Mi amante {Harry Styles}

CANCELADA!!!!!!!!

El día de mi boda

Me levanté muy temprano hoy. Mis mejores amigas Tasha y Sam estaban hoy conmigo en el día más importante de mi vida. Hoy me casaré con Leo. Corrí hacia el baño para bañarme. Entre a la ducha y dejé que el agua me cayera tibia desde la cabeza a los pies. Cerré mis ojos y ahí me dió. Un escalofrío por todo el cuerpo y un golpe duro en mi corazón. ¡¿Qué estoy haciendo?! ¿Cómo me puedo casar? ¿En verdad estoy lista para casarme? ¿En verdad quiero estar con un hombre toda mi vida? ¿Y si sí, acaso ese hombre es él? ¿En verdad lo amo lo suficiente como para casarme con él? Mi mente se llenó de todos estas preguntas y más... ¿Qué estoy haciendo? ¿QUÉ ESTOY HACIENDO? Salí del baño me sequé y me puse la toalla alrededor de mi cuerpo. Salí con mi cara pálida y estaba toda confundida.

-¿Emily estas bien?- Preguntó Tasha acercándose a mí y me sujetó las manos -siéntate.- me llevo hacia una silla en mi cuarto.

-¿Qué tienes?- dijo Sam.

-¡Emily habla!- Tasha grito.

-¿Puedes dejar de gritar cerca de mi oído!- Sam se dirigió a Tasha

-¡Solo quiero que me responda!

-¡Pues no grites!

Comencé a temblar, me sentía atrapada, confundida y vulnerable. Mientras ellas peleaban yo solo pensaba en que esto cambiaría mi vida para siempre. ¿Y si él no era el indicado? ¿Y si me enamoro de alguien más estando con él? ¿Y si las cosas no funcionan y nos divorciamos? ¿Y si no lo amo lo suficiente? De repente sentí una lágrima corriendo por mi mejilla y cerré mis ojos.

-Emily, que tienes- Sam dijo mientras sentí como me secaba la lágrima con su mano. Abrí mis ojos y ví a Sam cerca de mí y a Tasha en su propio mundo con su celular, algo enojada. Respiré hondo antes de decir lo único que logró salir de mi boca.

-No puedo hacerlo.- Murmuré sin hacer ninguna expresión con mi cara.

-¿Qué?- Sam replicó.

-Que no puedo hacerlo.- Repetí casi murmurando.

-Si puedes, eres hermosa, él te ama, esto son solo los nervios, se te pasará.- Comencé a mover mi cabeza en negación y me levanté.

-No, no se me pasará, Sam ni siquiera estoy segura de que lo amo.

-¿Cómo puedes decir eso? Emily claro que lo amas...

-Pero no creo que lo suficiente. Sam viviré el resto de mis días al lado de Leo, sí suena maravilloso por que en verdad lo quiero pero; ¿Lo amo? ¿En verdad amo a Leo lo suficiente como para entregarme a él por completo? ¡Soy muy joven, sólo tengo 21 años Sam! ¡Él ya tiene 32 no crees que la edad es algo exagerada!

-No solías pensar eso antes.- Tasha por fin habló pero aún no le quitaba la vista a su celular.

-¡Lo sé pero es porque nunca pensé que llegaría a terminar casándome!

-¡Y porque aceptaste!- Sam grito.

-¡No lo sé! No lo sé, él a sido tan dulce conmigo y el día que me lo preguntó había hecho y pagado tanto para que todo saliera perfecto que al ver todo lo que hizo por mí, no se que me ocurrió, las palabras solo fluyeron de mi boca.

-¿Y porqué no dijiste nada hasta ahora?

-Porque ahora me estoy dando cuenta de que ya se acabó, hasta hoy llegó mi libertad. Después de hoy seré la señora Monroe. Y apenas lo conozco por 2 años Sam, ¡hacen dos malditos años!- Sentí como mis lágrimas rodaban una tras otra por mis mejillas. Mi respiración se había profundizado y se me hacia difícil respirar, decidí sentarme en la cama y cubrí mi cara con mis manos. Sentí que alguien se sentó al lado mío y me abrazó.

-Emily esto es tu..!!- Sam comenzó a gritar y sabía que me echaría la culpa porque yo misma sé que lo es, pero fue interrumpida por Tasha.

-¡Puedes callarte la maldita boca de una vez por todas! No necesita de tus gritos o regaños. Necesita a una amiga ahora, no a una madre menopausica. ¡YA CÁLLATE!- Tasha me abrazó más fuerte que antes. Nos mantuvimos calladas por unos minutos. Hasta que Sam decidió romper el silencio.

-Lo siento.- Saqué mi cabeza de mis manos, me seque las lágrimas y la mire.

-Esta bien, yo también lo siento, estoy siendo muy dramática con todo esto.

-¿Y que harás?- Preguntó Tasha

-Ya no hay vuelta atrás. Ya todo esta listo y todos esperan una boda hoy. No puedo cancelar nada, así que supongo que iré, diré acepto y ya.- Forcé una sonrisa.