Sipnosis.

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Y de un ágil movimiento, le pongo las esposas a el gilipollas que ha intentado violar a su hija.
Con ayuda de Carmen, una chica de la que me he ido haciendo amiga estos años que llevo en Barcelona, lo sacamos fuera y lo entregamos a la policía.

-Como siempre.-comienza.-Ganemos.

-Te voy a echar de menos.-admito, metiéndome al mercedes negro que me regalaron el año pasado,
cuando cumplí los dieciocho.

Ahora, tengo diecinueve, y vuelen a trasladar la sede a Madrid, viva.

Preguntareis como van las cosas, y bueno, van.
Voy todos los meses a visitar a María y a mi madre.
Y si, estoy orgullosa de poder decir que Dani y Maria siguen juntos.
A Dani lo he visto una vez, de todas las que voy, porque no aviso.
Y Jesus..
En fin, no lo veo desde que tenía quince años, y ahora tengo los diecinueve.
El tiempo lo cura todo,o eso dicen.
Pero a veces, pasa, que un olor, un instante,una fecha, un lugar, un sonido, o cualquier mínimo detalle, hacen que se abran todas las heridas del pasado.
El olor de un libro nuevo, ese siempre tendrá su aroma.
No puedo evitar recordarle cada vez que empiezo una nueva historia, y lo mismo me pasa con los libros.

El café, siempre va a tener su sabor,da igual las cucharadas de azúcar que le ponga, que siempre va a saber a sus ojos.
No digo que eso sea malo, siempre he pensado que somos un montón de recuerdos y despojos de las heridas del pasado, del pasado en general.
Si soy sincera, si me diesen una oportunidad de borrar las heridas, diría que no.
Porque gracias a el, he aprendido, que lo que hoy son heridas, mañana van a ser cicatrices, y el mes que viene una lección.
Es necesario aceptar, que hay cosas que no encajan, personas que no son capaces de hacer feliz a otra persona, personas que te quieren de verdad y tu sigues enganchada a mentiras. Personas que mienten y les crees, personas que se quieren y no están juntas, personas, que están juntas, y no se quieren ni la mitad que tu quieres a la persona que no tienes.
Pero es así, y hay que aceptarlo.
Tienes que ir buscando la otra pieza del puzzle, hasta que encuentres un sitio donde quedarte a vivir.
Pero recuerda, no puedes llamar hogar, a algo que te hace daño.
Y es justo entonces cuando te hacen daño, cuando recuerdas el pasado, cuando eres feliz o tienes tiempo de echar de menos a alguien que no supo quedarse.
Pero cuando duele, cuando duele relacionas.
El dolor del presente, sin el, lo mezclas con el del pasado y estas mal por partida doble.
Porque si, porque somos así de imbeciles, no hay mas explicación.
Porque nos gusta meter el dedo en la herida y dejarla sangrar aunque solo sea un rato.
Nos gusta recordar, que lo que el tiempo se llevo, algún recuerdo lo trae de vuelta.
Nos encanta decir eso de "tengo miedo de que me vuelva a pasar", pero no hacemos nada por evitarlo.
Al contrario, vamos como ciegos en busca de la misma piedra donde tropezar.
Ese es el problema, que nos enamoramos de una piedra y siempre terminamos dándonos de hostias contra ella.
¿Y si en lugar de esquivar la piedra cambiamos de camino?
No sé, digo yo.
Por eso digo, que en el fono nos gustan las heridas, si no las entienden.
A mi no me hagáis caso, yo llevo años, y cuando veo la piedra, no sólo no la esquivo, si no que me tiro de cabeza a por ella.
Creo que siempre habrá algo que te haga viajar al pasado, pero acuérdate, de comprar un billete de vuelta si quieres tener un futuro.
Os voy a ser sincera, yo por mi parte, he intentado aprender a vivir sin él, porque se, que es lo mejor para los dos, pero eso no quiere decir que a veces, casi siempre, lo eche de menos.

Aparco delante de mi apartamento, y bajo, estirándome.

Lo primero que hago al entrar es saludar a A.J. y coger mi movil, y mirar mis WhatsApps.
Aprovecho y miro la foto de perfil de Jesus.
Si, sigo tendiéndolo.
Sale solo, con una sonrisa increíblemente sexy.
No ha cambiado mucho, solo en que esta mas guapo y mas bueno.
Ah, y un detallito de nada.
Dejaron la música hace un año, porque se agobiaron, o eso me contó Maria.
Pero sigue siendo el hombre mas deseado de toda España.
Y aunque yo crea que ya no le quiero, lo primero que quiero hacer cuando valla a Madrid es verlo.
Y no, yo lo he tenido novios desde el, principalmente porque no tenía tiempo.

Conecto el Skype mientras me hago la cena, y enseguida Maria me llama, y descuelgo, feliz.

-¡Hermanita potorra!-grita, desde la otra línea.

Me giro y le sonrío.
Voy con una camiseta ancha que me llega por los muslos, y llevo un moño.

-¿Que haces, fea?-me acerco a la pantalla, para que me vea mejor.

-Esperar a que vuelvas.-se ríe.-¿Es mañana ya, no?

-Si, cansina.-me río.-¿Ya estás deseando verme?

-Y no soy la única.-me guiña un ojo.

Me muerdo el labio mientras voy hasta la sartén, y la quito del fuego, ya que el lomo que estoy haciendo se me esta quemando.

-Bueno.-cambio de tema.-A.J también tiene ganas de verte.

Me giro y sonrío instantáneamente al ver a Dani al lado de Maria.

-Danielo.-sonrío.-¿Como vas?

-Ey, pequeña espía.-se ríe.-Aquí, echándote de menos.

Veo como Maria le da un codazo y me río.
Siguen siendo los adolescentes que eran, igual de monos.

-Maria, celosa.-me río, poniendo el lomo en un plato.-Ademas, es mi mejor amigo, si no me echara de menos lo mataría.

-Tonta.-dicen a la vez, haciéndome reír.

-Joder.-digo, riendo.-Pasáis tanto tiempo juntos que hasta habláis a la vez.

-Hablando de pasar tiempo juntos.-comienza Dani.-¿Mañana piensas venir a verme, no?

Spy Girl. Segunda temporada. {jdom}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora