trailer; EL FINAL

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En un lugar del mundo, parada frente al amanecer de Los Angeles, con la inmensidad del desierto bajo mis pies, me encontraba sentada en el capó de mi auto.

Las lagrimas caían lentamente por mi mejilla mientras solo miraba el sol salir lentamente de las montañas. Tenía el arma de esa horrible escena en mis manos, con mis huellas dactilares, ya no había nada que hacer. El celular sonaba y sonaba, hacía rato que sonaba sin parar. Varios nombres habían aparecido, pero el de Franco... ya no aparecía.

"Mamá, Galo, Rowan, FIA, Max V, Julie" eran los nombres que no dejaron de titilar en mi pantalla cada vez que llamaban.

Mi cabeza no podía dejar de pensar en lo que acababa de pasar hacia un par de horas. Vacilaba con el arma, mirándola con recelo y temor. Quería terminar todo en ese instante, ¿como iba a poder vivir con todo eso en mi cabeza? Los gritos, la ira recorriendo por cada vena de mi cuerpo, aquel golpe que detonó todo... ¿como iba a explicarlo?

Ni siquiera podía quedarme parada del dolor, de sólo pensarlo, de todo lo que he perdido y de lo que me culparán. ¿Como iba a demostrar que yo no quería hacerlo?

¿Como iba a poder mirar a Franco a la cara otra vez?

El último Gran Premio era en dos horas, y nadie sabía absolutamente nada de mi. Me invadía el miedo de llegar y pensar que la policía estaría esperándome, que yo soy la culpable. Seguro ya todos sabían lo que pasó, por eso me han llamado toda la noche. Creí que nada iba a ser peor hasta que comencé a ver a lo lejos una gran nube de polvo y arena elevándose de la ruta. Un auto negro era el causante de esa nube. Pensé lo peor, que ese Honda Civic que se acercaba era un policía de civil, que ya todo estaba sabido, de otra forma ¿por qué todos querrían saber dónde estaba? Franco vio todo con sus propios ojos, y su moral no iba a permitir ocultar nada, estaba segura que él lo contó... y no le recrimino nada.

Me levanté lentamente del auto y enchiné los ojos para ver mejor. Supe que el auto se dirigía hacia mi en cuanto vi que salió de la carretera para acercarse donde yo estaba. Y cuando frenó a un par de metros de mi, no pude ver detrás del parabrisas por el polarizado oscuro.

La puerta del conductor se abrió.

Después de ver un poco borroso quién era, lo único que recuerdo fue escuchar un pitido intenso y ver cómo la figura de esa persona corría hacia mi antes de desplomarme en el piso.

RACER; franco colapintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora