💀🔪. » 𝗛𝗲𝗹𝗹𝗼 𝗗𝗲𝗹𝗶𝗹𝗮𝗵, 𝘄𝗼𝘂𝗹𝗱 𝘆𝗼𝘂 𝗹𝗶𝗸𝗲 𝘁𝗼 𝗽𝗹𝗮𝘆 𝗮 𝗴𝗮𝗺𝗲?
𝐄𝐧 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 ghostface está de regreso en Woodsboro años después de los asesinatos cometidos por Jill Roberts y Charlie Walker
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𝐄𝐧 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 vuelve...
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⚠️: Antes de que empiece a leer éste su bello capítulo de hoy, quiero advertirle, informarle, comunicarle, notificarle a usted linda persona que está detrás de esa pantallita, que habrá una pequeña parte que estará subidita de tono, si no te gusta leer este tipo de cosas, puedes saltártela sin ningún problema. Sin más que decir, espero que les guste el cap :) <33
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Habían pasado casi seis meses desde la llegada de los chicos a New York, los mas jóvenes no tenían mucho que habían empezado sus clases; Sam y Tara compartían apartamento con Quinn, una joven que estudiaba con Tara; Mindy estaba saliendo con Anika, una de sus compañeras; Chad compartía apartamento con un compañero de él, llamado Ethan; y Delilah vivía en el mismo edificio de Tara y Sam, con dos hermanas de ascendencia mexicana, Danielle y Sophia, Sophia la menor de las dos estudiaba con Tara.
Y aunque todo parecía que estaba marchando bien para todos, para Sam era distinto, pues los comentarios de odio hacia ella eran cada vez más constantes con el paso de los días y por mas que Delilah trataba de hacerla entender que nada de lo qué pasó era su culpa, ésta parecía no querer escucharla.
— ¿Nos vamos, bonita? —dijo Sam saliendo del consultorio en donde tomaba sus terapias, Delilah asintió y se levantó del pequeño sofá que se encontraba en la sala de espera
—¿Cómo te fue? —le preguntó Delilah, Sam se encogió de hombros y entrelazó su mano con la de Delilah
—Igual que las veces anteriores —Delilah suspiró y miró a Sam
—¿Aún no le has comentado acerca de Woodsboro? —le preguntó y Sam negó
—No quiero que pase lo mismo qué pasó con los dos anteriores —rodó los ojos molesta y antes de que Delilah le dijera algo, cambio de tema— ¿que te parece si pedimos sushi para cenar? — Al ver que Sam no quería hablar más del tema, Delilah suspiró rendida
— Solo si me pides nigiris — le contestó, Sam rodó los ojos con una sonrisa y asintió. Ambas comenzaron a caminar hacia el restaurante de comida japonesa, al llegar fueron directo al mostrador para ordenar
