-Después de todo este caos dudo que todo el mundo vuelva a estar en paz- le comenté a Slaine que estaba al lado de la ventana.
-Pues con que los enfrentamientos no lleguen hasta aquí supongo que me vale un carajo el mundo- observó al exterior y comentó una vez más al ver la ciudad en la que había crecido- si esto sigue así pronto nos robarán nuestra nacionalidad.
-Si nuestros padres estuvieran aquí creo que se arrepentirían de defender a la gente de este país, aquí todos mienten- fue lo último que dije.
Me tiré al sofá y mis ojos se fueron cerrando. Sentí que Slaine se sentaba sobre mis piernas y encendió la televisión. En parte agradezco que odie los noticieros; no quiero saber que se vendrá una guerra solo porque a Estados Unidos se le ocurrió asesinar al presidente de Canadá.
Hace poco se convirtió en potencia mundial de la noche a la mañana, supongo que Estados Unidos no quería rivales, sin embargo eso no justifica un asesinato. No se quién habrá propuesto esa idea, pero esa persona es tan culpable como nosotros los que habitamos aquí.
Esa noche tuve una pesadilla, no recuerdo que era, pero desperté sobresaltada tanto que mi hermano Slaine me tuvo que abrazar.
-Tengo miedo, no se de que, algo se acerca, sálvame.- dije sollozando.
-Tranquila estaré aquí por siempre ¿ De acuerdo? Hasta el último instante ¿Recuerdas?- contestó-. Incluso cuando te cases me iré a vivir contigo- dijo con sarcasmo.
Esa fue una promesa de hace mas o menos diez años. Nuestro padre dijo que eramos iguales, como dos gotas de agua, pero por dentro éramos como el blanco y el negro. Hizo prometernos que nos cuidaríamos recíprocamente ya que sin el blanco el negro no puede existir. Es como el bien y el mal; nunca podrán a eliminar a uno solo ya que dependen el uno del otro.
-Vamos Ericka levántate. Obedece a tu hermano mayor, no me dirás que tienes dolor de estómago como le decías a mamá para no ir a la escuela ¿verdad?- rió y de alguna manera me hizo sentir mejor.
-Solo si me compras algún dulce- comenté.
- Está bien "white"-. Respondió.
Salimos a las siete en punto para nuestro trabajo, aunque entremos a las ocho nos gusta irnos despacio para platicar.
-¿Y de que tenías miedo?- preguntó Slaine.
- Realmente no lo sé. Lo que sucede me está volviendo loca supongo- dije sonriendo.
- Si la guerra llegara hasta Los Ángeles no sabría como protegerte y eso también me aterra- Su rostro cambió,era como si de la nada le hubieran aplicado alguna dosis extraña.
- A pesar de que Estados Unidos está en guerra y lleva la desventaja, nosotros estamos relativamente bien. Tenemos comida, un hogar, un trabajo y lo más importante nos tenemos el un al otro. Estoy segura de que jamás me soltarás- aunque fui tan positiva, en el fondo me sentía igual o más frustrada que Él.
Seguimos caminando hasta que de pronto vi un destello a lo lejos seguido de un estruendo.
-No falta mucho para que la guerra llegue-. comenté.
- A todos los habitantes de esta zona busquen un lugar seguro repito busquen un lugar seguro hasta nuevo aviso-. Sonaban los helicópteros más avanzados del mundo justo arriba de nosotros. La guerra estaba aún lejos o al menos eso suponíamos, sin embargo Estados Unidos ya no era un lugar seguro,estuviera la guerra cerca o no.
- Opino que te salvaste de ir a trabajar- comentó Slaine.
- Y lo peor de todo me quedé sin mi dulce- dije sonriendo forzadamente, Él me conocía demasiado bien como para saber que no me sentía bien.
- Todo estará bien, superaremos el hecho de estar todo el día en casa y que nos llegue la comida gratis,al fin que somos unos refugiados- dio media vuelta, de regreso a nuestro apartamento. Tenía razón,días atrás oímos rumores sobre los otros estados en alerta de invasión, dejaban los alimentos en cada esquina de las ciudades y nuestro gran trabajo era caminar hasta allá. No querían dejar que los civiles murieran en la guerra o de desnutrición y mucho menos que fueran capturados por fuerzas enemigas.
- Gracias "black"- dije mientras lo seguía regreso a casa
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"Todo Es Gracias A La Humanidad"
AçãoLos humanos con solo existir, están dañando algo inconscientemente, estén vivos o muertos.