capitulo 1

195 2 1
                                    

Rosi está trabajando (buscar una actividad que se pueda hacer en el espacio donde se van a presentar las situaciones), está triste, observa a su alrededor para confirmar que está sola, saca una botella de su bolsa y le da un trago. Guarda la botella, pero de inmediato se arrepiente, la saca de nuevo y da otro trago, la guarda, intenta controlarse, pero no puede, la saca de nuevo, observa que no haya nadie y toma como desesperada. Mientras está tomando entra Lupita, Rosi no la ve.

Lupita: ¡Rosi Perez!

Rosi: (esconde la botella tras su espalda, contesta con voz de quien empieza a sentir los efectos del alcohol) ¡Presente! Digo... ¿qué digo? ¿tengo que decir algo?

Lupita: ¡sí! Tiene que decirme qué es eso que trae en las manos

Rosi: (saca una mano, deja la otra atrás) ¡nada por aquí! (cambia la botella de mano) ¡nada por acá! Bueno un poquito de mugre nada más, pero en seguida me lavo las manos, voy al baño... (quiere salir)

Lupita: ¿cómo de que nada? Si vi la botella desde hace rato ¿no le parece que me subestima tratando de engañarme con ese truco tan antiguo?

Rosi: no supervisora, no trataba de engañarla, estaba haciendo magia, pero no me salió. Ahora si me disculpa, voy a continuar con mi trabajo.

Lupita: claro que no, no puede seguir trabajando en estas condiciones. Así como estás eres capaz de meterte a la cámara fría sólo para ver si puedes superar el caso del empleado que se tomó dos botellas escondido en la cámara fría y salió sin que nadie se diera cuenta que estaba borrachísimo.

Rosi: no, supervisora, un clásico como ese no se supera. Aunque es tentador pensar...

Lupita: nada, no vas a pensar nada, te vas a ir directo con el psicólogo. Te voy a dar un pase y le voy a marcar para que te atienda porque este es un caso urgente. ¡No puedes tomar tanto!

Rosi: uy que exagerada. (Lupita le da un papel) ¿Oiga y tengo que ir a las dos direcciones?

Lupita: ¿cuáles dos direcciones?

Rosi: a esta y esta (señala un papel inexistente)

Lupita: ¡ay, ya estás viendo doble! Mejor le llamo al psicólogo para que venga, no vaya a ser que te pase algo por el camino. (le llama al psicológo o le manda un mensaje)

Rosi: (se pone a llorar) ¡que buena es usted! ¡muchas gracias por preocuparse por mi! La aprecio tanto que voy a brindar por usted (saca la botella) ¡salud! (Lupita la detine)

Lupita: ¡no!

Rosi: ¡está bien pues! No brindo por usted, brindo por la vida, por el psicólogo, ¡salud!

Lupita: ¡qué no! ¡que este no es el momento ni el lugar!

Psicólogo: (llega corriendo) ¿Todo bien? ¿ella es la paciente? ¿cómo se encuentra?

Lupita: muchas gracias por llegar tan rápido, sí ella es la paciente, Rosy Peréz.

Rosy: mucho gusto doctor, ¿un tequilita?

Psicólogo: sí gracias... digo.. no, gracias. No tomo cuando trabajo.

Rosi: hace muy bien, yo tampoco voy a tomar cuando trabaje, pero ahorita no estoy trabajando así que puedo tomar a gusto, ¡salud!

Lupita: (la detiene de nuevo) ¡no! Por favor aquí no. Dame la botella, la voy a guardar y te la entrego a la salida.

Rosi: es mía! La pagué! No me la quite..

Lupita: no te la voy a quitar, sólo la voy a guardar mientras platicas con el psicólogo. (se va)

Rosi: me siento mal, no puedo respirar, estoy ansiosa... (comienza a temblar) estoy temblando... ¿qué me pasa? ¿me voy a morir? Traigan mi botella, por favor, sólo necesito un trago.

Psicólogo: no cabe duda, nos enfrentamos a una adicción al alcohol. Pero no se preocupe, podemos tratar esto de inmediato. Sólo necesito que se tranquilice, respire profundo... eso es inhale... exhale... inhale... exhale.... así. ¿Se siente mejor?

Rosi: no, me siento más mareada, así como cuando salgo de una fiesta y me da el aire en la cara ¿no le ha pasado? Mientras estás en la casa ni sientes nada, nomás te da el aire y ¡pum! Te sientes bien happy.

Psicólogo: ¡qué caray! Siéntese, no se me vaya a caer y menos a vomitar. A ver cuénteme, ¿desde cuándo comenzó su aficción por el alcohol?

Rosi: no es aficción, es veneración, es respeto, es amor por nuestra tierra. Mi papá me enseñó a sentirme orgullosa del tequila, de esta bebida que Dios le regaló a México para compensarlo por tanto sufrimiento.. ¿a poco a usted no le parece una delicia un trago de tequila?

Psicólogo: no pues sí. A mí me gusta el tequila derecho.

Rosi: ¿y ya probó la margarita de tamarindo, especialidad de la casa?

Psicólogo: no.

Rosi: no sabe de lo que se pierde, le voy a preparar una.

Adicto yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora