12 años de edad
Una tarde soleada en Sídney. El sol ardía llenando de sudor la cara de un pecoso bailarín que practicaba en su garaje. ¿Su sueño? Ser bailarín profesional. Desde pequeño lo supo y no paró de bailar.
Detuvo la música y se desplomó en el suelo agotado. Aunque tuviese la puerta del garaje abierta, no le refrescaba demasiado. Su respiración irregular era lo único que se oía. Minutos después olió un exquisito aroma que cada vez se olía más intenso. Escuchó pasos que se iban acercando a él. Se levantó para ver a su mejor amigo y vecino con un envase lleno de brownies.
― Hola, ¿Interrumpo tu práctica? He hecho brownies y me gustaría saber tu opinión ―.
El chico fue corriendo hacia él para probar lo que sería un suave y esponjoso brownie.
Tras dar un bocado, el chico comentó ― ¡¡Está delicioso!! Dame otro trozo por favor.
Acabaron comiéndose todos los brownies del envase. Cuando terminaron el chico le preguntó:
― Oye, ¿Me podrías enseñar a hacerlos? ―.
― Claro que si. Mañana ven a mi casa y te enseño ― dijo Peter asintiendo.
Se encontraban el la cocina del chico, mezclando los ingredientes. Félix, con una gran sonrisa, seguía todos los pasos que le indicaba Peter.
― No no no, no abras otro huevo, no necesitamos más. Ahora échale el azúcar ― le ayudaba para no equivocarse en la masa.
Dejaron los brownies horneándose y mientras esperaban, a Félix se le ocurrió una idea.
― Oye Peter, tienes un poco de harina en la nariz ― dijo tocándole la nariz con su dedo lleno de harina.
― ¡¡Oye!! Tú también ― se quejó el chico repitiendo la acción en su nariz.
Peter le tiró otro puñado de harina al pelo y empezaron una pelea de harina hasta que se acabaron los paquetes.
Cansado, dijo ― Bueno ahora tenemos que recoge- ― se resbaló con la harina que había en el suelo, pero Félix lo agarró a tiempo ― Gracias ― dijo sonriéndole avergonzado.
Félix se quedó admirando su sonrisa, con el corazón acelerado. Tras haber leído esto habréis pensado que a Félix le gusta Peter. Es verdad, pero él aún no se atrevía del todo a confirmarlo, ya que pensaba que él dejaría de ser su mejor amigo por el simple hecho de que le gustaran los hombres...
Ese hecho que había descubierto gracias a él. Peter siempre estuvo con él. Desde que tuvo memoria, su primer recuerdo de él fue que le había pegado con el biberón en el jardín de infancia, pero tras eso se hicieron inseparables al descubrir, mientras el pequeño Peter se disculpaba por pegarle, que sus cumpleaños estaba literalmente "al lado".
― ¿Feeeeelix?, ¿Holaaa? ― Peter sacudió su mano enfrente de él para ver si reaccionaba.
― Si si, vamos a limpiar ― le soltó sonrojado.
Así, hacer brownies juntos se convirtió en su tradición. Cada fin de semana, cocinaban en la casa de Peter y se los comían en un patio cercano mientras charlaban. Meses pasaban y ese día estaban como si fuera cualquier otro, sentados en un banco, hablando, riendo y comiendo.
En cuanto el pecoso terminó un trozo, dijo ― ¿Sabes el estudio de danza que estaba en Corea ?¿ El que te conté hace tiempo? He audicionado para entrar. Es un estudio muy famoso.
― Wow, qué bien. ¿Y te han aceptado? ― dijo Peter dándole un mordisco al brownie.
― Todavía no han dicho nada y ya han pasado dos semanas ―.
De la nada, llegó el padre de Félix, corriendo y emocionado.
― ¡Hijo! ¡Te han aceptado! ¡En el estudio de baile! ― dijo para parar y recuperar el aire.
― ¿Qué? ¿Cuándo? ―.
― Ahora, me llegó el correo en el que lo anunciaban y he venido lo más rápido que he podido. Enhorabuena ― le sonrió mientras seguía recuperando el aire.
― ¿Ves? Sabía que lo conseguirías Félix ― dijo Peter con lágrimas en los ojos, él sabía lo que pasaría.
― Tu madre y yo ya conseguimos pasajes para viajar mañana a Corea. Será mejor que te despidas como se debe, te veo en casa. Espero que nos veamos pronto Peter ― dijo despidiéndose con una mirada apenada. El padre del pecoso los dejó solos, pero el chico solo soltaba lágrimas.
― Estoy muy feliz, pensé que no me aceptarían. Pero no quiero separarme de ti ―.
― Ni yo, pero quiero que persigas tus sueños. Podrás ser bailarín ― dijo agarrándolo de las manos.
― Ya pero... No quiero dejarte ir. Significas mucho para mi ― lo abrazó con delicadeza, sintiendo la necesidad de soltar todo lo que quería decirle ahora mismo.
― También significas mucho para mi. No quiero olvidarte, ni que tu me olvides. Toma mi receta de los brownies. Hazlos cuando me eches de menos, ¿Vale? ― dijo mientras le entregaba un papel con la receta, la cual siempre llevaba en el bolsillo.
― Muchas gracias Peter... Nunca te olvidaré, porque haces que sienta cosas que nunca he sentido. Me daba mucho miedo decirte esto algún día, pero ya que estamos en esa situación, es muy necesario. Tenía miedo de tu reacción, pero espero que puedas entenderlo con calma hasta que nos volvamos a ver, que de eso estoy seguro, pero no sé en cuanto tiempo... Pero Peter... Me encantas demasiado, me gustas demasiado.
― ¿Cómo? Pe-pero... ― el chico no sabía qué decir.
― A-Ahora me voy, s-solo quería que...que lo supieras. Nos veremos pr-pronto ya verás ― dijo llorando.
Félix se alejó de él, y tras un momento de vacilación, se acercó y le dio un beso en la mejilla y se fue alejando más y más mientras estaba cabizbajo.
El chico, demasiado sorprendido para procesar todo lo que había pasado, notó que una gota cayó a su pelo y cada vez cayeron más. Empezó a llover y vio cómo su chico favorito se alejaba corriendo a su casa mientras él iba a ir sin ganas hacia la suya.
Me pidieron hacer la versión JiLix y ¿Quién soy yo para negarme?
Espero que sea de vuestro agrado. Pasad una buena semana. Subiré un capítulo todos los jueves.
¡Gracias por leer!
Browniie 20/7/23
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𝐁𝐫𝐨𝐰𝐧𝐢𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞 || 𝐉𝐢𝐥𝐢𝐱
Fanfic-''Félix tus brownies están deliciosos. ¿Dónde aprendiste a hacerlos?'' -''Tuve un gran maestro'' ✪ Versión Jilix ✪ Adaptación de Brownie Love. Historia Original. No se permiten copias, adaptaciones ni traducciones. Browniie