La Boda

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Miré a la chica parada frente a mí. Su cabello negro en un moño amarrado, cubierto por un velo, maquillaje completamente perfecto, ojos azul cielo que se veían asustados pero sus labios formados en una iluminada sonrisa que casi podia delatar su falsedad. Tocó su traje blanco y me devolvia la mirada cuidadosamente. Su traje era sencillo pero muy parecido al de una princesa, le quedaba a la perfección, ajustando todas sus curvas como debía. Casi como si el traje hubiera existido para ser sullo. Este era el día que tanto ansiaba desde pequeña, pero estaba asustada, asustada de lo que le espera en su futuro, de saber que éste gran paso cambiará su vida para siempre. La chica que tanto miraba era sólo un reflejo, el reflejo de mi espejo. Escuché mi puerta sonar interrumpiendo mi observación...

-¿Si?- Pregunté mi vista en la puerta.

-Emily, es Tasha, ¿estás lista? La limosina está afuera esperando.

-Ya voy.- Me miré una vez más al espejo y respiré profundo antes de coger el ramo de flores encima de mi cama y salir de la habitación.

-Te vez preciosa.- Tasha sonrió.

-Gracias.

-De nada, ahora corre.- Me dió un leve empujón, me levanté un poco el traje y salí corriendo hacia la limosina.




-Ya casi llegamos.- Sam dijo emocionada. Yo en cambio he estado en silencio por todo el camino solo sonriendo y acertado con la cabeza, una sonrisa que cualquiera que me conocia sabía que era falsa, lo cual es lo que hice al escuchar a Sam.

Sé que hoy es mi día y debería estar feliz pero no puedo evitar sentir un peso fuerte en mis espalda.

La limosina se detuvo frente a aquella hermosa iglesia. Mi corazón a punto de salirse de mi pecho. Nos abrieron la puerta y todas salieron menos yo. Mirando mis manos, cerré mis ojos y una lágrima brotó por mi mejilla. Sentí la presión de alguien sentándose al lado mío...

-Lily.- La voz de mi padre llenó mis oídos. Me sostuvo una mano haciendo que soltara un soplo de alivio al sentir la presencia más concertante y que necesitaba en este momento.

-Hola papá.- lo miré y sonreí.

-Hola mi niña.- Devolvió la sonrisa, mirandome con un poco de simpatía.

-¿Papá... es normal sentirme así?- Me miró por unos segundo y respiró profundo.

-Solo son los nervios, estarás bien. Pero si no lo quieres hacer, podemos detener todo esto y regresar a casa.- Sonrió esperanzado.

- No, esta bien.

-Bueno, vamos. ¿No queremos perdernos tu boda o si?

-No- Suspiré.

-Bien, vamos pequeña.






Después de la boda (La fiesta)

Era de noche y estaba sentada sola en una mesa, en una esquina del local mirando atentamente a Leo quien estaba hablando con unos amigos y bebiendo alcohol.

Juro que si se emborracha, lo mato.

Su cabello corto y negro brillaba un poco por las luces. Aún tiene su gabán el cual ajusta sus músculos en buena manera. Sus ojos marrones trajeron la atención hacia mí. Me guiñó un ojo y sonrió mientras levantaba su copa para tomar otro trago. Le devolví la sonrisa y el volvió a mirar a Tony, su mejor amigo, quien le seguía hablando. Miré a la mesa, Tasha y Sam llegaron riendo y sentándose a mi lado.

-Lo dije primero, es mío.- Dijo Sam dirigiéndose a Tasha.

-No importa, te apuesto que será mio antes de que puedas decir su nombre.- Tasha mordió su labio.

Mi amante {Harry Styles}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora