Llámame Steph

¿Desesperación? No lo creo.

-Tuve un ataque, como el de hace dos meses.- Me da pena admitirlo, pero el ya lo sabia. Ver su cara de sorpresa me dejó desconcertada- Pensé que me entendías- Y casi de inmediato miro mis dedos entrelazarse por encima de mis piernas, por la vergüenza.

-Claro que te entiendo, pero pensé que lo habías superado, Steph.

-¿Piensas que no es difícil para mi?- Sin darme cuenta eleve la voz. Menuda mierda

- Tranquilízate. Hablaremos de esto luego. Miranda está viniendo y necesito ayuda para darle la explicación.

-Se nota que la quieres- Dije con ternura- Lo haré, pero luego de hacerlo necesito ir a casa.-Me lanzó una mirada-...Sola.

   Sentía la mirada de Miranda enfocada en mi. Ya le dimos demasiadas vueltas al asunto y era hora.

-Vale, en la fiesta de Lucy lo que en realidad pasó fue que, tu adorable novio quiso ayudarme con un tío. Es todo.

-Pensé que eras lesbiana.- ¡Menuda hija de puta! La mataría si no fuera novia de mi mejor amigo.

-No es así. Hasta aquí llegue- Dije agarrando mi bolso negro y poniéndolo en mi hombro hasta la cintura, cruzado- Os veo en el insti.

Abrí la puerta y me encontré con la cocina solitaria, lugar favorito de mi abuela. Me pareció raro pero no tenia tiempo de averiguar donde se había metido mi abuela. Debía mirar la película de Hitler y hacer el trabajo. Ya se hacían casi las once, lo que me recordó que debía dormir. Apague la laptop y guarde mis cosas en el bolso. Caminé hasta mi cama y me metí en ella.

   Pasaban los días y no sabía nada acerca de Isaac, los viajes en bus se hacían inútiles y aburridos. Bajo del bus y llego nuevamente al insti.

-¡Hola!- Me detiene una porrista, figura no tan delgada y morocha, alguien normal a mi parecer.

-Que hay.- Es lo único que podría decir a una superficial como ella, seguro bromearía sobre mi aspecto horrendo de la mañana

-¿Te apetece asistir a una fiesta este viernes? ¡Va a ser la bomba del inicio de clases! Te dejo dos entradas por si gustas, ¡Adiós!- Se fue dando unos saltos que con solo mirarlos me dolían las piernas.

 Miro las entradas en mis manos y miro el contenedor de basura a mi lado. Pero pienso que podría ser divertido, ¿ Cómo va a ser eso divertido? De seguro estará lleno de gente superficial. Aunque una parte de mi decía que era mala idea, guardé las entradas en mi bolsillo.