8(Final)

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Jacinto apenas sangró antes de que la bala saliera de su cuerpo, el único rastro visible del ataque fue la pequeña abertura en su traje de difunto

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Jacinto apenas sangró antes de que la bala saliera de su cuerpo, el único rastro visible del ataque fue la pequeña abertura en su traje de difunto. Una sonrisa apareció en sus labios, a pesar del dolor y el peligro no estaba asustado, el don oscuro le dio conocimiento y el conocimiento modificó por completo la forma en que concebía el mundo. El dolor no era el mismo, incluso la muerte parecía una avecita mansa ante su existencia.

Joshua, su atacante, parecía tranquilo, apuntaba hacia ellos con gesto impasible. De forma casi instintiva Jacinto aguzo el oído, Martín estaba alterado y se escondió detrás de él como un conejito que intentaba evitar al lobo. Era un chico inteligente, Jacinto tomó aire, la sangre que se escurría de las heridas del muchacho tenía un olor delicioso, era un aroma que no había experimentado jamás, el sonido de su corazón también tenía un timbre único, como una campana debajo del agua.

Sonrió, centrándose en el cazador.

—A ti te estaba buscando —dijo. Joshua intentaba verse tranquilo, pero no podía controlar los pequeños despuntes de nerviosismo que su cuerpo dejaba ver de forma natural—. Eres tú —aseguró dando un paso hacia el frente—. El hombre detrás del volante.

Martín soltó un jadeo, relacionando enseguida a Joshua con el asesino que vio en los recuerdos del vampiro. Jacinto saboreo el momento, había dos personas escondidas en los arbustos, una de ellas peligrosamente cerca, así que se preguntó que debería hacer a continuación ¿Debería matarlos rápidamente? ¿O debía dejar que Martín se probara a sí mismo? ¿Sería capaz de dejarse llevar por su familia y unirse a la noche de caza? Jacinto frunció el ceño, recordando cómo se había negado a ayudarlo con su venganza.

Lo más inteligente en ese momento era dominar su ira, pero era difícil, siempre fue una criatura de impulsos feroces, incluso cuando todavía era humano. En ese momento, si Martín le daba la espalda, no estaba seguro de ser capaz de dejarlo ir con vida.

Intentando alejar sus pensamientos sangrientos, la atención de Jacinto permaneció clavada en Joshua, el hombre estaba quieto, pero su agarre sobre la pistola se volvió aún más rígido ante la situación, sus nudillos estaban blancos. Jacinto dio un paso hacia él, dispuesto a desangrarlo hasta la muerte, cuando una flecha pasó volando y se enterró en su hombro. Para su sorpresa, un dolor lacerante lo invadió, aquella insignificante flecha de madera hizo que por un momento volviera a sentirse humano, dolorosamente mortal.

Martín se alejó, intentando no quedar atrapado en el fuego cruzado, pero Jacinto notó que se negaba a dejarlo atrás.

Herido, el vampiro observó como la sangre brotaba de su cuerpo, roja y cálida, demasiado para una persona que ya había "muerto" unos días atrás. Luego levantó la vista, no fue difícil descubrir donde estaba el arquero, no podía verlo, pero sabía que se encontraba en alguna parte a su derecha, aguardando en la copa de los árboles.

Una de las flechas apuntó a su cabeza, él se giró, pero estaba un poco atontado por el dolor repentino. Por puro instinto Martín tiró de él, sacándolo de la trayectoria de la misma. Ambos se movieron hacia un costado y de repente Cristian apareció de entre los arbustos, tomando desprevenido Martin, a quien inmovilizó en el suelo, apuntándole con una pistola.

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⏰ Última actualización: Nov 02 ⏰

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Muerte que vuelves (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora