El nacimiento de Felina

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Yo...

Ella fue una demonio nacida con el mismo destino que todos los demás: ser una luchadora más cuando el apocalipsis llegue. Pero ella había nacido mal, ya que para poder crear a un demonio se necesitan 50 almas humanas inocentes da igual el tipo de persona que sea siempre y cuando sea de alma pura. Y a esta demonio le faltaban 6 almas para poder estar completamente formada y funcional. Ella tenia suficientes almas para existir pero no para vivir.

En el extraño caso en que un demonio pueda existir pero no morir, lo más normal es muera al cabo de un tiempo, pero ella era cabezona y por mucho tiempo que pasara ella se negaba a morir, así que un día se armó de valor y fue a la superficie. Solía esperar en las residencias de ancianos y en los tanatorios, donde podía coger un alma inocente de alguna persona. Al final de mucho tiempo solo consiguió 4 almas. Esperar a que alguien se muera no es trabajo para impacientes y menos cuando tienes un alma que podría ser tuya pero viene alguien superior a ti y te la quitan de las manos, y ya se le estaba acabando la paciencia.

Ahora que tenia más fuerzas decidió ir a divertirse un poco: cerca de los cruces peligrosos, en barrios y callejones peligrosos donde algún vagabundo o drogadicto se fuera al ataúd para poder quedarse con su alma aunque no fueran las más adecuadas. Al fin consiguió ver unas almas inocentes y fáciles de conseguir... La de los gatos.

Esperó un rato a que un gato se muriera y... Sorpresa! Un gato ser murió. Cogió su alma rápidamente, solo le quedaba una y podría vivir sin preocupaciones. Se quedó unos días esperando a que otro gato muriera. Cuando por fin uno murió cogió su alma y...

-AAAAAHHHHH! -Gritaba.

Se retorció de dolor, una sensación que ningún demonio había sentido nunca. Estuvo agarrándose del pelo y pateando hasta que el dolor se redujo a la sensación de tres puñaladas en la espalda. Tirada en el suelo pensaba: "ya se pasará...". Pero eso no iba a pasar porque ella era una demonio humana, solo le pertenecían las almas humanas, no animales, las almas de los gatos no se asustaban, entonces, sufría.

Al cabo de unas horas se levantó y asumió que el aquel dolor no se pasaría. Al asumirlo se ganó su nombre, a partir de entonces se llamó Felina.

Yo... Felina estaba todo el día y la noche sufriendo, hasta que decidió que no iba a ser una demonio común, sobretodo porque no había sufrido tanto para no llegar a nada, así que ahora iba a hacer sufrir a muchas personas como ella lo hacía.

Salió a la calle en busca de una persona feliz para destrozarle el alma y cuando la encontró se pegó a ella como una garrapata. La identificó: Se llama Cristina, tiene 15 años y está muy feliz porque ha aprobado todas las asignaturas por los pelos, alma empática. Primero se transformó en gato y se acercó a ella para jugar, después cuando Cristina le cogió algo de aprecio, se subió encima de su espalda, y aprovechando la escasa confianza que tenia Cristina, se subió a su espalda y le arrancó el alma de un zarpazo. Cristina cayó al suelo al instante. Felina torturó su alma en un instante y le clavó tres puñaladas en la espalda del alma y le devolvió se la devolvió. Al despertar pegó un grito que ahora se podía oír en el inframundo.

Estuve... Estuvo atormentado almas durante muchos años hasta que un día...

Se acercó a un chico y le identificó: Se llama Erik, está feliz porque le acaban de contratar, alma... em... alma?

No la podía encontrar. Felina se adentró en él, continuaba sin poder detectarla. Como siempre, se transformó en gato y se acercó a él hasta que le cogió un poco de afecto y cuando Erik le tenia un poco de cariño se subió encima y le arrancó el alma, bueno, lo intento, tenia la mano vacía, estaba confusa. Lo intentó varias veces más y al final lo comprendió, Erik no tenia alma.

Fue al diablo y le preguntó que le pasaba a Erik. Le dijo que él era así por naturaleza o porque perdió el alma en alguna experiencia cercana a la muerte, su alma podría haber subido al purgatorio cuando no debía y el cuerpo siguió con vida y que se olvidara de él y que fuera a por otra persona.

Eso hizo, pero siempre le quedaba el pensamiento de: Podría hacerlo sufrir lo que no ha sufrido en su vida... Si tuviera alma. Poco a poco se obsesionó tanto con eso hasta que pensó en buscar un alma de otra persona para él. No se hizo caso, pero... se iba obsesionando un poco con él... Y un poco mas... Y un poco mas... Hasta que perdió la cabeza. Ahora tenía un nuevo objetivo: Encontrarle un alma.

Si tardaba meses en encontrar una sola alma para ella, iba a tardar años en encontrar un alma compatible con él, pero aún así lo intentó.

Pasó un año y ella seguía buscando una sola alma, ahora tenía un problema que no recordaba: Tener un alma a la vista y que te la quiten. Se puso tan nerviosa que pensó en darle su propia alma, pero siempre rectificaba pensando: He sufrido y trabajado mucho como para perderla.

Felina estaba desesperada, se estaba volviendo loca, pero cuando pensó un poco y se dio cuenta de que todo aquello era solo para un simple mortal... perdió la cabeza completamente.

Entonces salió volando a una velocidad increíble a buscar a Erik y cuando lo encontró, sin pensárselo dos veces, se arrancó su propia alma y antes de perder la capacidad de poder estar en pie, la lanzó directamente a Erik, que le recibió bien por suerte. Aunque Felina no tuvo la misma suerte, no le dio tiempo de despedirse del alma por la que había trabajado tanto.

Llegó al inframundo, estaba viva, por alguna razón que no comprendía. Se giró, tenia delante de ella a Pandora, la diosa de la calamidad. Pandora le explicó que ella la hacia estado observando desde el día en el que se ganó el nombre de Felina y ella era la que estaba manteniendo con vida. Felina se arrodilló para pedirle 50 almas más, pero Pandora no podía hacer eso. Así que las dos se fueron a visitar a Medusa, la diosa de la oscuridad, qué le podía dar más información sobre lo que le pasaría a ella a partir de ahora.

Cuando llegaron, Felina se arrodilló otra vez para pedirle a Medusa que le diera 50 almas más. Medusa le dijo que no, no podía darle las almas que le pertenecían a otro demonio. Pero a cambio le propuso un trato, le dio un libro en blanco y le dijo que escribiera su historia y cuando la tuviera escrita debía devolvérselo. Y eso hizo, con la ayuda de Pandora ya que le había estado observando durante años.

Cuando lo terminaron fueron a ver a Medusa y ésta les pidió un nombre para el libro, y Felina le puso al libro su nombre. Entonces Medusa cogió el libro, lo subió al mundo exterior y lo colocó en una biblioteca donde todo el mundo pudiera leerlo.

Felina y Pandora, extrañadas, le preguntaron por qué había hecho eso... Y ella respondió...

- Yo, como diosa de la oscuridad, puedo quitarle el alma a cualquier ser vivo sin necesidad de matarlo. El libro está preparado para que cuando alguien lo lea, este absorba su alma. Esas almas la recogeré yo y te las daré a ti.

Felina le dio las gracias, y ella y Pandora se retiraron a esperar esas almas.

Hoy en día Felina todavía está buscando 23 almas más para poder volver a la vida, esta vez sin dolor para poder cumplir una nueva promesa: Torturar las almas de aquellos que no se lo merezcan.








Gracias, ahora solo necesito 22 más.

FelinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora