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La unión

Genya estaba curando a su hermano, por fin se estaban llevando bien y eso de verdad le alegraba el corazón, estaba feliz de poder ayudarlo.

-¿Ahora te sientes mejor?-
La Shinazugawa había terminado de ponerle las vendas y Sanemi se movía para ver si estaba cómodo.

-Si, muchas gracias, eres bastante buena en esto-
El peli-blanco la miraba con un poco de molestia, aún no quería hablar con ella.

-¡¿De verdad lo crees aniki?!-
Ella saltó de alegría hasta ver como la cara del otro cambiaba a un obvio disgusto con las palabras que dijo.

-Digo, lo siento Shinazugawa-san-

-No pasa nada, me alegra ver que estas haciendo buen trabajo... Hermanita-
Oh, la Shinazugawa juraba que lloraría, su querido hermano mayor la llamo "hermanita", eso era muy importante, tal vez podria hablarle y pedirle perdón.

-Aniki yo...-

-No Genya yo lo sien-
La puerta dió un fuerte golpe, Inosuke entraba con mucha confianza arruinando el momento de unión entre hermanos, ambos miraron al jabalí, el pilar con furia y la peli negra con asombro.

-¡YA ESTOY DECIDIDO!-
Grito el muchacho, ninguno de los Shinazugawa sabían de lo que hablaba el otro.

-Inosuke, ¿A qué te refieres?-

-Si habla mocoso-
Sanemi quería que el se vaya, había arruinado su momento dónde podría hablar con su hermana todo lo que tenía en la garganta y ahora el de metía como si nada.

-¡¡Tú Genya Shinazugawa serás la reina de la montaña!!-

El Hashibira apuntó a la joven la cual se puso bastante roja con la declaración, el peli blanco los miraba sin entender, ¿Qué era eso de la reina de la montaña y por qué tanto el como su hermana estaban rojos?

-Inosuke, ¿tu lo dices encerio?-

-Nunca jugaría con eso, eres la única digna de serlo-
Ambos estaban metidos en su propia burbuja, ajenos a su alrededor y Sanemi...
Sanemi quería saber que demonios les pasaba a esos dos y que significaba todo ese show.

-Si, Genya Shinazugawa, ¿Quieres ser la reina de la montaña para mi-
El le mostró unas flores, eran variados los colores y los tipos de flores, ahora todo estaba claro

-Inosuke, yo-

En la cabeza del pilar solo sonaba lo mismo:"Di que no, di que no, di que no por favor"

-Siii-
Ella lo abrazo llorando, el Hashibira la resivio con los brazos abiertos, el corazón de ambos latía a toda velocidad y parecían muy contentos.

Sanemi quería meterse, apartar a su preciosa hermana, ese tipo no era nadie lo suficientemente bueno para su tesoro pero...

¿De verdad el tenía el derecho de hacelo?

Se había dejado lastimar porque no tenía el valor de hablarle a Genya, más bien sabía que su ego no lo dejaría, no era nadie para decir que podía alejarla de el.

Solo sonrió, ella parecía tan felíz, nunca la vió así en mucho tiempo, solo se dió la vuelta y camino a la salida, los miró por última vez.

Ellos estaban en su mundo riendo y jugando con las mejillas rojas.

-Se felíz Genya...-
Hablo antes de irse sabiendo que Genya estaba bien y contenta.