer, amor? ― lo abrazó por los hombros, y el mayor sonrió.

― Quedarme acostado todo el día contigo, ¿Podemos? ― el otro relamió sus labios, y sonrió.

― Vamos a bañarnos y luego volvemos a acostarnos aquí para hacer un maratón de Netflix, ¿Si? ― junto sus narices, un beso esquimal.

― ¿Apoco te quieres bañar?

Soobin torció los ojos ante la broma.

― Lo del otro día fue porque estaba muy ocupado jugando a Red Dead Redemption, tú sabes, y ahora, vete a bañar, que lo que hicimos ayer realmente nos agotó. ― el mayor se levantó de la cama, enrolló la sábana en su cuerpo desnudo, pero luego comenzó a bajarla, mostrándole al menor todo lo que tenía ahora que habían comenzado la relación. Soobin rió, y le dio una pequeña nalgada.

― ¿No quieres ahorrar agua? ― y un sonrojó atacó el rostro del peliblanco. Seguía siendo tímido incluso después de sus acciones.― Está bien, regreso pronto, amor.

Y a paso rápido caminó a su habitación para ducharse, esperando que Soobin haya hecho lo mismo, y ahí volvió a pensar.

Quería que Soobin tuviera confianza en él, y eso empezaría con decirle la verdad y más que la verdad. Qué era un vampiro que hace tiempo quería chupar su sangre, que cada semana convertía a alguien en su esclavo, y que estaba realmente enamorado de él, como nunca en toda su vida. Ah, y que tenía 1701 años recién cumplidos. Suspiró.

Salió de la ducha, se vistió, y volvió a la habitación del menor, que tenía una toalla en su mano.

― No te secaste el pelo, ¿Verdad? ― el rubio asintió, mostrándole su húmedo pelo. ― Ven aquí, lo secaré.

No vio la secadora, pero cuando lo hizo, sonrió. Se sentó en el pequeño sillón, frente a Soobin, y se dejó consentir.

― Mi mamá dice que cuando amas a alguien buscas protegerlo de todas maneras y a toda costa. ― sentía la toalla en su cabeza, con cuidado, y sonrio. Como pudo alcanzó una mano del peliblanco, y la besó.

― Yo te cuido a ti, y tú me cuidas a mí, ¿No crees? ― y ambos asintieron, y aunque no se veían, sonrieron, sintieron la calidez en su corazón.