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Curar a Hyunjin siempre es un trabajo difícil para Seungmin, tal vez el sucio no se queje ni se mueva por la incomodidad, pero su mirada siempre esta puesta sobre él, quizás juzgándolo o solo observando cómo cambia los vendajes de su pierna, el sucio no lo nota pero el cerebro de Seungmin colapsa cada que los hermosos ojos de Hyunjin recaen en él. Lo peor, por lejos, es cuando no hay palabras, cuando escuchan el goteo de que produce el propio túnel y la humedad de este, no suelen conversar mucho, pero al menos Hyunjin mantiene algo de sonido cuando procura trabajar en algo de lo que Seungmin no entiende.

Es cuando el sucio se queja que Seungmin se detiene y se aleja, cree que ya ha sido suficiente y que necesita dejarlo descansar, porque vivir en un túnel es estresante y agotador, aunque para ser sinceros su condición es mucho peor que solo vivir escondido ¿verdad?

Se sienta lejos y busca entre sus cosas lo que le dará a un joven profesor esa misma tarde, porque se lo prometió a Beomgyu y a Jeongin, esos dos, en un descuido se habían convertido en dos buenos amigos con los que ahora Seungmin podía hablar cada que regresaba de con el sucio, solo un rato le bastaba para entretenerse y olvidar el mundo entero, un segundo en el que recordaba que aún era joven y tenía derecho de serlo.

—Seungmin.— Le habla Hyunjin sacándolo de sus pensamientos, Seungmin no suele responder, solo eleva la cabeza para encararlo, esta vez Hyunjin no voltea para asegurarse de que lo está escuchando, solo sigue en lo suyo. —Ese tal Minho.... ¿sabe que estoy aquí?

Seungmin niega aunque el sucio no lo mire, es una pregunta ofensiva en cierto punto, porque él es consciente de la delicadeza del tema, sabe que no puede decirle a nadie que se encuentra en tal lugar, y aunque ya se haya hecho amigos de dos militares no les confiaría nunca un secreto tan grande y peligroso. A Seungmin se le revuelve el estómago, porque no solo es a Minho a quien le ha ocultado eso, si o que también a Jeongin y a Beomgyu quienes son soldados, y a Hyunjin, quien no tiene idea de que mantiene una relación de amistad con dos personas que nada más verlo le dispararían. Piensa en el tiempo que ha pasado, apenas cuatro días y ya siente que le miente a todo el mundo.

El sucio deja lo que hacía y se gira con dificultad, su pierna no ha curado por completo y puede que duela a falta de antibióticos, y Seungmin lo sabe, sabe que debe ser difícil y doloroso mantener una herida abierta, porque en definitiva necesita suturas. Aun si consigue todo para saturar una herida él no podría hacerlo.

—Hay soldados cerca ¿verdad?— Seungmin asintió y Hyunjin hizo una mueca de angustia. —Tengo que salir de aquí, en cuanto se les ocurra bajar estaré perdido.

El sucio se pone en pie con dificultad, toma sus cosas con un brazo y hace esfuerzo para colgar su mochila en su hombro, Seungmin se levanta de un salto cuando lo ve tambalear, se preocupa de que la herida sangre, sabe que los vendajes no detendrán todo y le causa incomodidad verlo caminar, de inmediato corre hacia él y toma su brazo para pasarlo sobre su propio hombro para asi poder sostener al sucio.

—¿A dónde iras?— le pregunta ayudándolo a caminar. —Los túneles son como laberintos, y no hay salidas.

Hyunjin solo le sonríe haciendo que Seungmin se avergüence y mire a otro lado.

—No me puedo quedar en un solo lugar todo el tiempo, si ellos están cerca yo me tengo que alejar. — El sucio se vuelve a quejar del dolor en su pierna, deciden ignorarlo y seguir, también tratan de imaginar que las ratas corriendo por ahí no están, no son las únicas habitantes del túnel, hay bichos y arañas que ya se han adueñado del terreno. La vela tirita, lo único que les ha estado dado luz se mueve en una sola dirección. —No necesitamos salir por ahora.

—Los soldados de afuera...— Habla Seungmin sin seguridad, Hyunjin vuelve a mirarlo y él vuelve a desviar su mirada. —¿están aquí por ti? ¿Qué hiciste?

Sucio;승황Donde viven las historias. Descúbrelo ahora