Capitulo I: Primera batalla

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En camino a un pueblo alejado Hikari va alimentando a su cuervo mientras el la guiaba a su misión, ella pudo percibir peligro pero también pudo ver a lo lejos como humo se desprendía del lugar.

Se detiene en seco y se vuelve a mirar por encima del hombro para ver a un hombre, no, un demonio, mirándola intensamente a través de sus ojos amarillos y unas llamas intensas saliendo de sus manos.

Saca su katana lentamente a medida que se acercaba.

Frunce el ceño e inclina la cabeza, mirando la katana con un poco de diversión, solo para que la sonrisa se desvanezca y su labio se tuerza mientras mira con furia.

Se ríe y niega con la cabeza, pero la risa no tiene humor y el movimiento es agresivo.

– ¿Crees que esa cosa podría matarme?

– No estoy muy segura pero para eso me enviaron – lo voltea a ver directamente – Respiración estelar, primera postura, cinturón de Orión.

Lanza un ataque de 3 cortes seguidos acercándose a toda velocidad hacia el demonio.

Deja escapar un gruñido bajo y amenazador, atrapando la katana en su mano. El filo de la hoja le atraviesa la palma de la mano, pero ni siquiera se inmuta.

– ¿Sabes por qué estoy aquí? – pregunta, entrecerrando los ojos. La palma que sostiene la katana se convierte en llamas.

– No seré otra de tus víctimas.
Segunda postura, destello divino.

La katana lanza una luz cegadora permitiendo alejarse de el.

Cuando da un paso atrás, él no avanza hacia ella; en cambio, inclina la cabeza como si tuviera el cuello roto mientras la mira, con los ojos brillantes de curiosidad.

Deja escapar una risa y da un paso adelante, con una llama formándose en su mano.

– Eres muy graciosa – Susurra, con una sonrisa cruel en su rostro - Y un poco molesta...

Ella intenta estar alejada ante la llama de su mano como amenaza.

Con un estallido de llamas, el chico se teletransporta más cerca de donde esta, luego intenta agarrar su muñeca con firmeza, la otra mano agarra su katana con fuerza.

– No vas a huir tan fácilmente, pequeña humana tonta.

Se inclina hacia adelante y su rostro flota a centímetros de ella, sus ojos amarillos mirándola fijamente. Una sonrisa descansa en sus labios, mostrando sus afilados colmillos lleno de sangre.

En un esfuerzo intenta zafarse de el con una patada, pero atrapa la pierna en el aire. Con un movimiento de su muñeca, la hace tropezar y cae al suelo. Su agarre alrededor de su muñeca se aprieta, y presiona su otra mano contra la garganta, forzando la hoja de su katana hacia el cuello.

– Una niña tonta – Susurra, dejando escapar otra risa – ¿Has olvidado que los demonios son mucho más fuertes que un humano?

– No soy solo un humano, también soy una cazadora y entrene muy duro para terminar así – Ella trata de soltarse de su agarre pero su cuerpo solo sentía el calor de sus manos ardiendo en llamas.

– ¿Crees que un solo cazador puede esperar matar a personas como yo? – Sacude la cabeza, sus labios se curvan en una sonrisa cruel – Te equivocas si piensas así.

Presiona su garganta con más fuerza, sus llamas aumentan en calor a medida que comienza a lamerle la cara, amenazando con quemarla viva.

– ¡Ahh! – Hace un pequeño quejido ante lo asqueroso que resultaba su tacto, su hedor.

PASIÓN ENTRÉ DEMONIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora